Camila 2020

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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Los Papalagi, los hombres blancos

MIRADAS A SÍ MISMO
Por: María Camila Mojica Vélez

El Texto “Los Papalagi, los hombres blancos”, permite construir una nueva interpretación a lo que se considera como el mundo occidental.   Este escrito hecho por Tuiavii de Tiavea, jefe Samoano, transforma la mirada que la cultura moderna tiene de sí misma. 

Los aspectos antropológicos, como por ejemplo:

  • las casas donde habitan dichos hombres, 
  • la forma en cómo se visten, 
  • su dependencia al metal redondo y el papel tosco, 
  • los taparrabos que usan, 
  • la concepción de Dios 
  • el pensamiento que estructuran de las profesiones, el tiempo,  las máquinas, etc; 

ofrecen un cuestionamiento de la sociedad que permite trascender las apariencias y comprender los problemas que embargan al mundo occidental en general, tanto  en Europa como América.   A partir de la narración de aspectos básicos y complejos de la cultura, el autor utiliza elementos alternos que describen la sociedad desde las pre-concepciones de la cultura Somoana.   Con esta estrategia narrativa, se trasciende el orden lógico preconcebido del lector y se muestran o demuestran las contradicciones al interior de la civilización occidental.  Se impone y antepone una nueva perspectiva que destruye las viejas pre-concepciones del mundo moderno permitiendo develar las características más profundas de la sociedad.  
Al nombrar el texto, “Los papalagi, los Hombres Blancos, ” se comienza por re-definir  al sujeto europeo que es víctima de su propia sociedad,  propiciando la construcción de una crítica del hombre para el hombre.  Esto posibilita el alejamiento del objeto de estudio y narración, permitiendo distanciarse de los prejuicios y pre-concepciones que determinan al hombre.   

El autor en unos de sus apartes  escribe lo siguiente:
La mayoría de ellos llevan tantos pensamientos dentro de sus cabezas que carisan sus cuerpos y les hace débiles y marchitos antes de tiempo.[1]

La crítica surge desde un punto de vista externo a la sociedad, a partir de una cultura distinta que lucha por evitar someterse al Hombre Blanco El pensamiento es considerado como una enfermedad para el hombre, la preocupación por el tiempo como la fuente de agotamiento y el papeleo de la información como el origen del trance de la sabiduría.  

“Si alguien en Europa piensa rápido y mucho, dicen: es un gran talento. En vez de sentir lástima por esos grandes talentos, los alaban mucho.”[2]

El autor del texto, devela la ausencia de un orden lógico en la vida del Hombre Blanco, se obsesiona por dotar de significado la vida de los Papalagi, utilizando la paradoja y la crítica como una construcción interpretativa, que busca confluir los hechos del mundo con los hechos que son  signos de la cultura samoana. 

Así, afirmaba R. Carnap y Ch. Morris que “la coordinación unívoca entre orden del mundo y orden de los signos sólo se consigue en la medida en que el mundo se encuentra abierto como “algo” dotado de significado para el hombre”[3]

Al principio del texto, el autor interpreta la concepción que tienen los Papalagi de su cuerpo y cuestiona su relación con él.  Comprende que para el Hombre Blanco "la carne" es pecado y que únicamente el espíritu es el que cuenta.

El cuerpo y todos sus miembros son carne; es a partir del cuello donde  empieza la verdadera persona. Creía que sólo la parte del cuerpo que alberga con sus  atributos buenos y malos merece nuestra atención, refiriéndose a la cabeza, naturalmente.   Los blancos dejan descubierta la cabeza y algunas veces las manos. Sin embargo, la cabeza  y las manos están hechas de carne. Quienes que muestran algo más de su carne no pueden  alcanzar una perfecta imagen moral.”[4]


Para el mundo occidental el cuerpo, como carne, es pecado y veneno.    El autor critica esta forma de concebir el mundo y la compara con la de su propia cultura.

“¿Podéis imaginar mayor locura, amigos míos que se considere la carne como un  pecado? Si tuviéramos que creer al hombre blanco, compartiríamos su deseo de que nuestra came se convirtiera en lava congelada, sin el calor benéfico que brota del interior”[5]

La postura crítica del autor se encuentra a lo largo y ancho del texto,  él utiliza como mejor aliado la interpretación de las acciones y las creencias de la cultura Papalagi.     En el texto se evidencian los distintos juegos del lenguaje utilizados por Tuiavii con el fin de crear unos postulados que estructuran el orden y las reglas que determinan los comportamientos del Hombre Blanco.   

“Pero nosotros, niños libres del sol y de la luz, permaneceremos leales al Gran Espíritu y no oprimiremos nuestros corazones con piedras pesadas. Sólo gente enferma y perdida que se ha alejado de la mano de Dios puede vivir en grietas, donde el sol, el viento y la luz no pueden entrar”[6]      

Es la interpretación y la actitud crítica la que posibilita utilizar los juegos del lenguaje para crear nuevas formas de entender la sociedad occidental. Este escrito hecho por Tuiavii de Tiavea, jefe Samoano, transforma la mirada que la cultura moderna tiene de sí misma.


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Erich Scheurmann, Discursos de Tuiavii de Tiavea, jefe Samoano,  Los Papalagi, los Hombres Blancos, De Voortgank, Holanda,  1929, p. 60.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Apel, Karl-Otto, Análisis del lenguaje, semiotica y hermenéutica Vol. 1, Ensayistas (253), 375 p

Jean-Marie Klinkenberg, Manual de semiótica general, Bogotá : Universidad Jorge Tadeo Lozano, 2006, 447 p

Hermenéutica, 
http://es.wikipedia.org/wiki/Hermen%C3%A9utica, 21 febr 2010. 

Semiótica, 
http://www.monografias.com/trabajos14/semiotica/semiotica.shtml

Paul Ricoeur, Entre hermenéutica y semiótica, Revista del Centro de Ciencias del Lenguaje, No. 7, Enero a Junio de 1.991, 19-94 p. 




[1] Erich Scheurmann, Discursos de Tuiavii de Tiavea, jefe Samoano,  Los Papalagi, los Hombres Blancos, De Voortgank, Holanda,  1929, p. 60.
[2] Ibid, p. 58
[4] Ibid p. 9
[5] Ibid p. 13
[6] Ibid p. 19

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