Camila 2020

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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dictaduras


DICTADURAS DEL CONO SUR

Por: León Darío Marín Arenas, Ramón Salazar Prada, María Camila Mojica, Iván Andrés Arango


DICTADURAS DE BRASIL

Regímenes autoritarios (1964-1984)
El régimen militar que afrontó Brasil durante la segunda mitad del siglo XX (1964-1984), fue un periodo sui generis. La democracia se vio restringida, pero los mandatarios se elegían por votación, claro está que el mecanismo usado eran las elecciones indirectas, un sistema electoral que permitía –en algunos casos modificar y– controlar las elecciones para darle continuidad al régimen dictatorial.
Las mayores restricciones se dieron en el plano de los derechos civiles, la censura fue una constante en las medidas asumidas por los militares en el poder, la libertad de prensa sufrió una gran constricción durante la dictadura y, sólo los medios oficialistas                   –controlados por el régimen militar–, tenían el monopolio de la información. El gobierno de los militares controló las ramas del poder público (ejecutiva, legislativa y judicial), concentrando el poder al servicio del régimen militar.
                                                                 
1. Antecedentes
Janio Quadros asumió la presidencia en 1960 en Brasilia, la nueva capital del país inaugurada un año atrás; pero el gobierno de Quadros se interrumpió en 1961. João Goulart (vicepresidente de Quadros), asumió como presidente, pero su mandato despertó una fuerte oposición política.
Quadros y Goulart no pertenecían al mismo partido político, en Brasil (durante la década de los años sesenta) se elegía de manera independiente los candidatos a la presidencia y a la vicepresidencia. Quadros intentaba con su renuncia volver al poder por aclamación popular o tras la negativa del Congreso, que preocupados por las tendencias de izquierda de Goulart no permitirían que este último asumiera el poder; pero la decisión de Quadros no fue bien recibida por el legislativo y su mandato se vio interrumpido. Tras la renuncia de Quadros, Goulart debía asumir como presidente, pero éste se encontraba en viaje diplomático en China, por lo cual fue necesario recurrir a una enmienda constitucional para instaurar un régimen parlamentario, a la cabeza de Pascoal Ranieri (Presidente de la cámara de diputados), lo cual limitaba los poderes del ejecutivo, mientras asumía Goulart como presidente. Esta etapa fue conocida en Brasil como el sistema parlamentario. Sin embargo, para 1963 se convocó un plebiscito con el ánimo de pronunciarse sobre las modificaciones al sistema político. Lo decidido fue concluyente, los brasileños rechazaron las enmiendas y se mostraron favorables con el sistema presidencialista nuevamente, logrando que el poder de Goulart se hiciese más fuerte pues ya no era sólo jefe de gobierno, sino que asumía también como jefe de estado.
Las tendencias radicales de izquierda y la victoria en el plebiscito de 1963 alarmaron a la oposición política de Brasil. Goulart asumió políticas de nacionalización y acercamiento con los países del bloque comunista. La junta militar provocó un golpe de estado la noche del 31 de marzo de 1964 y tomo el mando del estado brasileño bajo elecciones indirectas que posibilitaban la continuidad del régimen.

2. Dictadura
El régimen militar estaba destinado a ser transitorio, pero con la promulgación de la Ley Institucional de la Quinta (Quinto Acto), que permitía las elecciones indirectas, cerrar el congreso, despedir funcionarios sin expresar causa y suspender el derecho al habeas corpus. Con lo anterior, se dio continuidad a los militares en el poder, consolidando así el régimen militar. Tras el “milagro económico” (1968-1974) el régimen dictatorial gozó de gran aceptación, lo cual legitimó sus acciones de gobierno.
La régimen militar, además de limitar el sistema democrático, los derechos civiles y las libertades políticas, pasaron a ser fuertemente condicionados por el régimen militar, aunque no se pueden comparar con las instauradas en otras latitudes del continente, donde los escándalos por violaciones a los Derechos Humanos durante la dictadura fueron más álgidos. El sistema de partidos políticos se limitó a sólo dos: el partido del gobierno militar Renovación Nacional Partido Alianza (ARENA por sus siglas en portugués) y el partido de oposición Movimiento Democrático Brasileño (MDB). Durante la régimen militar muchos disidentes e intelectuales brasileños optaron por el exilio.
El período de 1964 a 1968, fue en el cual se incrementaron más las cifras de procesados, muertos y desaparecidos. En los años de 1967 y 1968, el Partido Comunista de Brasil (PC Do B) comenzó a preparar la guerrilla de Araguaia, agrupación creada en el casco urbano que se desplazaría para la zona norte del estado de Goiás, donde serían blanco militar permanente por parte del Estado, que en tres campañas (siendo las dos primeras en abril y septiembre de 1972, fueron un fracaso; mientras la tercera, en octubre de 1973, traería consigo el exterminio aberrante de los guerrilleros) de gran importancia, culminaría con esta agrupación. Igual fortuna tendrán los intentos de agrupación creados entre 1970 y 1971: Var-Palmares, AP (Acción Popular), PRT, ALN y VPR (Nercesian, 2006).
Para 1974, bajo el mandato del militar Geisel se dan los primeros impulsos para el tránsito hacia la democracia, se depone la censura, el Quinto Acto y paulatinamente se reconocen y protegen los derechos civiles de los ciudadanos. João Baptista Figueriedo es el último escalón para la democracia, en su mandato culmina el régimen dictatorial hasta que Sarney asume el gobierno civil en 1985 (elegido en 1984).

2.1 Humberto de Alencar Castello Branco
Jefe del ejército brasileño durante el mandato de João Goulart, participó en el golpe de estado que depuso a Goulart el 1 de abril de 1964, el Congreso lo nombró presidente por dos años, tiempo en el cual Goulart terminaría su mandato y se daría paso a nuevas elecciones presidenciales. Una vez electo presidente, Branco censuró las posturas de izquierda y abolió los partidos políticos, tan sólo permitiendo la participación del ARENA y el MDB. El mandatario militar suspendió la constitución y gobernó a partir de Actos Institucionales.
Bajo el gobierno de Branco la economía de Brasil reportó mejorías, destacándose la mayor participación del estado en la economía, el impulso a la industrialización, así como la sustitución de importaciones.
En el primer acto institucional, Branco suspendió la elección directa de presidente, facultad que recaía de manera indirecta en el Congreso, que al momento estaba controlado por los militares, pues se había expulsado a los opositores de izquierda.
Branco proponía una dictadura transitoria, pero limitando la participación de los líderes de izquierda en las elecciones políticas, postura que no compartían algunos militares, especialmente Costa e Silva, quien sostenía que la dictadura debía durar a lo sumo diez años.
En 1966 se terminaba el mandato del presidente Branco. Para elegir a su sucesor, se presentó una lista de candidatos (militares afines al régimen) al Congreso para que determinara al nuevo mandatario. Se eligió a Costa e Silva como nuevo gobernante, pero se extendió el período de Branco para promulgar la Constitución de 1967, una carta política que limitaba el poder de la rama legislativa y otorgaba más poder al ejecutivo.

2.2 Artur da Costa e Silva
Artur da Costa e Silva resultó electo presidente (de manera indirecta, tras votación del Congreso) en 1966, pero sólo asumió el cargo en marzo de 1967 tras la promulgación de la carta política de Branco. Tras un desacuerdo con el Congreso (pues éste se negó a levantar la inmunidad del diputado Moreira Alves, quien sostenía que debía producirse un boicot el día de las celebraciones militares tras el escándalo de la marcha de cien mi), decidió cerrarlo.
Tras la promulgación del Acto Institucional No. 5, se suspendida la recién promulgada Constitución de 1967, pues aunque se creó por –y para– el régimen militar, era menos coercitiva que las medidas adoptadas por el Presidente Costa e Silva en el Quinto Acto Institucional.
Costa e Silva, para 1969 ideaba una norma que dejara sin vigor el Acto Institucional No. 5, planeaba promulgar una nueva carta política en el aniversario de la independencia brasileña (septiembre 7 de 1969), pero su proyecto se vio inconcluso tras sufrir una accidente cerebrovascular. Costa e Silva fue reemplazado por una junta militar a finales de agosto de 1969, hasta que Emilio Garrastazu Médici asumió como presidente (por elección de la junta).
Costa e Silva no se recuperó del percance médico y murió en diciembre de 1969.

2.3 Emílio Garrastazu Médici

Médici asumió el cargo de presidente el 30 de octubre de 1969. Entre sus principales medidas se destaca la re-apertura del Congreso, así como la represión a ultranza de los líderes de izquierda, especialmente a los grupos guerrilleros urbanos que se oponían a la dictadura, sobre los cuales ordenó se practicara espionaje y tortura:
[…] casi todas las organizaciones de lucha armada creadas entre 1966 y 1969, desaparecen durante estos primeros años de la década del setenta, desbaratadas por los órganos de represión política del gobierno militar o disueltas por sus propios militantes, que no encontraban más camino posible a través de ellas […] (Nercesian, 2006, p. 454).

Médici recurrió a los préstamos internacionales para promover la construcción de obras públicas. La construcción de viviendas y las subvenciones estatales hicieron parte del llamado “milagro brasileño” (1968-1974), provocando un crecimiento económico sostenido. “La aprobación social de la dictadura se debía al auge económico que suscitaron los primeros años de los regímenes dictatoriales” (Cannabrava, 1984, p. 8), sobre todo por parte de la clase media trabajadora, que aumentó sus niveles de consumo a partir del aumento de su poder adquisitivo (ver Gráfico No. 1).
La colaboración del sector extranjero en término de recursos también se hizo evidente en otro aspecto. Una de las primeras organizaciones –extralegal– de represión violenta en el país, fue Operação Bandeirantes (OBAN), ubicada en Sao Pablo. Una organización que recibió recursos por parte de multinacionales como “el grupo Ultra, Ford, General Motors, entre otros. [Además de lo anterior,] la inexistencia de estructura legal, le confirió gran movilidad e impunidad en cuanto a los métodos utilizados” (Nercesian, 2006, p. 453).
Como lo plantea Inés Nercesian, “casi todas las organizaciones de lucha armada creadas entre 1966 y 1969, desaparecen durante estos primeros años de la década del setenta, desbaratadas por los órganos de represión política del gobierno militar o disueltas por sus propios militantes, que no encontraban más camino posible a través de ellas. Lo acontecido se traduce, en palabras de Norbert Lechner (retomadas por la autora), en la “evidencia de cómo la demanda de revolución, en los sesenta y setenta, se transformó en una demanda de democracia en los años ochenta” (pp. 458-459).
El auge económico que experimentaba el país carioca se vio limitado por la crisis del petróleo en 1973, generando un aumento significativo en la deuda externa de Brasil y provocando una fuerte depresión económica en el país que se caracterizó por: el aumento en la desigualdad entre ricos y pobres, desempleo e incremento de la pobreza y la pobreza extrema. “La crisis económica que padeció Brasil se tradujo en una crisis de autoridad y confianza, lo cual redujo la gobernanza del régimen militar” (Cannabrava, 1984, p. 8).
Médici fue sustituido (por votación indirecta del Congreso) por Ernesto Geisel en 1974.

2.4 Ernesto Geisel
Geisel tomó el mando el 15 de marzo de 1974, para un período pactado para cinco años. Geisel asume el poder con la difícil tarea de reorientar las riendas económicas de Brasil. Sus políticas económicas se enmarcan en el modelo de desarrollo respicé similla (mirar hacia los similares) (Salomón, 2007), pues para sortear la crisis buscó alianzas comerciales con los países de África y Europa, en detrimento de los acuerdos comerciales con Estados Unidos.
Geisel intentó una apertura democrática, pues entendía que el poder militar no podría mantener la tutela perpetua de Brasil. Pero contrario a sus consignas, sus medidas incrementaron la censura política y la libertad de prensa, incluso se restringió la participación de los candidatos del MDB en las elecciones parlamentarias de 1976, limitando su participación en público, es más la prensa sólo podía informar el nombre y número de postulación de los candidatos.
El ambivalente gobierno de Geisel terminó con la anulación del Acto Institucional No. 5. Geisel postuló como su sucesor a João Baptista Figueiredo, un militar que compartía sus posturas re-democratizadoras (limitando la participación de la izquierda), quien resultó electo en 1978 y asumió el cargo en 1979.

2.5 João Baptista de Oliveira Figueiredo
Figueiredo dinamizó el sistema de partidos políticos de Brasil, levantando el bipartidismo que regía desde 1966. Para 1981 el Congreso restauró las elecciones directas de las entidades políticas menores. Los ajustes de austeridad promovidos por el militar no reportaron mejoría para la economía brasileña, por lo que no se hicieron esperar los movimientos en contra del régimen dictatorial. En 1983, bajo el liderato de las centrales obreras, se dio inicio a las manifestaciones pro-democracia, mediante el movimiento "Diretas já" (Directas ya).
El Movimiento Diretas já, pretendía restaurar las elecciones directas para presidente a través de una enmienda constitucional, pero Figueriedo se negó a esta demanda. Pero la oposición logró elegir a Tancredo Neves bajo las elecciones indirectas (1984), poniendo de esta manera fin a la régimen militar.
El 14 de marzo de 1985, Neves no pudo asumir el cargo por complicaciones de salud, el cargo de presidente fue asumido por José Sarney, su vicepresidente.
La condición de ser una dictadura sui generis, radica precisamente, en las intrincadas relaciones que se gestaron entre el Estado, bajo un represivo régimen militar, y los diversos actores opositores (bien sean estos grupos guerrilleros –urbanos o rurales–, agrupaciones y movimientos estudiantiles –con una alta participación femenina–[1] y gremios de la sociedad civil en general). A la final, triunfará nuevamente la esencia democrática, un proceso paulatino que cristalizó después de 1984.

3. Transición hacia la democracia
El proceso de transición a la democracia suscita un problema de gobernabilidad, pues existe una puja por el reconocimiento de la autoridad, dificultando la capacidad de mando de los factores reales de poder que se imponen bajo manifestaciones políticas. La crisis de gobernabilidad se alimenta de la debacle económica que azotó al país carioca a mediados de la década de los años ochenta (deuda externa, inflación, pobreza, desempleo, entre otros) (Moisés, 1990, p. 20).
El tránsito hacia la democracia abrió el abanico de actores y factores participantes en los procesos políticos (agenda), permitiendo poner fin a la censura, reconociendo las centrales obreras y sindicatos, inicio de la revisión de la legislación electoral y fin de la Ley de Seguridad Nacional (Moisés, 1990, p. 22).
3.1 Constitución de 1988
Con la Asamblea Nacional Constituyente de 1988, se da fin a las medidas autoritarias, bajo el liderato de las centrales obreras y los sindicatos se convoca a los actores políticos a elevar sus demandas políticas a la nueva carta, en la cual se consagró la elección directa y secreta de los mandatarios y la armonía de las tres ramas del poder público.

3.2 ¿Consolidación de la democracia?
El tránsito hacia la democracia debía superar dos circunstancias adversas para consolidar el proyecto: (I) la cultura anti-política (de no participación) de los brasileños y (II) la tradición político-institucional que privilegia la participación de los cuadros políticos en los cargos públicos. En palabras de Moisés: “La hipótesis aquí presentada implica un doble diagnóstico para el caso de Brasil: por una parte, se trata de diferenciar el inmenso apoyo obtenido por la propia idea de transición del enorme desaliento que hoy se verifica en distintos sectores de la sociedad luego de la gestión del gobierno de Sarney” (Moisés, 1990, p. 24).
La transición hacia la democracia que afrontó Brasil a mediados de los años ochenta, no concluye con los gobiernos civiles, ni con la promulgación de la nueva carta política, son logros importantes, pero no por ello se puede hablar del retorno a la democracia, para consolidar un sistema político democrático Brasil debe sortear –para la segunda mitad de los años ochenta– dos obstáculos señalados por Moisés: cultura anti-política y tradición político institucional.
BIBLIOGRAFÍA
Cannabrava F., Paulo (1984). Brasil: un milagro desastroso. Nueva Sociedad (70). ISSN: 0251 3552. San José de Costa Rica.
Langland, Victoria –Traducción de Martín, Tomás– (2009) . Entre bombas y bombones. Revista de Estudios Sociales, No. 33. Año 60. ISSN: 0123 885X. Bogotá: Universidad de los Andes.
Moisés, José Álvaro (1990). Dilemas de la consolidación democrática en Brasil. Nueva Sociedad (105). ISSN: 0251 3552. Caracas (Venezuela).
Nercesian, Inés (2006). Organizaciones armadas y dictadura institucional en Brasil en la década del sesenta. FERMENTUM. Revista Venezolana de Sociología y Antropología, No. 046. Año 16. ISSN: 0798 3069. Mérida (Venezuela): Universidad de los Andes.
Salomón, Mónica (2007). La Acción exterior de los gobiernos subnacionales y el análisis de Políticas Exteriores. Trabajo presentado en el 1º Encontro Nacional da ABRI, Brasilia.
ANEXOS
Tabla No. 1
Principales Actos Institucionales de los Regímenes Autoritarios (1964-1984)
Acto Institucional No. 1
Se consagra la elección indirecta del presidente (vía Congreso).
9/04/1964
Acto Institucional No. 2
Se prohíbe el pluripartidismo. Para dar la sensación de democracia se permiten dos partidos: ARENA (Del golpe militar) y MDB (de los disientes).
27/10/1965
Acto Institucional No. 5
Facultad para cerrar el Congreso, suspender el habeas corpus y despedir sin causal justificada a funcionarios públicos.
13/12/1968
Fuente: Elaboración Propia





Gráfico No. 1
PIB Argentina y Brasil
Fuente: World Development Indicators










DICTADURAS DE BOLIVIA

De la Revolución a los regímenes autoritarios (1952-1982)
La Revolución de 1952 y Bolivia
Bolivia se ha caracterizado económicamente por ser un país  de  explotación minera e  hidrocarburos, los intereses de la clase dirigente han estado ligados con la explotación de estos recursos naturales importantes para la economía industrial de países como Norteamérica,  un ejemplo es el petróleo y el estañó.    Desde 1942, la misión americana Bohan planteó los nuevos lineamientos de una política que se perpetuó hasta fines del siglo XX: fomentar las comunicaciones, desarrollar la agricultura y la producción de hidrocarburos en el oriente.[2]   La ley de los hidrocarburos fue apoyada por los Estados Unidos y favoreció los intereses extranjeros en la explotación de los recursos naturales.  La economía boliviana se volvió dependiente de USA a mediados del siglo XX.  Para 1960, uno de cada tres bolivianos dependía de la asistencia económica de USA.[3]
Por ello la distribución y la explotación de la tierra ha sido desigual, concentrándose en la mano de unos pocos y unas cuantas regiones.    Según Rossana Barragán, La historia de Bolivia ha sido la lucha de las regiones y no la lucha de clases.[4]     Un ejemplo es la revolución de 1952 liderada por el MNR, esta contiene un gran significado simbólico porque buscó la protección legal de los derechos indígenas, los derechos del trabajo y los derechos sobre la tierra. 
A
ún así,  las divisiones regionales en Bolivia fueron una las principales debilidades y fracasos de la revolución del MNR en 1952, ya que el aislamiento de los departamentos del oriente, permitió que en estas regiones hubiese una gran inversión extranjera y que grandes latifundistas se apropiaran de la tierra, lo que posibilitó, en estas zonas del país, la fundación de partidos de la oposición fuertes con visiones más progresistas, permitiendo que se construyeran movimientos contrarrevolucionarios y conservadores fuertes.  [5]
Para 1965, la falta de afinamiento político del MNR convirtió el gobierno en un instrumento del autoritarismo militar, el cual fue liderado por los contrarrevolucionarios.   Lo que llevó al establecimiento de dictaduras represivas y colonialistas. El retorno de gobiernos democráticos se dio en 1982, sin embargo las nuevas crisis y la corrupción endémica de los partidos políticos como el conservatismo, el narcotráfico, la privatización neoliberal y la fuerte depresión económica acabaron con lo que lograron los reformistas del MNR.[6]
Centralismo y Regionalismo
Otra característica de Bolivia para tener en cuenta con el estudio de las dictaduras en el siglo XX, es la relación que se construyó entre el gobierno central y las élites regionales del país.  Puesto que desde principios del siglo XX, la distribución de los recursos, los impuestos y la inversión extranjera fue desigual y deben atribuirse a las políticas liberales y a la capacidad económica de las élites de cada región.  Esto posibilitó que económicamente el gobierno, y por ende las dictaduras, tuvieran un gran control impositivo sobre la sociedad, ya que desde lo económico administraban los recursos y los empréstitos para las industrias consideradas nacionales pero que solo beneficiaban a las élites.
La política impositiva sobre el petróleo permitió construir y fortalecer las regiones en el marco de una política estatal muy distinta a la aplicada a la minería.    Así, desde 1872 se estableció que todas las exportaciones se consideran recursos "nacionales", y en función de este criterio toda la producción minera fue considerada nacional, permitiendo incluso la subvención a varios departamentos orientales; las regalías de la producción petrolífera se concibieron de otra manera, lo que coadyuvó no solo al desarrollo de algunos departamentos sino también, a sembrar, a mediano y largo plazo, un frente de desequilibrios y desigualdades regionales.[7]
Participación de la Burguesía a partir de la revolución de 1952
La acumulación de grandes proporciones de capital al sector privado es debido y gracias en gran parte, a las dictaduras militares que inician alrededor de la década de los 60. Estos gobiernos dictatoriales fueron formados gracias a una coalición de partidos políticos dirigidos por cúpulas empresariales, que tenían como se ha dicho, intereses económicos privados.[8] Estos regímenes de acumulación fueron modos específicos de regular las materias primas de exportación, aun así, los mismo principios del régimen de acumulación entran en sus contradicciones sociales, hacen a su vez, su ruina bajo la estructura de poder y la hegemonía, que finalmente no puede cumplir con las expectativas sociales y el no cumplimiento de sus funciones estatales.[9]
La revolución de 1952 es una fecha importante para tener en cuenta. Se puede rastrear en este suceso lo que posteriormente sería el periodo caracterizado por las dictaduras Bolivianas. Esta revolución se desenvuelve bajo unos intereses burgueses previos, lo que provoca una restauración de la oligarquía que ocasiona posteriormente las dictaduras militares en Bolivia, además, provoca la recolonización de la economía por parte del imperialismo Norteamericano. 
La restauración de la oligarquía lucra al sector privado, a pesar de que la Burguesía estuviera subordinada al capital financiero internacional, tenía a su vez el poder de controlar negocios privados, en especial, el sector minero, petrolero principalmente. [10]
La burguesía acumulaba capital gracias al aparato nacionalista del estado, aun así, estos grandes empresarios que acumulaban capital, empiezan a formular  una posición política intermediaria, es decir, empiezan a pensar un estado Neoliberal, que no fue hasta el año de 1985 con el ADN Acción democrática nacionalista que toma forma, sin embargo, los presidentes de la época neoliberal, son “fachadas” para  continuar con los intereses privados. El sector privado a tenido un gran éxito en niveles económicos gracias a su capacidad política, que ha venido desarrollándose desde el año de 1960, así como su fase ascendente con la dictadura de Banzer en la década de los 70’s, la incorporación del estado neoliberal, y prosigue su cúspide con el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en los años 90’s. Estamos hablando de unos intereses burgueses que ha venido cambiando en el ambiente político, para poder adaptarse a sus demandas de interés privado.
Algunas particularidades de las dictaduras en la década de los 70.
El Coronel Banzer, asumió el poder en 1971 gracias a la coalición de los partidos tradicionales Bolivianos (MNR y FSB) le da un golpe de estado a su predecesor Ovando-Torrez que había llegado al poder gracias igualmente, a un golpe de estado, el gobierno de Ovando-Torrez  fue un gobierno militar de izquierda, provocando gran agitación y dándole a Banzer la oportunidad de asumir el poder. [11]
Banzer asumió el poder con una fuerte dictadura, con el apoyo de las fuerzas armadas Bolivianas. En sus 7 años de dictaduras deja incontables denuncias de atentados contra los derechos humanos, su gobierno participo en el “plan cóndor” operativo de represión anti-izquierdista, e impuso la “doctrina de seguridad nacional” con fines de erradicar las ideologías de la política de izquierda, esta doctrina de seguridad nacional produjo altas represarías a las organizaciones sindicales, a los estudiantes y en  general a todo aquel opositor del gobierno. Este periodo también se caracteriza, por el auge de la expansión de la economía nacional Boliviana, caracterizado por las altas cotizaciones de las materias primas en el mercado internacional, Aun así, este flujo del capital no fue administrado bajo parámetros sociales de inversión o mejorar la infraestructura nacional, este capital término a manos de la cúpula política y los sectores más allegados al régimen. 
El gobierno de Banzer fue derrocado sucesivamente por múltiples factores, uno de ellos fue la “huelga de hambre” dirigida principalmente por mujeres que exigían elecciones electorales. Banzer no tuvo otra opción que huir al exilio por la victoria fraudulenta de Juan Pereda Asbún.[12]
El periodo correspondiente entre 1978 a 1982 fue una etapa de la historia Boliviana caracterizada por una extraordinaria inestabilidad a todo nivel. Antes del golpe de García Meza hubo elecciones fraudulentas, tres llamamientos a elecciones, cuatro golpes de Estado, el nombramiento de dos presidentes interinos y la realización de nuevos comicios electorales, finalmente García Meza entra al poder no gracias a un levantamiento popular o un respaldo político, fue producto de múltiples asesinatos, desapariciones forzadas y detenciones. Es por esto que la dictadura según los autores, es la más violenta y represiva de cuantas hubo en la historia de Bolivia. El gobierno de García Meza también se caracterizo por tener un gobierno con altas cifras de corrupción, se le atribuye por tanto negociaciones con actividades relacionadas con el narcotráfico, es por ello que a García se le conoce como el “Narcodictador” su gobierno se torna inestable e insostenible por la presión popular e internacional lo que provoca finalmente el levantamiento militar, lo que produjo una sucesión de gobiernos inestables.[13]
BIBLIOGRAFÍA
·         Morales, Waltraud Q.Fuente, From Revlution to Revolution, Latin Americanist; Mar2011, Vol. 55 Issue 1, p131-144
·         Laserna Roberto y Miguel Villarroel, 38 años de conflictos sociales en Bolivia, Primera edición CERES,  julio de 2008 la paz Bolivia.
·         Orellana Aillón LorgioCuba, Nacionalismo, populismo y régimen de acumulación en Bolivia, segunda edición, centro de estudios para el desarrollo laboral y agrario, Bolivia 2006, en: http://www.cedla.org/sites/default/files/coyuntura11_1.pdf consultado el Lunes, 01 de octubre de 2012.
·         Barragán R., Rossana, Hegemonías y "Ejemonías": las relaciones entre el Estado Central y las Regiones (Bolivia, 1825-1952), Íconos. Revista de Ciencias Sociales; 2009, p. 40




[1] Un acontecimiento particular en las décadas de la dictadura, fue el creciente movimiento estudiantil y la particular vinculación de las mujeres al mismo. Se muestra cómo para 1966, cerca de 300 personas asistieron al Sindicato Nacional de Estudiantes, de los cuales el 10% eran mujeres. Dos años más tarde las cifras aumentaron considerablemente, teniendo 712 participantes, de los cuales 22% eran mujeres (Langland, 2009).
[2] Barragán R., Rossana, Hegemonías y "Ejemonías": las relaciones entre el Estado Central y las Regiones (Bolivia, 1825-1952), Íconos. Revista de Ciencias Sociales; 2009, p. 47
[3] Morales, Waltraud Q.Fuente, From Revlution to Revolution, Latin Americanist; Mar2011, Vol. 55 Issue 1, p131-144, p. 138
[4] Barragán R., Rossana, Hegemonías y "Ejemonías": las relaciones entre el Estado Central y las Regiones (Bolivia, 1825-1952), Íconos. Revista de Ciencias Sociales; 2009, p. 40
[5] Morales, Waltraud Q.Fuente, From Revlution to Revolution, Latin Americanist; Mar2011, Vol. 55 Issue 1, p131-144, p. 134
[6] Morales, Waltraud Q.Fuente, From Revlution to Revolution, Latin Americanist; Mar2011, Vol. 55 Issue 1,  p. 135
[7] Barragán R., Rossana, Hegemonías y "Ejemonías": las relaciones entre el Estado Central y las Regiones (Bolivia, 1825-1952), Íconos. Revista de Ciencias Sociales; 2009, p 41
[8] Orellana Aillón Lorgio, Cuba, Nacionalismo, populismo y régimen de acumulación en Bolivia, segunda edición, centro de estudios para el desarrollo laboral y agrario, Bolivia 2006, en: http://www.cedla.org/sites/default/files/coyuntura11_1.pdf consultado el Lunes, 01 de Octubre de 2012. PP. 17
[9] Orellana Aillón Lorgio, Cuba, Nacionalismo… PP. 18
[10] Orellana Aillón Lorgio, Cuba, Nacionalismo… PP. 8-10
[11] Laserna Roberto y Miguel Villarroel, 38 años de conflictos sociales en Bolivia, Primera edición CERES,  julio de 2008 la paz Bolivia. PP. 27
[12] Laserna Roberto y Miguel Villarroel, 38 años de … PP. 30 31
[13] Roberto Laserna y Miguel Villarroel, 38 años… PP. 34-36

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