RETÓRICA Y
HERMENÉUTICA
Comprender el
Lenguaje y la Racionalidad Práctica
Por: María Camila
Mojica Vélez
Darle
al lenguaje su verdadero papel y entenderlo como un eje central para la
construcción de las ciencias es adentrarnos en el plano de los juicios, la
ética, la política y la historia. El lenguaje se constituye como el centro de
los pensamientos y de todo aquello que se teje alrededor de éstos como: la
conceptualización, la argumentación, la crítica, la persuasión y la
comunicación. Dichos elementos son
instrumentos en función del entendimiento y la cohesión de la sociedad humana. La retórica como un aporte hermenéutico
adquiere tanto peso como la lógica, ya que entreteje caminos entre la
racionalidad teórica y la racionalidad práctica, la naturaleza y el hombre, la
comunidad y los individuos, lo universal y lo particular.
Gadamer,
en su texto “La Racionalidad Hermenéutica, Retórica, Ethos y Logos en el espíritu de
la ilustración”, logra justificar
y argumentar la necesidad de trascender la visión tradicional de las ciencias,
donde la razón privilegia al logos. El estudio de la naturaleza y la realidad
adquiere mayor importancia con las teorías, los números, las fórmulas, la
investigación y la medición, distanciando al hombre con el objeto de estudio. “Lo que los hombres quieren aprender de la
naturaleza es servirse de ella para dominarla por completo”[1]. El lenguaje junto con la hermenéutica pasa
al plano filosófico, es decir, al
universo de lo subjetivo, lo conceptual y lo irracional. La imposición moderna del carácter
positivista e ilustrado de las ciencias, ha demostrado al hombre el carácter
autodestructivo de sus creaciones en el siglo XX, por ende es imposible
entender la razón sin la irracionalidad, ya que: “la racionalidad es una experiencia continua de desilusión de sí misma y
auto-ilustración”.[2]
Un
ejemplo de ello, es la tesis que plantea el texto: “Racionalismo e
Irracionalismo” publicado en: “De la razón a la praxis, vías hermenéuticas”[3]
“Si la humanidad NO
puede detenerse en la huida de la necesidad, del progreso y la civilización sin
renunciar al conocimiento, NO reconoce que del sometimiento de la naturaleza, las
instituciones y las prácticas de dominio se han vuelto contra la misma
sociedad”[4]
Para
Gadamer, la relación entre lo racional e irracional es la misma que existe
entre la comprensión y el sinsentido, la teoría y la práctica; cada uno de
ellos se relaciona directamente con su opuesto porque se definen como
contrarios y establecen relaciones de limitación y fundamentación.
El hombre busca explicar la praxis vital o la vida con
las teorías, pero las teorías se ven limitadas por la praxis vital o la vida
misma. El ser humano busca comprender lo
irracional, pero el universo irracional es el límite de la comprensión del
hombre.
Para
Gadamer la relación dialéctica entre estos elementos son: la explicación y la
comprensión, estos tienen su origen en el lenguaje, a través de él, el hombre lleva una lucha
incesante de sumisión y dominio frente a la naturaleza y la necesidad. El lenguaje como construcción social,
política y moral permite la presentación y representación de asuntos objetivos en
la sociedad, como por ejemplo la transformación de la naturaleza para
sobrevivir. La racionalidad teórica necesita de la racionalidad
práctica y viceversa, porque con el lenguaje construido en una comunidad nos
alejamos de los objetos, construimos
leyes y teorías racionales del mundo y la naturaleza con el fin de dominarla y
transformara de acuerdo a nuestras necesidades e intereses.
“Gracias a la articulación representadora del sentido del
lenguaje, podemos olvidarnos de nosotros mismos y volcarnos al asunto en
cuestión para reconocerlo en sus características y en su dinámica, como si le
propiciásemos al objeto mostrarse en su ley, en sí misma, sin nosotros”[5]
La
racionalidad práctica y la racionalidad lógica hacen parte del universo de la
retórica, entendida esta a partir de la persuasión y la comunicación de la
racionalidad misma. Para Gadamer la
retórica necesita del ethos y el logos para construir discursos y en esta
medida se constituye como el eje fundamentador de la hermenéutica como
filosofía, la cual busca tejer relaciones entre la ciencia y la sociedad a
través de la comprensión y la interpretación, buscando ampliar los horizontes
del propio juicio.
Para
Gadamer la retórica “abarca cualquier
forma de comunicación basada en la capacidad de hablar y que da cohesión a la
sociedad humana. Sin hablar unos con
otros, incluso sin entenderse cuando faltan argumentaciones lógicas
concluyentes, no habría ninguna sociedad humana.”[6]
Por
ello, aspectos como la tradición, las relaciones sociales, las creencias, los
valores, los principios del individuo, las relaciones de poder y las historias
de las comunidades comienzan a adquirir peso frente a las teorías científicas,
los modelos matemáticos, las hipótesis, las medidas, las estadísticas etc. El mundo subjetivo vuelve a adquirir el mismo
peso que el mundo objetivo con el fin de construir conocimientos bajo una
responsabilidad social, moral, ética y
auto-responsable racionalmente.
La
hermenéutica retoma la retórica para insertar la aportación de las ciencias a
una relación de consenso social que nos
liga con la tradición, por ello es una filosofía.[7]
BIBLIOGRAFÍA (Documentos de la fotocopiadora)
HERNÁNDEZ
Domínguez Javier, “Racionalidad
Hermenéutica. Retórica, Ethos y Logos en el espíritu de la ilustración”,
Universidad de Antioquia
RAMIREZ M.T., “De la
razón a la praxis, vías hermenéuticas”, Siglo XXI Editores, México, 2003.
Dialéctica de la
Ilustración, Concepto de la Ilustración.
[1] Dialéctica de la Ilustración, Concepto de la Ilustración p. 60
[2] HERNÁNDEZ Domínguez Javier, “Racionalidad
Hermenéutica. Retórica, Ethos y Logos en el espíritu de la ilustración”,
Universidad de Antioquia. P.94
[5] HERNÁNDEZ Domínguez Javier, “Racionalidad
Hermenéutica. Retórica, Ethos y Logos en el espíritu de la ilustración”,
Universidad de Antioquia. P.94
[6] HERNÁNDEZ Domínguez Javier, “Racionalidad
Hermenéutica. Retórica, Ethos y Logos en el espíritu de la ilustración”,
Universidad de Antioquia. P.101
[7] Ibid, p. 104
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