Camila 2020

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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

domingo, 2 de diciembre de 2012

La Escuela de Frankfurt


LA ESCUELA DE FRANKFURT
Perspectivas sobre la crítica
Por: María Camila Mojica Vélez
LOS principales representantes de la Escuela de Frankfurt abordan miradas con distintas perspectivas frente a LAS nuevas realidades que trajo el siglo XX, como el desarrollo de la industrialización en todo el globo, la evolución constante del conocimiento científico y la transformación de los Estados junto con los sistemas políticos.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la humanidad develó las crisis de la modernidad en el campo político, económico y humano. Los bombardeos, las invasiones militares, los campos de concentración, la bomba atómica y el genocidio de grandes masas de la población demuestran que el desarrollo técnico, industrial y científico no siempre está en función de los principios de la modernidad como la igualdad, la libertad y la fraternidad. Gracias a la influencia de Karl Marx,  la Escuela de Frankfurt desarrolló una teoría crítica como forma de comprensión de la realidad. Marcuse, Adorno y Horckheimer buscaban describir la sociedad contemporánea bajo la lupa de la crítica, evidenciaban las contradicciones de una época y develaban el enorme abismo que existía entre la realidad y los principios político-económicos que rige una sociedad en un periodo histórico concreto. 
Los campos de concentración en Auschwitz son la máxima expresión de la racionalización de la muerte, por ello, son el punto de partida para la estructuración de una crítica de la sociedad que evidencia el trasfondo de la razón ilustrada y el desarrollo científico.  Durante el siglo XX el límite entre la razón y la irracionalidad fue eliminado del panorama global con la deshumanización del hombre a partir de la ciencia, el capitalismo, el totalitarismo, el nacional-socialismo, las dictaduras, etc.  La escuela de Frankfurt contribuyó a evidenciar teórica e históricamente la “Barbarie Industrial” que el hombre construyó tras su afán de erigir la supremacía de la ciencia sobre la ética, la moral, la política y el arte.
A partir de este contexto histórico, la primera generación de la escuela de Frankfurt abordó de distintas formas el problema de la crítica, específicamente de la sociedad contemporánea producto de la modernización y la modernidad, la cual logró alienarse a partir de su propia alienación con el capitalismo y el nacionalismo.  “El gran milagro del aparato económico-administrativo consiste en haber conseguido que los hombres se sientan felices cuando en realidad no lo son[1] Los hombres del siglo XX adquirieron una conciencia falsa del sistema político y económico que permitió transformar a la humanidad en inhumanidad a partir de la propaganda y las necesidades planeadas y controladas.    Horkheimer, Adorno y Marcuse abordan el problema de la dialéctica entre la realidad y los principios de una sociedad desde la crítica a la razón ilustrada, puesto que aunque el hombre se sentía libre era un sujeto esclavizado por el Estado y el sistema económico, estos pensadores del siglo XX poseen influencias de Marx, Hegel y Freud, en la medida que evidencian las contradicciones, negaciones, afirmaciones y autocensuras entre los individuos y las sociedades que habitan. 
Para Horkheimer “el autodesarrollo de la razón instrumental fue acompañado por un proceso de deshumanización, ya que el hombre se vio privado de una racionalidad encaminada a orientar su praxis humana”[2].   Así mismo para Adorno, “la identificación  del desarrollo del aparato técnico-económico de la sociedad con el desarrollo humano de la libertad y de la justicia encubre la esclavitud y las injusticias reales que los aquejan”.[3]  Marcuse afirma que “la cuantificación creciente de la naturaleza y su explicación mediante estructuras matemáticas, consolidadas como ideal científico, han separado la verdad del bien y la ciencia de la ética.[4]
Sin embargo, las perspectivas que asumen los escritores frente a esta crítica de la sociedad van enfocadas a distintos frentes que involucran a los individuos, los principios y los sistemas político-económicos.  Unos poseen mayores influencias de Marx, o Freud o Hegel.
Horkheimer se encargó de analizar detalladamente a la sociedad industrial, evidenciando cómo el sistema político y económico ha dejado de lado a la praxis humana. El positivismo científico se idealizó como el único criterio de verdad,  en esta medida se transformó en un instrumento ideológico de alienación. El positivismo científico fue un instrumento racional en función del sistema opresor y de la miseria.  “La teoría Horkheimer como crítica de la razón instrumental conserva los ideales tradicionales de: verdad, libertad y justicia, pero concreta estos ideales sobre el tapete de las tendencias empíricas de cada momento histórico”.[5]   Horkheimer utilizó el discurso de la instrumentación de la sociedad enfocándose en el problema de la razón para comprender las contradicciones de la misma,  por ello utilizó a Marx metodológicamente, para evidenciar la deshumanización de la sociedad industrial, la cual dividió la razón y la usó de acuerdo a su propio interés.
En el caso de Adorno, la influencia del pensamiento de Hegel es particularmente fuerte porque se parte del anticipo idealista de una sociedad industrializada que sobrepasa los límites de sus propios principios pero que al mismo tiempo no logra escapar de ellos.  Para Adorno, Hegel anticipó la contradicción de una sociedad radicalmente socializada donde el ideal utópico identificaría el desarrollo técnico con el desarrollo humano ya que la negatividad de la sociedad burguesa se encontraría estrechamente entretejida con los principios e ideales del intercambio justo de equivalentes y la libertad.   A partir de esta negatividad, Adorno construye el concepto de la “dialéctica negativa” donde sostiene que el principio opresor de la sociedad parte del primado de la teoría sobre la praxis, ya que la ciencia encubre la realidad del hombre porque no es susceptible de análisis científico. 
En esta medida la metodología de análisis visibiliza los principios de la sociedad no solo como fines sino también como medios para la alienación.  
Adorno suspira por algo más que un futuro liberado de opresión.  Adorno suspira incluso por un mundo en el que no solo haya desaparecido toda alienación, sino en el que todo el pasado quede sanado y salvado[6]
La influencia de los escritos de Marcuse fueron los trabajos de Freud ya que, al igual que Adorno, utiliza los trabajos teóricos del psicoanálisis como instrumento metodológico para comprender: cómo el hombre se encuentra inmerso en una sociedad autocensurada, donde la legitimación de la organización social existente esclaviza al hombre a través del discurso racional.  Por ello, Marcuse denomina la “razón unidimensional alienada” al carácter político de la ciencia que busca controlar al hombre a través de la proyección de un mundo calculado que domina a la naturaleza y a los individuos de una sociedad.   Marcuse incluye al hombre dentro del análisis crítico de la ciencia y evidencia cómo este se encuentra inmerso en un sistema que lo moviliza física y psicológicamente para no permitir su auto-liberación.  “Marcuse soñaba con una sociedad en la que reinaría una nueva técnica convergente con el arte, una nueva sensibilidad , unos hombres dotados de nuevas necesidades y nuevas valoraciones, un trabajo que convergería con el juego, una lógica del Eros que se levantaría por encima del Logos, en una palabra: una naturaleza que habría dejado de ser hostil al hombre[7]
Horkheimer estudió la sociedad y no encontró redención, Adorno analizó los principios y  soñó con la sanación del pasado,  Marcuse involucró al individuo dentro de las contradicciones de la sociedad y soñó fantásticamente con él. Los tres fueron influenciados por distintos pensadores, pero llegaron a la misma conclusión a través de la teoría crítica: “la sociedad contemporánea se encuentra alienada por su propia alienación”. Así mismo y a diferencia de Marx, ninguno fue capaz de desarrollar una alternativa para construir una sociedad mejor.
BIBLIOGRAFÍA
ENRIQUE UREÑA,  La Teoría Crítica de la Sociedad de Habermas, La crítica de la sociedad alienada de la sociedad industrial, Tecnos, Madrid, 2004.



[1] ENRIQUE UREÑA,  La Teoría Crítica de la Sociedad de Habermas, La crítica de la sociedad alienada de la sociedad industrial, Tecnos, Madrid, 2004, p. 58
[2]Ibid
[3] Ibid, p. 62
[4] Ibiid 64
[5] Ibid, p. 61
[6] Ibid 63
[7] Ibid 66

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