Transformación en el discurso político del partido conservador colombiano en cabeza de Laureano Gómez desde la crisis de los años 30 hasta los años 50
Por: María Camila Mojica Vélez
1.JUSTIFICACIÓN
2.INTRODUCCIÓN
3.QUIÉNES ERAN LOS CONSERVADORES COLOMBIANOS
4.QUÉ SUCEDIÓ EN COLOMBIA Y EL MUNDO EN LOS AÑOS 30 CON LOS CONSERVADORES
5.QUÉ ERA LO QUE OPINABA LAUREANO GÓMEZ EN CABEZA DEL PARTIDO CONSERVADOR
5.1 La conservación y la perfección
5.2 El progreso y los extranjeros
5.3 Las otras doctrinas
5.4 La Religión y el Conservadurismo
6.CONCLUSIÓN
7.BIBLIOGRAFÍA
1. JUSTIFICACIÓN
El partido conservador ha jugado un papel crucial en la construcción de nación en Colombia, sin embargo, tras los diferentes acontecimientos internos que sacudieron al país después de la guerra de los mil días como la crisis mundial de 1929, la oposición de los liberales, comunistas y estudiantes, el sindicalismo en Colombia, la política del frente popular, la industrialización, las dos guerras mundiales, la importancia del comunismo a nivel global, y el ascenso al poder de los partidos de extrema derecha en Europa; el partido se vio inmerso en una serie de conflictos internos que lo dividieron y que propiciaron el asenso al poder del partido Liberal, sus más férreos enemigos.
El partido se vio obligado a asumir posiciones que cambiaron con los años, como lo fue la política del presidente Mariano Ospina Pérez de crear una Unión Nacional, el inicio de la violencia bipartidista, el proteccionismo monetario, y sobre todo la firma del pacto de Sitges que dio origen al Frente Nacional.
2. INTRODUCCIÓN
Los conservadores colombianos de los años 30 hasta los 50 se esforzaron por conservar un discurso que permitiera mostrar y señalar, cuáles eran esas diferencias doctrinales que los separaban abismalmente de los liberales. Su principal herramienta fue el lenguaje, y a través de él, manifestaron su antipatía, sustentándolo en aquellas visiones católicas del mundo que habían acompañado el diario vivir de los colombianos que vivían en el campo y la ciudad, sus discursos basados en la reducción del otro, ayudaron a que germinara un rencor entre los militantes de los partidos y que se transmitiera por la población a través de los medios de comunicación. Pero sobre todo, dicho rencor se propagó en la comunicación diaria y cotidiana entre los habitantes de Colombia, en las plazas de mercados, en las iglesias, en los salas de las casas, en los eventos masivos, y en las calles; sus discursos eran herramientas que creaban enemigos y aliados, y fueron una de las causas que sustentaron la violencia de los años 50.
El lenguaje fue utilizado como un arma en tiempos de paz y como una herramienta pacificadora en tiempos de guerra. El presente ensayo pretende analizar el discurso como herramienta política.
3. QUIÉNES ERAN LOS CONSERVADORES COLOMBIANOS
Los conservadores colombianos poseían valores morales que se aferraban a la tradición católica, eran aquellos que buscaban diferenciarse de los seres egoístas producto de la Revolución Francesa, que sólo pensaban en su propio bien a través del dinero, y se olvidaban de aquellas enseñanzas que dio la Santa Iglesia Católica a sus ancestros para que no cayeran en pecado y encontraran en Dios la salvación. Para el conservador colombiano ese deseo de salvación y ese deseo del Bien Común, era lo que fundamentaba los principios del Estado. El Estado y la Libertad eran concebidos para ellos como una extensión de las enseñanzas católicas, enseñanzas y valores que no debían ser sacrificados por aquellos principios que promulgaba el liberalismo, como los valores capitalistas donde el trabajo y el dinero dignificaban al hombre y promovían el individualismo. Éste, era considerado el síntoma que reflejaba la decadencia hacia la que se dirigía el estado colombiano si no se tomaban medidas frente a aquellos nuevos gobiernos liberales que buscaban cambiar todo lo bueno que se había construido desde la independencia en el siglo XIX. Todo aquel que no concibiera la filosofía conservadora como su estilo de vida, era considerado una vergüenza para la sociedad, y más aún cuando era la iglesia la que legitimaba la discriminación a los liberales y comunistas. El conservadurismo era para la gente del común más un estado de espíritu que un sistema racionalmente fundado, así lo define el autor del libro “Os Construtores do Impèrio (Ideais e Lutas do Partido Conservador Brasileiro)” Joao Camillo de Oliveira Torres.
La actitud conservadora de los colombianos poseía unas generis en el campo político definida en 4 términos: la Ateorización y Antieconomismo, la Reacción, la Morfofanía de la verdad y la Cronotaxiología.1 Aquel conservador de los años 30 se encontraba profundamente preocupado sobre el papel de la razón en la vida colombiana. Para ellos era considerada como una fuerza que debía ser controlada por otros para que no se pervirtiera y llegara a la decadencia como estaba sucediendo ya en Europa. Ése control, esa ateorización a la razón individual, debía ser ejercido por la iglesia a través de una educación moralizadora. La razón fue producto de unos sistemas de pensamientos producidos en la Edad Moderna cuya influencia surgió en el siglo de las luces gracias a esa “Metafísica Liberal” considerada por ellos como impertinente.
El antieconomismo era la negación de los conservadores hacia la concepción nobiliaria de la vida, ellos rechazaban el trabajo y la apropiación de la naturaleza por parte del individuo como el ideal máximo del hombre. El conservador colombiano buscaba reivindicar aquellos valores espirituales del hombre y de la comunidad, buscando en aquel ideal caballeresco proveniente de la Edad Media el cultivo de aquellos valores religiosos que ennoblecían a las personas, ellos menospreciaban el hecho de que las actividades productivas pasaran a manos de las clases parias de la sociedad puesto que el enriquecimiento fácil era concebido como un pecado.
El conservadurismo fue desde sus inicios una reacción a esas nuevas formas de jerarquización basada en la riqueza de la sociedad burguesa y reflejó siempre, la necesidad del pueblo colombiano de preservar las estructuras viejas provenientes de la sociedad colonial. “El conservatismo colombiano se estructuró desde el comienzo, como un partido político vinculado a los intereses del clero y portador de una contra-ideología que se oponía a la ideología liberal”2, inscribiéndose como una reacción de los grupos tradicionalistas como la aristocracia colonial, los terratenientes y la iglesia contra las medidas económicas instauradas por la clase burguesa y artesanal.
Las relaciones con la tierra y con los trabajadores no se mediaban a través del dinero sino a través de una visión espiritual donde el sustento y la contemplación eran los principios que guiaban las relaciones del trabajo. Ellos no concebían el carácter utilitarista de la apreciación de la tierra y mucho menos el hecho de que las clases parias de la sociedad ejercieran las actividades productivas. Para ellos esta morfofanía de la verdad era una realidad no un postulado filosófico.
Era esa verdad histórica, ese apego y respeto hacia el pasado, esa cronontaxología, la que se expresa muy bien en la frase de Solviolli, "el presente aún después de las más profundas revoluciones morales y sociales, se liga al pasado por vínculos tales que no se podrían romper sin tornarlos un enigma"3; y nos muestra como ese respeto a los orígenes españoles y un anhelo a retornar al pasado lo que caracteriza el espíritu conservador colombiano.
4. QUÉ SUCEDIÓ EN COLOMBIA Y EL MUNDO EN LOS AÑOS 30 CON LOS CONSERVADORES
Colombia durante los años 30 vivió un cambio que alejó al partido conservador del poder, y fueron los liberales los que tomaron el control ejecutivo en los siguientes tres gobiernos realizando una serie de políticas intervencionistas que fueron rechazadas en su principio por los conservadores.
Este ascenso al poder sucedió en una época en la que el mundo se sacudía gracias a la crisis económica del 29, undiendo a Estados Unidos y el mundo en el desempleo y la pobreza; la guerra civil en España daba comienzo como consecuencia de la instauración de la República; Hitler era designado canciller de Alemania; varios presidentes fueron asesinados en Europa, entre éstos, se encontraba Paul Dumer, Alejandro de Yuguslavia y Louis Barthou; en Europa se crearon coaliciones electorales entre partidos marxistas-leninistas y antifascistas denominados como Frente Popular y posteriormente llegarón al poder en paises como Rusia y China; llegó a la presidencia de Estados Unidos el demócrata Roosevelt prometiendo nuevas políticas intervencionistas que permitieran la recuperación de la crisis del 29, éstos y muchos otros acontecimientos ofrecían un panorama internacional muy oscuro para el gobierno colombiano, puesto que se vivenciaban demasiados cambios a nivel mundial tanto a nivel económico como político; nuevos opositores nacían en tierras europeas y a nivel económico no se visibilizaba un futuro prometedor.
El panorama latinoamericano no era muy esperanzador, según el texto "1930-1934. Olaya Herrera un Nuevo régimen." escrito por Mario Latorre Rueda, en paises como Argentina, Brasil, Chile, Perú, El Salvador y Guatemala hubo una serie de golpes de estado que en muchos casos culminaron en régimenes militares que crearon un ambiente de desconfianza y confusión.
En el caso colombiano el sistema Conservador que había durado 50 años pasó a ser sustituido por el sistema Liberal pero mediante un proceso estrictamente democrático donde los civiles ya podían participar abiertamente en las elecciones.
Durante los años 20 en Colombia hubo un bonanza económica producto de la indemnización de Panamá, los créditos internacionales, las inversiones norteamericanas y el incremento en la exportación del café. Como consecuencia se generó un alza en los costos de vida de los campesinos, por ende éstos empezaron a emigrar a las ciudades convirtiéndose de labriegos sujetos a un patrón en obreros que trabajaban para fábricas y ferrocarriles. "Con la concentración de trabajadores, con la aparición de sindicatos, las huelgas y las represalias se abonó el terreno para el socialismo"4
El gobierno conservador reaccionó a los surgimientos de grupos socialistas en tierras colombianas y tomó como medida legislativa la creación de ley Heróica, que pretendía según los liberales reducir las garantías individuales y la libertad de prensa, buscaba limitar el surgimiento de partidos nuevos, porque para ellos todo aquello que surgía en el viejo continente, todo ese caos en el cual surgían los partidos socialistas era el símbolo de que caerían en la dictadura del proletariado si no hacían nada para conservar el orden social que durante 50 años había gobernado a Colombia. Según afirmaba un congresista conservador respondiéndole al liberal Gabriel Turbay: “si es preciso pasar sobre la constitución para preservar el orden social, así debe hacerse y todo, todo, la misma dictadura es preferible a la otra dictadura, la del proletariado y la prensa”5. Para el conservador de los inicios de los años 30 era más importante el orden social que la misma institución del estado, lo que demuestra que para aquellos hombre el estado era más un instrumento no un fin en sí mismo, un instrumento que debía ser controlado por la iglesia y las élites sociales no por el proletariado ni las clases marginales.
Aún así, al poco tiempo el partido conservador sufrió una división profunda causada por la iglesia, ésto fue lo que permitió el ascenso al poder de los liberales en cabeza de Enrique Olaya Herrera. Dicha división se produjo por la decisión de la iglesia de lanzar a la candidatura de la presidencia al señor Valencia, mientras que algunos militantes del partido conservador apoyaban a Vásquez, uno era apoyado por la iglesia y por los civiles y el otro era apoyado por el ejército y algunos congresistas, la división del partido fue producto de una división de la misma iglesia puesto que mientras unos alegaban que la intromisión de Dios, del diablo y de los arzobispos no era admitida en asuntos tan terrenales como la escogencia del candidato conservador otros afirmaban que nada quedaba por fuera de la apasionada y rencorosa refriega. “Desde Dios en las alturas y el Papa y el secretario de Estado en Roma, hasta aquí en la tierra con el nuncio”6
5. QUÉ ERA LO QUE OPINABA LAUREANO GÓMEZ EN CABEZA DEL PARTIDO CONSERVADOR
Después de aquella derrota que supuso una fragmentación en el partido conservador, varios miembros adoptaron posturas críticas que se dedicaron a plantear el carácter contradictorio de las políticas intervencionistas adoptadas por los presidentes liberales. Cuando el partido conservador estaba en la oposición, germinaron los planteamientos del corporativismo cristiano y democrático, la defensa del espíritu frente a la ola del materialismo, los derechos humanos, la preponderancia de la fuerza moral, la necesidad de una unidad nacional, entre otros.
El principal crítico de las políticas del gobierno colombiano desde la presidencia de Olaya Herrera fue Laureano Gómez, en sus discursos podemos encontrar aquellos temas que preocupaban a este personaje de gran importancia en la historia colombiana y que de alguna manera influenciaron a los miembros del partido, a la iglesia y a las personas del común para que se radicalizaran conforme pasaban los años, y como consecuencia se desencadenara la violencia de los años 50.
5.1 La conservación y la perfección
Laureano Gómez, en su texto “Interrogantes sobre el progreso de Colombia”,7 planteaba lo que era para él un deber del Estado, conservarse y perfeccionarse. Frente a éstos supuestos deberes, había una gran verdad, estos dos términos eran los que debían erigir la construcción del conocimiento, y así mismo, éste debía marcar la acciones del Estado, “el conocimiento aproximado de las deficiencias existentes y de las ventajas conquistadas ya, sugerirá la formación de ideas matrices y gobernantes.”8 Desde esta perspectiva, al marcar estos postulados conservadores como deberes, ya señalaba y condenaba, que aquel que no cumpliera con ellos e ignorara el pasado, era una persona que no cumplía un compromiso con la sociedad. En éste texto, Laureano Gómez dice que sin ese conocimiento del pasado es imposible encontrar el camino de la perfección colectiva, perfección que el describe como: “aquello que hace capaz de obtener el fin de la sociedad civil, siendo éste el procurar a los ciudadanos todas las cosas que requieren para las necesidades, la comodidad y las satisfacciones de la vida.”9
5.2 El progreso y los extranjeros
Para Laureano Gómez el progreso debía erigirse sobre cuatro pilares, ellos eran la posesión del hierro, el petróleo, el carbón y las caídas del agua. Su posición era muy radical en cuanto a la explotación nacional y extranjera de recursos; él opinaba: “yo he sido partidario de que venga dinero extranjero a invertirse en obras reproductivas, manejadas celosamente, con probidad, con peripecia, con economía, por lo mismo que sé que nuestra cultura no puede ser espontánea y tiene que ser hija de la inteligencia y del capital, pero no puedo ser partidario de que venga dinero norteamericano a invertirse en gastos comunes, en instrumentos de matanza y tiranía, en fomentar los vicios de la burocracia y la holgazanería remunerada por el gobierno.”10 En este texto Laureano planteaba indirectamente el carácter negativo y poco progresista que el gobierno liberal le había dado a la inversión extranjera, puesto que para él, no es más que una manera de engrosar un cuantos bolsillos de personas norteamericanas a costa de los gastos y necesidades del estado, no de generar un desarrollo para la comunidad en general. El afirmaba que éstos cuatro pilares del progreso, hijos de la tierra colombiana, no habían sido bien explotados siendo entregados según él “a la codicia de los extranjeros, sin beneficio apreciable para los hijos del país.”11 Frente a éstas críticas sobre el carácter que el progreso colombiano había adoptado en cabeza del gobierno liberal, Laureano, los calificaba de “burócratas que se sienten tranquilos bajos las dulces aguas del presupuesto de la población pobre”12. En sus discursos, destaca el carácter de víctima de la población frente al manejo de intereses de uno políticos que según él, utilizaban los dineros públicos para su beneficio, es una opinión que vuelve victimario a los gobernantes de turno y sus políticas intervencionistas con inversiones extranjeras.
5.3 Las otras doctrinas
Para Laureano Gómez, el socialismo era sólo un experimento, porque para él, era algo que no tenía posibilidad de ser, puesto que su única consecuencia era el fracaso. Laureano encontró en Rusia el principal ejemplo de su agotamiento, así afirmó en el texto “La salvación viene de Rusia”13, “Rusia se ha sacrificado para que el universo vea a dónde conducen las doctrinas izquierdistas. Nos exhibe la anulación de la persona humana y su sustitución para el Estado Capitalista, pues mientras aquellos imponían el sacrificio de algunas víctimas humanas, éste devora la totalidad de la vida de los hombres.”14 Éste texto, de carácter reduccionista pretende mostrar a los lectores, la incapacidad del socialismo por lograr llegar a ese ideal del Estado, que plantea en otros textos, como aquel que es capaz de generar bienestar para todos lo individuos. Al decir que Rusia se sacrificó, afirma indirectamente que el socialismo es una especie de castigo de la sociedad que solo logra torturar a los hombres, quitándoles lo que él denomina la totalidad de la vida. Para los conservadores la existencia del socialismo es una amenaza constante para el país puesto que para ellos es sinónimo de sangre y muerte, una dictadura del proletariado. En cuanto al comunismo, afirma que éste, solo se sienta bajo las bases de la esclavitud, puesto que para lograr esas grandes realizaciones materiales utiliza al hombre como esclavo por medio de su dolor humano para lograr los fines colectivos. Para Laureano la única diferencia entre el sovietismo (comunismo-socialismo) y el fascismo es la economía, porque para él son dos clases de tiranía, mientras una defiende la omnipotencia del Estado en el ámbito económico, la otra limita la economía individualista, Laureano afirmó: “El sovietismo es una fascismo de mayor grado, un fascismo robustecido por la dimensión económica”15. En cuanto al nazismo calificó a Hitler como un imitador de Mussolini, y a pesar de que sus métodos fueran de extrema derecha, describió a Alemania como “la nación que repudia los indestructibles principios en que se basa la civilización” y más adelante afirmó: “por la puerta del crimen no pasará Alemania al dominio de la humanidad, pues habrán de cerrarle el camino todos los hombres, que no quieren ser esclavos, que sienten los estímulos inagotables del deber, que aman el derecho por lo que él les da y por lo que representa para la especie humana”16. Debido al gran número de víctimas que cobró el nazismo, Laureano Gómez no podía ver más que injusticias inmorales que no podían ser perdonadas bajo ninguna condición. En sus apreciaciones tomadas de “El cuadrilátero”17, encuentra en Europa el vivo ejemplo de hacia donde no se debía dirigir Colombia, y resaltó en cada una de las 4 doctrinas los elementos que contradicen los postulados del conservadurismo, y por ende, sacrifican todo aquello que había sido conquistado en el pasado, como la defensa de los derechos del hombre y la importancia de la protección del individuo frente al Estado; “La política de los otros es grosera, material y realista,... la crueldad es su fuerza, la violencia su procedimiento, su fin la concupiscencia del poder, su meta la satisfacción de la soberbia racial y personal, las cárceles su salvaguardia, el mortero de su fábrica se amasa con la sangre de los hombres libres”18. A través de éstos discursos, Laureano plasmó el límite al que no debía dirigirse la humanidad, una especie de infierno viviente en el que los Estados debían evitar caer. Así, ofreció una mirada muy negativa frente a lo que sucedía en Europa, y de alguna manera plasmó todo aquello a lo que la sociedad colombiana le temía en los años 30 y 40, las dictaduras y la falta de libertades. “El cuadrilátero” utilizó al materialismo y el afán de poder como los elementos que pervierten a los Estados, también creó enemigos porque calificó de asesinos a los comunistas, socialistas, facistas y nazistas, y marcó como objetivo de las sociedad colombiana renovar la fuerza moral y el poder del espíritu para sobreponer y destruir la violencia.
5.4 La Religión y el Conservadurismo
Para Laureano la Iglesia poseía una labor crucial y era “limpiar la mente popular de las punzadoras malezas del materialismo histórico que degradan a la persona humana”19. Para él, era la Iglesia la que debía liderar un proceso político y no solamente quedar relegada a a los asuntos espirituales. La Iglesia debía regenerar los sentimientos íntimos del pueblo, debido a que ella era benemérita de la cultura nacional, ella era la que más cerca estaba al alma popular y conservaba un incólume prestigio. Para Laureano la influencia sacerdotal tenía un campo prodigioso para la sociedad, ésta era la beneficencia, la corrección moral y el bienestar material de los individuos, porque para él en su texto “El espectro del Comunismo”20, “la vida espiritual que a pesar de todas las teorías que la deshonran y desconocen continúa siendo el título supremo de la dignidad para los seres humanos.”21. La dignidad para Laureano no era un asunto material y corporal, era algo que trascendía las conciencias y había que defender a toda a costa, a pesar de que las nuevas maquinarias políticas de la época se encargaran de pisotearla, la iglesia como institución era la única que podía enfrentar a aquellos monstruos que amenazaban surgir en tierras colombianas. Estas clases de discursos que buscaban resaltar el origen y la importancia de la dignidad poniéndola en el campo de lo espiritual, era un elemento que infundía miedo a gran parte de la población, sin querer, resultó siendo un pensamiento sectario. Toda la discusión materialista la puso en el plano de lo espiritual, a través de metáforas contextualizadas en el mundo europeo, el discurso creó enemigos y aliados, enemigos que podían surgir, para él, de las cenizas del liberalismo.
Esa construcción de infiernos y enemigos en los discursos Laureanistas, fueron activos en la época en que fueron publicados y ayudaron a sectarizar aún más a los militantes del partido conservador, no se puede negar que la violencia de los años 50 comenzó con palabras y fue con palabras como se pudo llegar a un acuerdo que lograra restablecer el poder del Estado. Así lo constata la La Declaración del Pacto de Benidorm de los señores Laureano Gómez y Alberto Lleras, éste habla de como los partidos colombianos se veían incapacitados individualmente para solucionar un problema político que afectaba a miles en la sociedad colombiana, la violencia de los años 50, fue descrita por ellos como el “bandolersimo atroz, fenómeno del menosprecio de la moral y de las leyes”. En esta declaración manifestaron que esta violencia era resultado de un desequilibrio entre el jefe, la fuerza pública y el pueblo, un des-balance entre los ciudadanos y las acciones del Estado, y por ende, la ruina de la República, la cual fue la heredera de valores como la pulcritud y la honorabilidad. Se marcó como principal objetivo la reconquista del patrimonio cívico común, a través de la recuperación de la normalidad jurídica que traería el retorno de las Fuerzas Armadas y la confianza en ellas como guardianes de los intereses del pueblo. Dicha coalición según el pacto de Benidorm pretendía crear una sucesión de gobiernos entre los dos partidos que permitiera no sólo restablecer las instituciones del estado sino que fuera un mensaje de paz para el pueblo, mostrándole que “sería insensato reabrir inmediatamente la lucha por el poder entre conservadores y liberales” y que la única opción era dividirse el manejo del poder, los partidos debían entenderse para constituir un gobierno.
6. CONCLUSIÓN
El discurso político del partido conservador se vio sumido en una serie de transformaciones producto de eventos nacionales e internacionales, económicos, políticos y sociales que llevaron al partido a asumir posiciones radicales y violentas frente a sus contrincantes, los liberales y comunistas; y que culminaron después del gobierno de Rojas Pinillas con el Frente Nacional que supuso un acuerdo que buscase soluciones conjuntas entre los liberales y conservadores, que culminaron en acuerdos políticos que permitieron traer al país un clima de paz y de desarrollo económico.22
7. BIBIOGRAFÍA
Antología del pensamiento conservador en Colombia. v. 1. Introducción, selección, y bibliografía de Roberto Herrera Soto. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura, División de Publicaciones, 1982. 1 v.
Vélez R. Ricardo, La filosofía política conservadora en Colombia, Universidad de Medellín, No. 24 (oct/dic 1977), p. 95-108.
Henderson, James D. Las ideas de Laureano Gómez. Traducción de María Isabel de la Vega. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo, 1985. 279 p.
Francisco Gutiérrez Sanín, Juan Manuel Viatela, Tatiana Acevedo, ¿Olivos y aceitunos? los partidos políticos colombianos y sus bases sociales en la primera mitad del siglo XX , Análisis político, No. 62 (ene./abr. 2008), p. 3-24
Tirado Mejía, Alvaro (Director), Nueva historia de Colombia, Colombia : Planeta, c1989 , Vol 1, 2 y 7
Fotos tomadas de google
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