Camila 2020

Camila 2020
Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

domingo, 7 de noviembre de 2010

La Revolución y la Gente

LAS MASAS POPULARES
Resumen sobre Revolución Popular de Albert Soboul del libro:
La Revolución Francesa, Principios Ideológicos y Protagonistas Colectivos”

Por: María Camila Mojica



¿Quiénes eran las masas populares?, ¿qué papel desempeñaron en la revolución?, ¿de dónde surgieron?, preguntas que abren las puertas a un estudio histórico donde se analiza la importancia de aquellas personas que conformaron el Tercer Estado, fueron las que impulsaron la Revolución Francesa, la cual implicó una transformación profunda para el mundo moderno.
Las masas populares hicieron parte activa de las multitudes revolucionarias y fueron las que llevaron hasta los últimos términos la revolución. Éstas estuvieron conformadas por diversos grupos sociales que en un principio hicieron parte del Tercer Estado, el estamento cuyo papel fue relegado a un segundo plano desde el siglo XVI. Lo componía el mayor número de la población y era el que cargaba todo el peso económico del sistema feudal-renacentista del Absolutismo Francés, llamado en la revolución como la sociedad del Antiguo Régimen.
Los diversos grupos sociales que conformaron ese Tercer Estado que Sieyés definía como el TODO de la sociedad francesa fueron:


TERCER ESTADO

  • Artesanos
  • Los Obreros
  • Tenderos
  • Pequeños Campesinos
  • Peones
  • Asalariados

  • Campesinos Propietarios
  • Potentados
  • Caciques de Pueblos
  • Granjeros importantes
  • Poseedores de Negocios
  • Jefes de empresas
  • Mercaderes

La composición social del Tercer Estado era por excelencia heterogénea, cada uno de dichos grupos sociales estaba sujeto a unos modos de producción diversos, que se movían entre dos sistemas económicos que estaban entrando en choque, el capitalismo y el feudalismo.
El primero era un sistema económico cuyos ingresos estaban determinados por el capital, el segundo estaba sujeto a la relación económica de dependencia entre el campesino y el señor de la tierra, es decir la Aristocracia. Estos dos sistemas económicos pernearon toda la sociedad francesa; el feudalismo estaba en decadencia y el capitalismo en ascenso. Tanto la aristocracia como el Tercer Estado, se vieron implicados en diversas contradicciones económicas donde los más pobres tenían que pagarle a los más ricos, y el que trabajaba más le tributaba al que no hacía nada.

Para finales del siglo XVIII la situación económica de las masas populares se había agravado, debido a la crisis demográfica y económica que para aquella época agobiaba a la sociedad francesa, especialmente a los grupos sociales más pobres del Tercer Estado.

Las principales características de dicha crisis fueron:


  • la sequía, la cual acabó con el ganado,
  • las cosechas de ciertos años fueron desastrosas,
  • se alzaron los precios,
  • la producción industrial cayó,
  • se cerró el mercado rural,
  • el nivel de salario retrocedió,
  • aumentó la demanda
  • y el coste de vida se elevaba del 100 a 200%.


Las masas populares le imputaban todas sus desgracias a la aristocracia y a las entidades gubernamentales, el campo era el que soportaba todo el peso fiscal, y el que se veía directamente afectado por los movimientos económicos. Éste, era la base de toda la estructura político-económica de la Francia Absolutista, tenía que soportar los diezmos, los impuestos feudales y la fluctuación de los precios en el mercado.

La miseria se convirtió en un estado permanente de vida de la población artesana y campesina del mundo urbano y rural.
Estas desgracias no eran las mismas para los múltiples grupos que conformaban el Tercer Estado, variaban según las condiciones económicas y sociales, e iban desde la quiebra de la pequeña empresa hasta la hambruna.

Dichas condiciones fueron:

  • La Fiscalización,
  • El Mercantilismo,
  • Los estamentos del estado,
  • El cambio gradual de la economía feudal al capitalismo,
  • Las cargas feudales,
  • El sistema señorial,
  • La sequía,
  • El aumento en la demanda,
  • El crecimiento demográfico,
  • La manipulación de los precios
  • El absolutismo,
  • La nobleza
  • La Burocracia
  • y los privilegios de la sociedad cortesana


El Antiguo Régimen había demostrado que su proyecto Absolutista no era sostenible en el tiempo, y que el Tercer Estado, que era la base para que pudiera ser posible, ya no estaba dispuesto a soportar la subordinación.

Soboul, en el capítulo “Revolución Popular” del libro “La Revolución Francesa, Principios Ideológicos y Protagonistas Colectivos”, afirma que los diezmeros y los perceptores de los impuestos eran acusados, por parte de los campesinos, por los vicios de acaparamiento; mientras que los economistas reclamaban la libertad de comercio.
Pronto la insatisfacción de las personas, se empezó a manifestar ya desde 1789 con la revuelta agraria que aconteció en Provenza, Gap, Cambresis y Picardía.
Ésta se caracterizó por ser un conjunto de:
  • perturbaciones que se generaban en los mercados,
  • atentados contra las rutas comerciales,
  • revueltas
  • y motines.
La carencia y la carestía arrojaban a los caminos o amontonaban en las ciudades a mendigos y vagabundos, multiplicando la inseguridad y las amenazas de saqueo.1
Estas revueltas populares creadas por la insatisfacción del campesinado, los pequeños comerciantes y los artesanos; junto con el hambre, produjeron como consecuencia la mendicidad y la inseguridad. Ésto, ayudó a crear un ambiente de caos, temor y esperanza; emociones, percepciones y sentimientos que consolidaron la mentalidad revolucionaria, la cual, se enfocó en crear un enemigo en común, que representaba todas las desgracias que agobiaban al Tercer Estado.

El hambre fue el motor de las masas populares, la crisis económica que las agobiaba les dio la justificación necesaria para dejar todo lo que representaba la vida como la conocían y aventurarse a lo que unos cuantos estudiosos llamaban la revolución.

Las condiciones políticas, sociales y económicas permitieron que el Tercer Estado dejara a un lado sus diferencias sociales y se unificaran en un grupo político que se había dejado a atrás llamado el TERCER ESTADO, bajo la justificación de abolir el sistema de privilegios. Esta unión se consolidó gracias a la propaganda basada en la denuncia y la conciencia colectiva que fue producto de:
  • No participación política,
  • Siglos de Explotación Feudal,
  • La ilustración,
  • El renacimiento y
  • Los sistemas de privilegios.
Dicha conciencia sobrepasaba a cada uno de los individuos y obedecía a una nueva utopía que promovía diversos entusiasmos patrióticos.
Cabe preguntarse entonces, ¿Cuál era esa nueva utopía?, ¿De dónde provenía?.
Esa nueva utopía era la libertad y provenía de la ilustración.
Uno de los principales autores que promovió esta idea a inicios del siglo XVIII fue Rousseau, él afirmaba: “El hombre ha nacido libre, y sin embargo, vive en todas partes entre cadenas." 2
otro representante del siglo de las luces fue Voltaire, que decía: los deberes y derechos del hombre sólo se extienden por la medida de sus propios altares”3.
Las contradicciones de la sociedad del Antiguo Régimen habían llevado a que se cocinara entre las calles de París y el campo, nuevas ideas que poco a poco llevaron al surgimiento inesperado de la revolución, ideas que fueron desarrolladas por la alta burguesía y la aristocracia, por aquellos hombres intelectuales que empezaron a difundir conocimientos en pro de la razón.
Dicha conciencia logró que las diversas masas populares fueran “la mano armada” de la revolución, fueron las que hicieron posible abatir al ANTIGUO RÉGIMEN gracias a esas motivaciones que los sobrepasaban.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que dichas motivaciones y objetivos no eran las mismas dentro de los diversos grupos sociales que componían el Tercer Estado, existían muchas oposiciones entre los Sans Culottes, los campesinos y la burguesía, que a su vez también era heterogénea
Tanto los Sans-culottes como los campesinos tendían más allá de la ruina de la aristocracia, hacia unos objetivos que no eran propiamente los de la burguesía revolucionaria4
La re-convocatoria de los Estados Generales fue el último medio de supervivencia que la monarquía encontró para tratar con el Tercer Estado, ésto generó las primeras emociones en las masas populares,como el miedo y la esperanza, guiando las acciones del pueblo francés en adelante.
Pero los Estados Generales, fueron objeto de muchas manipulaciones políticas por parte de la Aristocracia para entorpecer la participación del Tercer Estado, LUIS XVI era un buen rey, pero su entorno aristocrático perverso.5, éste fue el inicio de lo que Soboul llama la Conspiración Aristocrática, que obedeció a una serie de acciones políticas de la nobleza, que crearon desconfianza y odio entre las masas populares, porque mostraban el interés por desaparecer del mapa político al Tercer Estado.
La creencia en la conjura aristocrática, fue el rasgo fundamental de la mentalidad colectiva revolucionaria de 1789, que se extendió al conjunto del país6
Lo que inicialmente no era sino una mera sospecha fue confirmado paulatinamente por la resistencia de la nobleza a la reunión de los tres estamentos... y la amenaza de un golpe de Estado militar contra los Estados Generales convertidos en Asamblea Nacional”7

Las medidas que tomó la Aristocracia que generaron sospechas en las masas populares fueron:
  • La Resistencia a convocar los tres estamentos
  • La Resistencia a permitir que el Tercer Estado aumentara su participación y que los votos fueran por cabeza
  • La Destitución de Necker8
  • La Amenaza de un golpe de estado militar contra los Estados Generales
  • Las Intrigas en la corte
  • Las Emigraciones de la Aristocracia al extranjero
  • Las Actividades de los emigrados
  • El Envío de recursos al extranjero
  • Las Conspiraciones reales
  • Las Contrarrevolución
  • y La Guerra

Poco a poco la aristocracia se fue convirtiendo en el enemigo del TERCER ESTADO, esa clase social, que según Marx, cargaba con todos los vicios de la sociedad del ANTIGUO RÉGIMEN.
El miedo fue producto de la Conspiración Aristocrática pero persistió en toda la revolución, porque siempre existió la posibilidad de que la utopía de la libertad no pudiera ser posible en Francia. Se transformó del temor de una ofensiva aristocrática a miedo a los bandidos, miedo a perder la propiedad, a perder los bienes y a perder la vida. “Su contenido era social pero se matizaba según las circunstancias. Miedo a los aristócratas, pero también miedo a las clases peligrosas, miedo y desconfianza hacia todos.9,” ésto culminó con las matanzas y la época del Terror10
El miedo, era alimentado a su vez por la crisis económica, donde los campesinos le atribuían la escasez y el hambre a la aristocracia, por ser los que percibían los impuestos, los diezmos y sobre todo, las reservas de alimentos como el grano.
La esperanza fue el elemento cohesionador del heterogéneo Tercer Estado, sostuvo la energía revolucionaria hasta sus últimas consecuencias, la primera vez que se vivió de manera generalizada fue con la convocatoria de los Estados Generales.
Se sentía entre las multitudes la BUENA NUEVA, que anunciaba nuevos tiempos. Donde el Rey se preocuparía por las penurias que vivía su pueblo, las cuales, eran causadas por el sistema de privilegios. Este futuro ofrecía unos principios que para aquellos hombres eran los orígenes de la felicidad universal que se venían hablando ya desde la ilustración.
¿Cuáles eran las características de dicha felicidad?
  • la igualdad
  • la libertad
  • la justicia
  • el honor
  • el consuelo de los oprimidos y el pavor de los opresores
El miedo tenía la misma dimensión que la esperanza, porque estaban vinculadas directamente a ese ideal de felicidad universal, las dos, se sostenían sobre las grandes dificultades que estaba viviendo la gente que pertenecía al Tercer Estado, dificultades que a los ojos del campesinado y la mediana burguesía eran causadas por la Aristocracia.
Las masas populares que componían el Tercer Estado, ahora se habían convertido en las masas revolucionarias; el hambre, un hecho de índole económico ahora se había transformado en un hecho de índole político. El pueblo consideraba el hambre como “el resultado de un complot, de una voluntad maléfica, la obra de un poder diabólico decidido a buscar su pérdida11. Muchos no concebían, que las buenas cosechas, el mercado y las ganancias estaban supeditadas a otros factores de los mercados, como la demanda y los precios.
Esta nueva mentalidad revolucionaria hija de la conciencia colectiva, construyó una nueva especie de hombres de diferente procedencia económica, ellos NO sólo obedecían a lo que dictaban los más poderosos económicamente, NO eran seres poseídos por impulsos sanguinarios y delirios alcohólicos, NO eran seres que se sublevaron por el peso de los mitos colectivos de la cólera. Eran seres humanos con esperanzas y miedos, que actuaron de acuerdo a sus principios.

¿Quiénes eran aquellos hombres que conformaron las masas revolucionarias?

Muchas opiniones han surgido tras el transcurso de la historia, Burke los definía como hombres feroces y asesinos, hombres que aparecen según Michelet, adornados con todas la virtudes populares, ellos eran una encarnación del bien que velaba por el bien común.

Estos hombres hijos de un pasado histórico, sobrevivían de lo que podían y daban la vida por una Francia mejor, eran iguales pero diferentes a la hora de militar y participar activamente de las jornadas revolucionarias y los espacios de participación política.
Las masas revolucionarias eran heterogéneas pero unidas a la vez, estaban constituidas por distintos hombres como:

Clase Media Burguesa
Personas de Oficios
Trabajos Liberales
  • Manufactureros
  • Mercaderes
  • Tenderos
  • Cabareteros
  • Cerveceros
  • Artesanos
  • Obreros
  • Carpinteros
  • Ebanistas
  • Cerrajeros
  • Zapateros
  • Mosos de Cuerda
  • Porteadores
  • Peluqueros
  • Campesinos
  • Carreteros
  • Peones
  • Arquitectos
  • Profesores
  • Cirujanos


La proporción de hombres que participaron de la revolución y trabajaron en cada uno de estos oficios, no era igual en las multitudes revolucionarias, predominaban ante todo los artesanos, obreros y asalariados; luego los pequeños comerciantes y manufactureros junto con los hombres que trabajaban en los oficios liberales. Según Jaurés, “No se encontraban en la lista de los combatientes a los rentistas, a los capitalistas, para quienes la revolución ya estaba hecha en buena parte”. 12
Todos estos hombres diferentes en su quehacer diario, estaban sujetos a los mismos problemas: la carestía, la crisis de subsistencias y la crisis política. Eran iguales a la hora de participar activamente en las jornadas revolucionarias, porque estaban inmersos en unas masas que estaban dispuestas a usar la violencia, la voluntad punitiva y la reacción defensiva, para luchar por lo que soñaban, por sus esperanzas y miedos.
Eran diferentes, porque sus preocupaciones políticas se transformaban conforme la revolución avanzaba, generando nuevos puntos de vista en cada una de estas personas sobre la nueva Francia que estaba surgiendo, sobre el papel del gobierno y sobre el papel del pueblo.
La violencia fue producto del miedo, respondió a una voluntad por defenderse y reaccionar contra el Antiguo Régimen y luego contra la Contrarrevolución, a ésto, Soboul lo llamó Reacción Defensiva. El pueblo se armó hasta los dientes, utilizó distintas tipos armas y métodos de agresión para legitimar su poder defendiéndose de los poderosos; “la burguesía se hizo cargo de la dirección de los movimientos, procurando regularlos.13

Las masas revolucionarias crearon milicias en cada pueblo, se apoderaron de los fondos públicos, saquearon los depósitos de armas y los castillos, suspendieron el pago de los impuestos, se apropiaron de los cañones, confiscaron las casas de los sospechosos, armaron barricadas e hicieron un llamado a toda la población para que tomara las armas.
Así, la reacción defensiva se fue transformando poco a poco en voluntad punitiva, ya NO sólo había que defenderse, también había que castigar y atacar a los enemigos de la Revolución; NO era suficiente con sacarlos del poder, había que castigarlos y exterminarlos; NO fue una cuestión de cambiar todo lo que representaba el ANTIGUO RÉGIMEN sino de desaparecerlo completamente. La violencia se convirtió en un discurso de guerra, en una campaña del miedo que desembocó trágicamente en la época del terror donde cientos de inocentes murieron. Soboul concluye, “las matanzas populares solamente terminaron con el fortalecimiento del Gobierno Revolucionario y la legalización del terror14

No se mataba por matar. Se mataba porque había que acabar con el hambre y la injusticia.
Se cortaban cabezas, se colgaban personas, se quemaban imágenes, se destruían bienes, se saqueaban castillos, se humillaban a los presos, se exponían los cadáveres, se incendiaban las casas; en últimas, se atentaba contra hombres y propiedades, se asesinaban a los chivos expiatorios y se colgaban las efigies.

El incendio, el saqueo, la guillotina, la humillación pública fueron instrumentos legitimados por:

  • la sed de venganza contra el Antiguo Régimen,
  • la voluntad de castigo para lograr la justicia,
  • los viejos resentimientos,
  • el deseo de igualdad y libertad,
  • el hambre
  • y el interés de purificar todo lo que va en contra simbólicamente de la revolución.


La voluntad punitiva podía afirmarse con prioridad sobre la satisfacción de las necesidades15. El hambre pasó a un segundo plano y la gente se movilizó por la Revolución y el Gobierno Popular. Movilización que se generó en la agrupación y la agregación, formas de participación directa e indirecta de las personas en las jornadas revolucionarias y en los espacios políticos de la nueva Francia en construcción.

La gente se agregaba cuando se reunía involuntariamente en los conglomerados, en la plaza pública, en el mercado y en las calles; en la cotidianidad expresaban sus inconformidades tanto con el Antiguo Régimen como con el gobierno revolucionario. La agregación se debía a una necesidad social de la gente por reunirse y opinar, necesidad que se transformó en militancia y agrupación en comunidades de opinión y debate político. Fue en el universo público donde se construyó una mentalidad colectiva y la unidad del pueblo.

En los nuevos espacios de debate político la gente se reunió voluntariamente a opinar y cuestionar el gobierno revolucionario, el poder central, el nuevo sistema gubernamental, la tasación, la requisa, el máximum, el comité de salvación pública y las secciones. Opiniones donde los miembros de los clubes buscaban soluciones a la carestía, la contrarrevolución, la crisis de subsistencias, la participación política y el sistema económico. En la agrupación se generaron niveles de organización y conciencia colectiva provenientes de la clandestinidad que poco a poco, conforme la revolución avanzaba, encontraron un espacio político legítimo como el caso de los Cordeliers o Jacobinos.



Las ideas revolucionarias de libertad, igualdad y fraternidad fueron calando en las masas populares, generándose poco a poco antagonismos políticos entre la gente del común y el gobierno revolucionario, entre la burguesía y las masas populares, entre los Jacobinos y los Girondinos. Dichos antagonismos se debatían entre cómo se debía administrar el poder del gobierno revolucionario y el poder del pueblo, obedeciendo a los intereses económicos, políticos y sociales de la burguesía y las masas populares.

Para dichas masas la Soberanía residía en el pueblo; ésto motivó a los militantes populares, producto de las agrupaciones, en las jornadas revolucionarias. Fue el fundamento de las acciones militares y políticas de los Sans Culottes. NO permaneció en el mundo de las ideas, se vivió encarnizadamente.

¿Cuáles eran las características de esta Soberanía de las Masas Populares?
  • Era Imprescriptible
  • Era Inalienable
  • Era Indelegable
  • No obedecía a ninguna restricción
  • Era un resultado de la Democracia Directa
  • El Pueblo era el soberano legislador
  • La Justicia era una prerrogativa del pueblo
  • El Poder de las armas era un instrumento legitimador
Sin embargo, su opinión llegó a contradecirse con la abstracción burguesa de la soberanía, porque para las masas populares era del aquí y del ahora, ejerciendo TODOS sus derechos y PARTICIPANDO en todos los espacios políticos. Para la burguesía era un asunto de libertad comercial, libertad de la propiedad privada, más que libertad e igualdad entre las personas.
La concepción de la soberanía entró en conflicto con la burguesía y con las concepciones jacobinas de una acción nacional colectiva, puesto que no estaba de acuerdo en muchos casos ni con las representación política, ni con la delegación de poderes que favorecía a la clase burguesa a la hora de proclamar la libertad individual. Para las masas populares primaba la libertad colectiva.
La participación directa del pueblo en el ejercicio de la democracia garantizaba que la voluntad general16 fuera resultado de la SOBERANÍA POPULAR.
Esta participación se encontraba tanto en el ámbito legislativo como en el judicial, “el pueblo se mezclaba con los magistrados como 4 de Septiembre de 1973”17, en los mercados en el año III reclamaba: “nosotros somos el soberano, nosotros sólo tenemos el derecho de hacer las leyes y en consecuencia el de no ejecutar en modo alguno aquellas que no nos convienen18
A nivel judicial Bouland que era un Sans Culotte afirmaba: “En los momentos de crisis, no necesitamos tribunales, el pueblo es soberano, está capacitado para juzgar y ejecutar a los culpables19
El concepto de justicia se había transformado completamente y llegó a ser considerada, entre otros aspectos, como un ejercicio de venganza del pueblo hacia los traidores. Ésta era una representación de la voluntad del pueblo, y por ello, era considerada como el pueblo mismo. Su ejercicio era un acto de soberanía, el cual, se dejaba de delegar mediante la representación en los momentos de crisis.
Para ellos, el poder de las armas como elemento efectivo para conservar la justicia era un poder que no se le podía quitar al pueblo, porque era como quitarle la libertad al disminuirlo y volverlo vulnerable. Las armas era un asunto diferente de la justicia, pero también era considerado por el pueblo como un derecho soberano. Además de ser un derecho eran un símbolo de poder, cuya ausencia significaba la degradación política y el final de las libertades populares.
Este significado de las armas estaba directamente ligado con la concepción de la INSURRECCIÓN, cuyo simbolismo fue crucial para las masas populares francesas. Era la representación extrema del principio de soberanía popular, y por ello mismo, era el instrumento con que el pueblo reclamaba la propia legitimidad de las instituciones, si era necesario las abolía y las volvía a construir, legitimidad que se cuestionaba por la representación de los magistrados y burócratas.
A partir de estos diversos ámbitos, las masas populares mostraban a través de sus actitudes y acciones que la separación de poderes como resultado de la representación política es vacía, puesto que es el pueblo el que debe ejercer la totalidad de funciones legislativas y judiciales del gobierno, especialmente en los momentos considerados de Crisis. Para aquellos hombre representar NO es legislar, participar ES legislar.
Estas concepciones entraron en contradicción con la democracia representativa tal como la concebía la burguesía revolucionaria, del mismo modo que sucedió con la dictadura de la Salud Pública20, tal como lo practicaron los montañeses y los jacobinos.”21

BIBLIOGRAFÍA

  • SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Barcelona.
  • VOLTAIRE. "Cartas Filosóficas". El libro de bolsillo alianza editorial Madrid, España, 1998.
  • http://www.enxarxa.com/CGT/recursos/biblioteca/ROUSSEAU%20El%20Contrato%20Social.pdf, última visita 5 de Octubre de 2010
1SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Barcelona, p. 195

Esta frase la escribió ROUSSEAU en el contrato social , publicado en 1762, dibujó una versión diferente de la teoría contractual. El postulado de Rousseau, que da nombre a esta teoría, a partir de su observación de la sociedad, constituida en ese entonces por masas sometidas al Rey, discurre acerca del vínculo que existe entre el soberano y los súbditos. Descarta que el vínculo se halle en la fuerza o la sumisión, sino que por el contrario, los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social. Este consentimiento voluntario se materializa a través de un contrato, "el contrato social".
Para Rousseau, el hombre que estaba en el Estado de naturaleza es un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos: la auto-protección, y la piedad, pero en la medida en que el hombre se agrupa depende cada vez más de los otros, depende de la división del poder, de la propiedad privada, de el deseo de satisfacer las pasiones, estas necesidades son productos de ese cuerpo social que ha resultado de un desarrollo histórico, un proceso, que empezó con la formación de la familia y se degeneró, según él, en la sociedad del siglo XVIII. Los hombre sufriendo por sus vidas y por sus necesidades impuestas, promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico.
3 VOLTAIRE. "Cartas Filosóficas". El libro de bolsillo alianza editorial Madrid, España, 1998, p. 59.
4SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Baracelona, p. 195
5Ibid p. 200
6Ibid, p. 202
7Ibid p. 203
8Luis XVI, actuando por consejo de los nobles que formaban su camarilla personal, cesó a su ministro de finanzas Jacques Necker, el cual tenía cierta comprensión hacia el Tercer Estado, además de haber intentado sanear las cuentas del reino.
9Ibid, p. 203
10El Terror (francés: la Terreur) es un periodo de violencia de la Revolución francesa que duró de septiembre de 1793 a la primavera de 1794 incitado y que ha generado numerosos debates. Según algunos historiadores, el Terror estaba "caracterizado por la brutal represión de los revolucionarios mediante el recurso al terrorismo de Estado", mientras que para otros, el Terror aparece como un arma de doble filo, que al mismo tiempo segó la vida de muchos inocentes, pero también acabó con numerosos complots de especuladores y reaccionarios en París y otras partes de Francia, con lo que para algunos el Terror se justificaría en parte.
11SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Baracelona, p. 199
12Ibid, p. 225
13Ibid. p. 206
14Ibid p. 211
15Ibid, p. 215
16 Para Rousseau, la sociedad es una verdadera sociedad cuando es la expresión de voluntad general, entendida como el bien común real.
17 SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Baracelona pag. 245
18 Ibid
19 Ibid p. 246
20El Comité de Seguridad General, que fue creado a comienzos de la Convención y que había sustituido al Comité de vigilancia de la Asamblea Legislativa, se compuso también, a partir de septiembre de 1793, de doce miembros que tenían a su cargo la policía política. Estos dos Comités constituían una especie de gobierno parlamentario que comenzó a dirigir los asuntos de Francia de forma dictatorial gracias a la confianza de la que gozaban por parte de la Asamblea. La política que practicaron estos hombres está vinculada al Terror, como medio de salvar al país de los peligros que lo amenazaban en el interior y en el exterior. El Terror estaba dirigido contra los enemigos de la Revolución y se aplicaba mediante la sustracción del acusado del curso normal de la justicia para ser sometido a un Tribunal revolucionario que aplicaba unos procedimientos y unas penas fijadas por la Convención.
21SOBOUL Albert, La Revolución Francesa, La Revolución Popular, Editorial Crítica, Baracelona p. 247

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