Camila 2020

Camila 2020
Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

martes, 31 de agosto de 2010

Mi abuela y mi tía

UN HOMENAJE A MIS ABUELAS



domingo, 29 de agosto de 2010

Prometeo y Andrés

PROMETEO Y ANDRÉS
Por: María Camila Mojica

Quién es aquel Prometeo que se atrevió a desafiar a Zeus, al representante del poder supremo, del orden divino. Quién es aquel Andrés que se atrevió a desafíar a las bandas emergentes de Medellín, representantes del poder económico y narcoterrorista del país, creadores del otro orden de la ciudad. Ellos son dos seres diferentes pero que compartieron un anhelo similar; uno humano y el otro divino, creyeron  que NO todo podía ser igual, que había una fuerza o destino que designaba el mundo y la ciudad para otras cosas mejores.  Prometeo creyó en el hombre, Andrés también creyó en el hombre, pero el Olimpo  y Medellín se encargaron de cobrarles sus osadías.

Ese es Andrés Felipe Medina, era uno de esos Prometeos que caminaban por la ciudad de Medellín, enseñándole a los hombres esos secretos que ennoblecían sus vidas y los alejaban de la bestialidad y la sumisión, de aquel orden que niega esa posibilidad de crear una sociedad sin muertos, sin injusticias y sin crímenes.
Andrés fue el integrante de Son Batá, un grupo musical del barrio Nuevos Conquistadores, que a través del Palenque Afrocolombiano, de canciones y bailes, reclamaba el derecho a vivir, a tener una ciudad mejor.

A través de dicha Corporación, Andrés ayudaba a reconfigurar la memoria a través del arte, entretejiendo nuevas construcciones culturales en uno de los barrios más pobres y violentos de la ciudad.   Andrés le enseñó a niños y jóvenes que el camino de la no violencia es factible, es una alternativa, les reveló que  a través de la creación artística es posible resistir a ser ignorados, asesinados y discriminados, que no hay diferencia entre uno y otro sólo por tener un arma, que lo que ennoblece a  las personas no es la plata.
Así, Andrés y la Corporación Son Batá siembran y sembraron semillas de esperanza en los futuros hombres y mujeres de la comuna 13,  promoviendo la no violencia y el respeto a la diferencia, herramientas que construyen una sociedad sobre la virtud.

Gracias al miedo que los grupos violentos tienen a perder el poder, le ofrecen falsas esperanzas de vida y éxito a los niños y jóvenes de Medellín, por medio de las drogas y el dinero, con el fin de conseguir nuevos integrantes y convertirlos en instrumentos de guerra.
Según informa el Instituto para la Capacitación Popular, “cada vez un número más elevado de niños, e incluso niñas, cuyas edades oscilan entre los 10 y los 18 años, participan en actividades como el transporte de armas, la vigilancia de expendios de droga, la comisión de asesinatos selectivos y el cobro esporádico de vacunas”.

Ese es el mismo miedo que Zeus poseía, el miedo a perder el poder, el miedo a ser presa de su destino.
Lo que relaciona tan directamente a Zeus con las nuevas bandas emergentes de la ciudad, es la legitimidad de su poder, puesto que ambos fueron conseguidos después de duras batallas, por medio de la violencia bruta y la Metis; una entre los Titanes, los Gigantes, el Tifón y la nueva generación de dioses; y la otra, entre las bandas paramilitares, las organizaciones guerrilleras y las nuevas bandas narcotraficantes compuestas en su mayoría por menores de edad y desmovilizados.  Ambas batallas utilizaron los mismos instrumentos, la fuerza física y la Metis.
En el caso de la actualidad, se han implementado otras herramientas  que no se alejan de la violencia y la astucia como son, según afirma el periódico el Espectador y La Personería, “las vacunas, el enfrentamiento armado, la disputa territorial, el reclutamiento juvenil y el desplazamiento intraurbano forzado.”

Aún así, tanto Zeus como las bandas emergentes, llamadas así por la policía, están destinadas a lo mismo, a desaparecer y a ser reemplazadas.
El destino ya está escrito para Prometeo, y nada se puede hacer, sólo esperar. Éste es una herramienta esperanzadora que socorre el sufrimiento; así lo afirmó Prometeo al profesar:

“Llegará un día puedo jurarlo, en que Zeus,
a pesar de su soberbia, se tornará humilde,
pues las bodas que se preparan habrán de derribarle
de su poder y de su trono.
Entonces se habrá cumplido la maldición con que
le maldijo Cronos, su padre, el día en que
fue derribado de su propio trono …  Digo lo que será
aunque también es lo que deseo.”

y Andrés con Son Batá cuando cantaba:

 
“Cómo hacer de nuestra vida una canción, si no conoces entre negros y blancos cuál es la relación… Cómo hacer de nuestro un mundo un paraíso, cómo saber de dónde venimos…
Teorías van, teorías vienen y no sabes dónde vas cuándo morimos, quién es el bueno, quién es el malo, mira, piensa, ¡ hey quién es tú hermano!... cómo es la vida si no queremos lo que tenemos, cómo es el mundo si ahora somos nosotros los que perdemos, cómo entender el planeta entero, como comprenderás lo que te digo Hip Hop, papel, esfero es lo único que os quiero…
Lo siento pero es mi realidad y ahora sigo sin resolver… Las líneas, nuestro camino, todo lo escrito y lo dicho nuestro destino”


El destino los motiva a enfrentar el castigo con dignidad, es la esperanza en los hombres, la esperanza en los jóvenes y niños, la esperanza en el futuro,  lo que garantiza la verdadera victoria.
Sin embargo, hay una gran distancia entre Prometeo y Andrés, puesto que uno es inmortal y el otro mortal, y por ello el peso de las cadenas cambia.
Para Prometeo, al recibir el castigo de Zeus siendo encadenado a una roca y visitado por un ave que degusta de sus sesos todas las noches, queda una esperanza viva y  una condena dura, la esperanza a ser liberado pero sólo después de haber sufrido lo suficiente.


“No, para esto, la hora señalada por las parcas
que lo consume todo no ha llegado aún,
sólo después de haber padecido todas las torturas,
todas las calamidades podré evadirme de estos lazos.”

Para Andrés, la esperanza murió el día que le dispararon saliendo de su casa, puesto que él, nunca podrá ver el día en que le ganen los proyectos culturales a la guerra,  su condena es más pesada que la de Prometeo, ya que la principal consecuencia de la muerte es el olvido. 

La diferencia entre un Prometeo y Andrés, es que el primero sufre por el resto de la eternidad recordándoles a los hombres lo que se tuvo que pagar para poder acceder al fuego, la medicina, y las técnicas; mientras que el joven afro descendiente, ya no está ni en los rincones más apartados de la tierra, y por ello, no hay quien le haga recordar a los hombres qué se tuvo que pagar para que algún día pudiera haber paz en la ciudad.

La Tragedia de Prometeo escrita por Esquilo es una de esas historias que los hombres estamos destinados a repetir, así como Cronos repitió el destino de Urano, y Zeus el de su padre.  Los hombres estamos destinados a repetir esos sufrimientos que siempre nos han pertenecido sin importar el pasar de los siglos y milenios.

Prometeo es el espejo del destino,  no es más que el drama de las ciudades, el drama de las
naciones que como Colombia, no se cansan de enterrar a los muertos y olvidar.






BIBLIOGRAFÍA:

Medellín desde la comuna 13, Agosto de 2010,   http://m.elespectador.com/impreso/ cuadernilloa /judicial/articuloimpreso-medellin-comuna-13

 
Medellín repudia y llora asesinato de gestor cultural de la comuna 13, JUAN FERNANDO ROJAS, http://www.eltiempo.com/colombia/antioquia/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-7791078.html

 
¡No queremos más asesinatos en Medellín ni en ningún lugar del mundo!, Medellín, 4 de julio de 2010, http://civis.se/No-queremos-mas-asesinatos-en

Esquilo, Tragedias, Prometeo Encadenado, Barcelona 1963, Editorial Iberia S.A., Pags. 3- 32

viernes, 27 de agosto de 2010

Una tarde en Medellín

UNA TARDE EN MEDELLÌN
Escuchen esta mùsica y vean las fotos.

Aquí se vivió la paz por una sola tarde y yo la viví.

Los niños de Moravia jugaban, corrían y montaban bicicleta.
En el piso no habían huellas de sangre. 

Los hombres trabajaban como podían, sobrevivían del rebusque y la dignidad.

Las mujeres caminaban junto a su hijas, compraban comida y seguían caminando quien sabe para donde.

  La velocidad de la vida había descendido.
De pronto, todo ocurría más lento, los semáforos se habían detenido y nadie corría de prisa.
El tiempo exigía la pausa para vivir la paz, nadie quería que ese momento se esfumara rápido.



Los carros ya no pisaban el asfalto de la calle;
también se habían detenido y ya no querían ir hacia algún lugar, 
no había que escoger entre los caminos, 
sólo importaba el presente.
El sol brillaba, 
los niños jugaban 
y la gente sentada,
esperaba a que aquella tarde no terminara.
Pensaban que tal vez la noche sería más oscura y fría de lo que esperaban.


sábado, 14 de agosto de 2010

Nostalgia Latinoamericana

ATAHUALPA YUPANQUI
Nostalgia Latinoamericana


POEMA DE PABLO NERUDA

ADIÓS, pero conmigo
serás, irás adentro
de una gota de sangre que circule en mis venas
o fuera, beso que me abrasa el rostro
o cinturón de fuego en mi cintura.
Dulce mía, recibe
el gran amor que salió de mi vida
y que en ti no encontraba territorio
como el explorador perdido
en las islas del pan y de la miel.
Yo te encontré después
de la tormenta,
la lluvia lavó el aire
y en el agua
tus dulces pies brillaron como peces.

Adorada, me voy a mis combates.

Arañaré la tierra para hacerte una cueva
y allí tu Capitán
te esperará con flores en el lecho.
No pienses más, mi dulce,
en el tormento
que pasó entre nosotros
como un rayo de fósforo
dejándonos tal vez su quemadura.
La paz llegó también porque regreso.
a luchar a mi tierra,
y como tengo el corazón completo
con la parte de sangre que me diste
para siempre,
y como
llevo
las manos llenas de tu ser desnudo,
mírame,
mírame,
mírame por el mar, que voy radiante,
mírame por la noche que navego,
y mar y noche son los ojos tuyos.
No he salido de ti cuando me alejo.
Ahora voy a contarte:
mi tierra será tuya,
yo voy a conquistarla,
no sólo para dártela,
sino que para todos,
para todo mi pueblo.
Saldrá el ladrón de su torre algún día.
Y el invasor será expulsado.
Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos
acostumbrados antes a la pólvora.
Y sabré acariciar las nuevas flores
porque tú me enseñaste la ternura.
Dulce mía, adorada,
vendrás conmigo a luchar cuerpo a cuerpo
porque en mi corazón viven tus besos
como banderas rojas,
y si caigo, no sólo
me cubrirá la tierra
sino este gran amor que me trajiste
y que vivió circulando en mi sangre.
Vendrás conmigo,
en esa hora te espero,
en esa hora y en todas las horas,
en todas las horas te espero.
Y cuando venga la tristeza que odio
a golpear a tu puerta,
dile que yo te espero
y cuando la soledad quiera que cambies
la sortija en que está mi nombre escrito,
dile a la soledad que hable conmigo,
que yo debí marcharme
porque soy un soldado,
y que allí donde estoy,
bajo la lluvia o bajo
el fuego,
amor mío, te espero,
te espero en el desierto más duro
y junto al limonero florecido:
en todas partes donde esté la vida,
donde la primavera está naciendo,
amor mío, te espero.
Cuando te digan "Ese hombre
no te quiere", recuerda
que mis pies están solos en esa noche, y buscan
los dulces y pequeños pies que adoro.
Amor, cuando te digan
que te olvidé, y aun cuando
sea yo quien lo dice,
cuando yo te lo diga,
no me creas,
quién y cómo podrían
cortarte de mi pecho
y quién recibiría
mi sangre
cuando hacia ti me fuera desangrando?
Pero tampoco puedo
olvidar a mi pueblo.
Voy a luchar en cada calle,
detrás de cada piedra.
Tu amor también me ayuda:
es una flor cerrada
que cada vez me llena con su aroma
y que se abre de pronto
dentro de mí como una gran estrella.

Amor mío, es de noche.

El agua negra, el mundo
dormido, me rodean.
Vendrá luego la aurora
y yo mientras tanto te escribo
para decirte: "Te amo".
Para decirte "Te amo", cuida,
limpia, levanta,
defiende
nuestro amor, alma mía.
Yo te lo dejo como si dejara
un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor, y aún tendrá fuerza
para quemar las manos que lo toquen.
Quiénes fuimos? Qué importa?
Tocarán este fuego
y el fuego, dulce mía, dirá tu simple nombre
y el mío, el nombre
que tú sola supiste porque tú sola
sobre la tierra sabes
quién soy, y porque nadie me conoció como una,
como una sola de tus manos,
porque nadie
supo cómo, ni cuándo
mi corazón estuvo ardiendo:
tan sólo
tus grandes ojos pardos lo supieron,
tu ancha boca,
tu piel, tus pechos,
tu vientre, tus entrañas
y el alma tuya que yo desperté
para que se quedara
cantando hasta el fin de la vida.

Amor, te espero.

Adiós, amor, te espero.

Amor, amor, te espero.

Y así esta carta se termina
sin ninguna tristeza:
están firmes mis pies sobre la tierra,
mi mano escribe esta carta en el camino,
y en medio de la vida estaré
siempre
junto al amigo, frente al enemigo,
con tu nombre en la boca
y un beso que jamás
se apartó de la tuya.

viernes, 13 de agosto de 2010

Duerme negrito


Para aquel que alguna vez me llamó su Bonsai
Duerme, duerme, negrito
Que tu mama está en el campo, negrito
Duerme, duerme, mobila
Que tu mama está en el campo, mobila
Te va traer codornices
Para ti.
Te va a traer rica fruta
Para ti
Te va a traer carne de cerdo
Para ti.
Te va a traer muchas cosas
Para ti.
Y si el negro no se duerme
Viene el diablo blanco
Y zas le come la patita
Chacapumba, chacapumba, apumba, chacapumba.
Duerme, duerme, negrito
Que tu mama está en el campo,
Negrito
Trabajando
Trabajando duramente, (Trabajando sí)
Trabajando e va de luto, (Trabajando sí)
Trabajando e no le pagan, (Trabajando sí)
Trabajando e va tosiendo, (Trabajando sí)

Para el negrito, chiquitito
Para el negrito si
Trabajando sí, Trabajando sí

Duerme, duerme, negrito
Que tu mama está en el campo
Negrito, negrito, negrito.


lunes, 2 de agosto de 2010

Poema a la Vida


Mi vida

Como se alejan las olas
que arrastra la tempestad,
así partí de la vida
para no volver jamás.

Creerás que estuve de paso
como marino que viene y va,
tratando de hallar un puerto
para luego echarse a la mar.

Cuántas cosas pensaré,
con mi actitud tan incierta,
pero nunca la verdad
la sabre con certeza.

Que podría ofrecerme yo
más que un sueño sincero,
si supiera que desde que nacì,
sólo fui como el viento.

No soy nadie en mi destino
más que un soñador errante,
podré andar muchos caminos,
pero jamás encontrarme!



Autor: Marta Bello y Arreglos Marìa Camila Mojica