Investigación Estado del Arte para Producción de Televisión
Politécnico Jaime Isaza Cadavid
2007
La Prostitución y yo. Análisis de la relación de la prostitución como trabajo, la cotidianidad, el ser y el entorno de la mujer que lo comercializa y ofrece en el centro de la ciudad de Medellín.”
Por María Camila Mojica V.
RESUMEN
Desde diferentes perspectivas ha sido abordado el tema de la prostitución en los distintos sectores de la academia colombiana. En la cotidianidad se expresan las diferentes relaciones de la mujer que trabaja como prostituta con los distintos elementos de la sociedad, que van desde diversos campos como la educación, la familia, la amistad, la enemistad, la religión, el estado, la justicia, los grupos violentos y\o al margen de la ley, y sobre todo el trabajo. Estas relaciones están marcadas por la percepción de la prostituta acerca de su propia existencia, y de la visión que tiene del mundo y el mundo de ella.
PALABRAS CLAVE: estructuras sociales, prostitución, cultura, patología social, estructuralismo, existencialismo, analfabetismo, pobreza, violencia de género, estereotipos, ley, delito, victimización, poder, visión del ser, mercancía, cuerpo, extrañamiento, trabajo, dominación, coerción, autonomía, discriminación, control social.
PROSTITUCIÓN, EXISTENCIA Y SOCIEDAD
Partiendo desde el enfoque que Saturnino Sepúlveda aborda en su trabajo La prostitución en Colombia. La prostitución como “una quiebra de las estructuras sociales”, a modo de una patología que deriva de la organización social, de los elementos y procesos del sistema, distinguiendo entre factores de predisposición, indirectos o determinantes, aglutinantes y de deserción (Sepúlveda, 1979); asume una percepción sociológica de la prostitución; explicándola en términos del mismo funcionamiento del sistema social como complejos culturales o discordancia entre la estructura familiar y la protección y oportunidades que ofrece la sociedad para las jóvenes que abandonan el sistema familiar.
Sin embargo, otras investigaciones se dedicaron a mostrar que tal vez no es una quiebra si no una interacción activa de las estructuras sociales, y que más allá de una patología puede ser una evolución y\o involución de la organización familiar, dependiendo desde el punto de vista que se le mire, ya sea de desarrollo económico, cultural, espiritual y\o personal.
La escritora María Cecilia Salas afirma que la prostitución es el parásito del orden legitimado de la cultura, pero también, le revela uno de los componentes básicos a partir del cual ésta se establece: la imposibilidad de la equidad, la armonía y los goces (Salas, 2002).
Analizando no solo a la sociedad como un conjunto de estructuras interrelacionadas, si no también a la cultura como elemento que ha sido idealizado por parte de organismos sociales como el estado y la religión. En el cual, se han mitificado ciertos valores no solo morales si no también judiciales y educativos, posibilitando el ocultamiento del verdadero universo que abarca la palabra “Cultura” en la cual se ve inmersa la mujer prostituta, sus clientes, su familia, su jefe y todo el entorno que compone su cotidianidad, y de la cual, es el vivo reflejo de esas verdades que nadie pronuncia.
Verdades que es necesario abordar desde la academia, partiendo no solo desde las estadísticas si no también desde las vivencias personales de las mujeres que laboran específicamente en el centro de Medellín.
Según una ponencia de Adra Trifiró realizada en el Foro sobre trata de personas y prostitución realizado en Medellín, el perfil de la mujer que ejerce la prostitución en Medellín, de acuerdo una estadística realizada por el proyecto “Por una vida más digna” en el año 2000 sobre una muestra de 500 mujeres que ejercen en calles, hoteles, bares y casas de citas, revela las características que podrían explicar las causas que llevan a la mujer a escoger este estilo de vida: Analfabetismo, pobreza, madre solterismo, violencia, desempleo, hambre etc.. Estas mujeres tienen un promedio de 2.5 hijos cada una y la mayoría de ellas tienen otros familiares a su cargo. Un gran porcentaje de las mujeres que ejercen la prostitución no posee vivienda propia, lo que incrementa sus necesidades insatisfechas pues la mayoría de las veces sus ingresos no alcanzan para cubrir todos los gastos del núcleo familiar. En la violencia de género, desde niñas sus vidas han estado enmarcadas por formas más o menos graves de violencia. La mayoría pertenece o pertenecía a familias disfuncionales y muchas han sido violadas a muy temprana edad, ya fuera por un familiar o un vecino del barrio. En cuanto a la violencia en el oficio, las mujeres prostitutas son vulnerables a la violación de los derechos humanos, ellas son constantemente víctimas de violencia por parte de diferentes actores que se encuentran en su entorno laboral y social como clientes, patrones, traficantes, vigilantes particulares, convivir y policías (2002).
Este estudio realizado por el programa de la Alcaldía de Medellín, muestra como cada individuo desde su propia visión del mundo y su interacción con él, llega a ser parte de el porcentaje de mujeres pobres, analfabetas, alcohólicas, enfermas, madres cabeza de hogar, víctimas de la violencia, etc. Debido a que cada componente de su vida es una causa y un resultado de una interacción social.
Desde una visión individual y ontológica se pueden encontrar estudios y realidades que van más allá de la victimización y\o revictimización de las mujeres que venden su cuerpo y permite llegar, hasta el campo de los derechos de libre elección y la autonomía de las mujeres no solo para decidir que hacer con su cuerpo, si no también el decidir como sacar adelante a su familia adelante.
Según un estudio realizado por un grupo de estudiantes de la Academia Superior de Policía en Bogotá en 1966 (Sepúlveda S., 1988, 21).
Con la cual, se pretendía averiguar cuántas mujeres que ejercían la prostitución harían la elección de pasar a una actividad diferente a la misma; "de las mil encuestadas un 34% afirmó que prefería la eliminación del fenómeno, un 19% estaba por su tolerancia y un 47% solicitaba normas de reglamentación. En una investigación realizada en 1968 en Medellín sobre una muestra de 184 mujeres, resultó que el 23% no pensaba retirarse de inmediato y el 76% lo haría, pero bajo condiciones tales como regresar al hogar, tener un hombre que la sostuviera, encontrar empleo o emprender un negocio propio.
Finalmente, también en Bogotá, treinta años después (en 1996), en un estudio de la Universidad Nacional dice que "el 39% de las entrevistadas ha declarado no querer dejar la prostitución"(Trifiró, 2003, 63). Las causas socio-económicas no son las únicas que llevan a escoger y mantener este estilo de vida, también, interviene la elección propia en búsqueda de obtener la propia realización a cualquier costa. Realización que radica en la búsqueda de un bienestar comparable a los modelos y estereotipos que llegan desde el extranjero como la ropa de moda, el vicio, el dinero, etc. Lo que significa que no solo interviene la causa socioeconómica sino también las causas psicológicas. Se revela que en el caso de las prostitutas pre-pago, “probablemente sus motivos de ingreso en la prostitución radican en su interés por desafiar la convencionalidad de la moral, o por la ambición de dinero, todo lo cual es justificable como un mecanismo o necesidad de demostrar externamente su frustrada personalidad” (Martínez, 2002)
Se considera que la ley es otro factor que incide en la problemática debido que no considera como delito la prostitución, pero tampoco permite que ésta sea insertada en un marco legal reconocido, atribuyendo a las mujeres que ejercen, el derecho de auto-organización y a ser reconocidas como trabajadoras por parte del estado. En Medellín se desconoce el número de personas vinculadas a éste mercado, sin embargo, el programa de la Alcaldía de Medellín“Por una vida más digna” ha atendido unas 7.758 personas en ejercicio de la prostitución y trata de personas. Según denuncias y reportajes hechos en los medios de comunicación, existe una alarma por crecimiento de redes de prostitución en Medellín, advirtiéndose la salida masiva de unas 1500 prostitutas que semanalmente se dirigen a municipios de la región (Caracol, 2008).
Según un informe realizado por la organización Etnias de Colombia dice que detrás de la mayoría de las acciones violentas de los grupos armados ilegales permanece silencioso e impune un crimen atroz: el abuso, la humillación, la esclavitud y muchas otras vejaciones contra las mujeres. Madres, niñas, y mujeres en los mejores momentos de su vida han tenido que sufrir los embates de hombres armados que buscan dominar sus regiones y someter a la población. La prostitución forzada, el aborto forzado, el embarazo forzado, el sometimiento doméstico, la tortura con manoseo del cuerpo en privado o delante de otros y tratos que atentan contra la dignidad de la mujer, son las armas que utilizan los grupos armados al margen de la ley para humillar a la comunidad. La directora de la Corporación Casa de la Mujer, explica que en el campo de batalla se las viola, humilla, controla, rapta y maltrata para complacer sexualmente a los combatientes y hacer venganza (2009). En Colombia no solo la mujer se prostituye a cambio de dinero, sino que también se prostituye a cambio del derecho a la vida.
Una intervención filosófica al respecto, abre caminos, por un lado para asumir la filosofía no como presupuesto o como derivado meramente académico, para suponer un poco al margen y eliminar, la posibilidad filosófica de una intervención pensante sobre fenómenos sociales como la prostitución.
Se trata de poner al lado de la existencia, la dimensión filosófica que le pertenece por el hecho mismo de la co-existencia (co-existimos con la prostitución), de comprometer la individualidad del ser en la determinación del mundo sobre la estructura existencial, su ensenado acto existencial como decisión o dejarse vivir. Y sobre todo, nos abre un mundo de sensibilidades, de formas de ser en una lógica de la vida que escapa a la mirada fragmentaria del discurso cuadrático en que se ha sujetado y no sentido la prostitución.
Decidir sobre sí mismo, asumir el ser como posibilidad futura, ingresar en el orden del riesgo bajo la problemática de la indeterminación; unificar mi estado de posibilidades dispersas por el juego de una de ellas, posibilidades que pertenecen al mundo, y que, bajo el carácter relacionante, son el menester de cosas del mundo, de su disposición como abanico de realizaciones de las decisiones auténticas; entonces, como determinación de la estructura existencial. Ese auténtico sí al ser es para otros su estado perdido, su dispersión. ¿la prostituta ha decidido sobre sí misma, sobre la posibilidad de su ser?, ¿ O ha asumido negativamente su libertad como ser para dispersarse?, ¿Lo óntico y lo ontológico, la prostituta y la mujer? ¿La prostitución como posibilidad existencial del ser mujer?.
Es, en este orden de ideas, buscar al hombre por doquier que yazca: en la calle o en el trabajo. Afirmar sus realidades, afirmar “La primacía de la existencia sobre la conciencia” o sobre la esencia; una existencia cruzada por su concreción material, por su tragedia, sus penas: “…es el hombre concreto, ese hombre que se define a la vez por sus necesidades, por las condiciones materiales de su existencia y por la naturaleza de su trabajo, es decir, por su lucha contra las cosas y contra los hombres” (Sartre, 1963,23). Ese hombre en los problemas fundadores es la mujer, la mujer que se prostituye bajo el juego de un conjunto de fuerzas que la definen.
El cuerpo se ha hecho mercancía, ya no como “mercancía que produce valor” que sería el caso de la compra de la fuerza de trabajo, sino como valor de uso. EL cuerpo se extraña sobre sí mismo en la prostitución para aparecer como objeto de placer y medio de capital. Pero el punto, no es el valor de uso dado al cuerpo, sino el extrañamiento existencial sobre él mismo, cuando deja de pertenecer al ser de la mujer prostituta. Es un hecho que la corporeidad es el punto de relación entre la existencia y el mundo; ahora, siendo el cuerpo en el ejercicio de la prostitución, un auto-extrañamiento en cuanto deja de pertenecerle en el momento de la venta, ¿qué implica tal desprendimiento para el ser de la mujer?. En este desprendimiento y extrañamiento estudiado por Marx, se pueden reflejar relaciones de poder donde se define la prostitución como una relación que se caracteriza por la dominación y coerción por parte del cliente que paga para hacer lo que él quiere con el cuerpo de la mujer (Ramírez, 2005), constituyendo un efecto del ambiente de relaciones donde la condición de las estructuras sociales lleva a las mujeres a la prostitución, sosteniendo que una prostituta no nace como tal sino que las relaciones de los grupos humanos la hace.
Se puede llegar a concluir a partir de estos diferentes enfoques como el existencialismo, estructuralismo y estudios cualitativos realizados alrededor de la prostitución, que esas relaciones se cambian y cambian la visión de la existencia de la mujer conforme crean nuevas relaciones y estructuras con los organismos sociales, que cambian no solo la situación social de la meretriz, si no también su forma de percibir la vida.
En la ciudad de Medellín, la prostitución ha sido vista desde un problemática que necesita ser controlada, por ello la regulación ha llevado a la marginación de ésta clase trabajadora, en algunos casos explotación, en otros decisión de vida.
Según el escritor Carlos Andrés Orozco Guarín en la ciudad hubieron mecanismos de control frente al fenómeno de la prostitución como los barrios de tolerancia, sin embargo, estas medidas fueron poco efectivas a principios del siglo XX, un ejemplo de esto es el barrio Antioquia. Los burdeles incurrían en el pago de multas como un costo más, esto permitió cierto desborde la corrupción moral (2007).
En la actualidad la Veracruz es el sector de Medellín que concentra mayor cantidad de mujeres dedicadas al ejercicio del trabajo sexual callejero donde se ejerce la prostitución. La plazoleta de la iglesia y el Pasaje del Museo de Antioquia son ejes importantes para el desempeño de dicha actividad porqué allí se congrega cantidad de personas adultas de diferentes sexos. En ese lugar la actividad de las trabajadoras sexuales se confunde con la de los vendedores ambulantes , lustra-botas, loteros, y demás actores.
El espacio público constituye el gran escenario urbano , el único espacio común, habitado por todos de forma transitoria o permanente, donde los diferentes actores sociales realizan rituales de encuentro y desencuentro, de circulación y de comunicación (VÉLEZ, 1996).
CONCLUSIÓN
Desde una nueva mirada estructural y existencial frente al problema urbano que silencia a las mujeres prostitutas y las convierte en cifras de indicadores de pobreza y desigualdad, su existir como mujeres pasa inadvertido o borroso frente a la mayoría de la sociedad, haciendo por lo tanto y de forma baja el irrespeto a su dignidad como seres humanos expresado en su exclusión y explotación.
Adentrarse en las subjetividades y acciones femeninas de aquellas que ejercen la prostitución, estudiar sus condiciones, posibilidades y aspiraciones de existencia., a través del análisis de las estructuras sociales y culturales que rodean e interactúan con las mujeres prostitutas, ampliando la visión de que “cada sujeto debe cuidarse a sí mismo” y profundizar al sistema de relaciones a la que pertenecen y en la que están inmersas.
Con la mirada existencial y humanística de las mujeres prostitutas, su entorno y cotidianidad se disminuye la discriminación y la re-victimización de las mujeres que ejercen el trabajo sexual en la sociedad. Buscando la defensa, el respecto y el acompañamiento de los derechos humanos por parte del Estado y de la comunidad. Lo cual generara impacto no solo en el sector prostibulario si no también en el Estado y la comunidad en general.
En la actualidad las investigaciones reflejan los diferentes puntos de vista que afectan a la mujer prostituta, muchos de ellos analizados desde los socioeconómico y cultural, sin embargo es necesario desarrollar esa mirada existencial que la relaciona con los organismos sociales.
BIBLIOGARFÍA
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