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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

sábado, 16 de noviembre de 2013

Mariano Ospina y la Madre Laura

Tradiciones inventadas en la construcción de Nación, de Mariano Ospina a la Madre Laura.
Por: María Camila Mojica Vélez


La Madre Laura como tradición inventada, ahora es  promulgada Santa, por una institución que algunas veces la reprobó y la abandonó.


Durante la mayor parte de su historia, la sociedad antioqueña y colombiana ha tenido que recurrir a las tradiciones inventadas para legitimar los procesos de formación de la Nación, en tanto ha sido un proyecto que desde el siglo XIX ha visto sus coyunturas, retrasos, deslegitimaciones y regionalismos des-totalizantes.  Tanto el estado como los diferentes gobiernos se han cubierto de discursos que legitiman el pasado fundacional del país, utilizando diversas herramientas simbólicas como el himno, el escudo y la bandera.    Sin embargo, durante toda la historia del territorio y la población colombiana, el proyecto de Nación Moderna ha sido entendido, protegido, reivindicado y legitimado por el discurso religioso de la institución eclesiástica.  En esta medida la carga simbólica de Dios, Jesús, la virgen María, los ángeles y todos los santos ha contribuido a fortalecer los discursos políticos, morales, éticos, sociales y religiosos desde el siglo XIX hasta la actualidad
El caso de la Madre Laura es heredero de esta tradición política, contribuyendo a reforzar los imaginarios de Nación que identifican al pueblo y el Estado colombiano.  Al convertirse en “santa” se transformó en una tradición inventada que nada tiene que ver con las realidades históricas que le tocaron vivir durante el siglo XIX y XX.
 
RELIGIÓN, POLÍTICA Y ECONOMÍA: Una mirada a la construcción de una tradición política
El discurso conservador se definió a partir del papel de la iglesia, entendiéndola como el eje del Estado-Nación.  En Colombia, a partir de discursos tradicionalistas, la defensa de la moral, el institucionalismo y el orden, las argumentaciones religiosas, éticas y morales de la iglesia, facilitaron durante el siglo XIX y XX, la defensa del liberalismo económico, el fortalecimiento del Estado y la instauración de la instrucción pública al servicio del mercado y la moral.  Según Frank R. Safford, “la mayoría de  los  conservadores  continuó  apoyando  el  proceso  de  liberalización  económica  y  social.”[1]  El discurso liberal económico se ocultó tras los bastidores del conservadurismo, quien reivindicaba el papel preponderante de la iglesia en la instrucción pública, la formación de ciudadanos morales y la instauración del orden a través de la mezcla del mandato divino y Estatal. 

La exportación, la comercialización, la eliminación de los aranceles, la abolición de los monopolios del tabaco, la privatización de la economía, la construcción de proyectos de infraestructura al servicio de los intereses económicos y el control del papel moneda buscaron redefinir el papel de Colombia o la Nueva Granada en la economía global.    Pero el discurso moral y las políticas educativas buscaban redefinir el papel de los ciudadanos en el proceso de construcción de la Nación.   Un personaje preponderante como Mariano Ospina pensaba que:
Gracias a él se multiplicaron las escuelas normales de instrucción primaria, se dio a la educación moral y religiosa la preferencia que debe tener, se hizo práctica la enseñanza, se combinó hasta donde era dable, la instrucción industrial con la primaria y se estableció la inspección sobre la educación y la enseñanza[2]

El discurso de la iglesia no solo se inscribió en el marco político y religioso sino también económico, atravesando todos los universos que definían la vida social  de un hombre del siglo XIX. Para Safford, “las  actitudes  de  Mariano Ospina  Rodríguez  eran demasiado complejas como para caracterizarlo como un nostálgico  y un defensor del antiguo  orden”[3],  Ospina fue  protector de los intereses exportadores de la clase terrateniente del país, así mismo se oponía a los monopolios gubernamentales y a las restricciones a las empresas individuales.   La complejidad de personajes como este, demuestra que el papel de la iglesia no se opuso al proyecto económico moderno de la nación  y sus gobiernos, ya fuesen liberales o conservadores.  La cultura política, entendida esta como el proceso de construcción de los partidos políticos, fue generada a partir de los intereses particulares, regionales y religiosos.

Esto demuestra que desde el siglo XIX, los intereses políticos han sido mediados por los discursos religiosos, sin afectar los intereses económicos. La moral, la iglesia y el orden se han constituido juntas como una tradición política en Colombia que ha definido:
·         Constituciones como la 1889, políticas de gobierno como las de Mariano Ospina, Rafael Núñez, Tomás Cipriano de Mosquera, entre otrossímbolos patrios como los himnos, los escudos, los emblemas y las banderas y las   guerras civiles como  la de 1851.

Esta ha sido una tradición que se ha caracterizado por ser, según lo define Eric Hobsbawm,  “tendiente a establecer o legitimar instituciones, estatus,  relaciones de autoridad, la inculcación de creencias y sistemas de valores”[4]Ya que la clase política conservadora y la institución eclesiástica han definido sus gobiernos a partir de postulados morales que apelan por el orden de la sociedad a lo largo del siglo XIX y XX.

Según Mariano Ospina, “La desnaturalización de las instituciones políticas i sociales procede de la subversión de los principios morales, que son el fundamento, el nervio i la vida de la sociedad. Cuando se relaja el respeto a la lei, i la subordinación a la autoridad lejitima; cuando el crimen es representado como un error disculpable, la propiedad como un derecho dudoso, la justicia como un abuso de la fuerza de la sociedad contra el débil, la libertad sin límite i sin regla i el interés individual como los únicos reguladores de las acciones humanas; cuando la norma inflexible del deber, que saca su fuerza i su eficacia de la fé relijiosa, es combatida como una preocupación; entonces la sociedad se pervierte, los vínculos sociales se relajan, la anarquía sucede al orden, i a la anarquía el despotismo[5]



RELIGIÓN, POLÍTICA Y TRADICIÓN: una mirada yuxtapuesta a la actualidad
La moral y el orden han acompañado desde el siglo XIX la formación del Estado-Nación en el territorio de la Nueva Granada, lo que se define hoy como Colombia.  Desde esta perspectiva, surge la necesidad de analizar la importancia que ha adquirido la canonización de la Madre Laura en la actualidad, definida esta como la época del neoliberalismo, es decir un retorno al libre cambio del siglo XIX.  A pesar de que las condiciones económicas han cambiado y ha surgido, en el marco político y social,  una nueva Constitución alejada completamente de la institución eclesiástica.  La santificación de la Madre Laura ha adquirido matices que demuestran la existencia de esas características inamovibles de las tradiciones políticas antioqueñas y colombianas, las cuales se caracterizan por fortalecer el papel de las instituciones estatales a partir de los discursos religiosos.  Al igual que Mariano Ospina y heredera de prácticas educativas tradicionales de carácter evangelizante como Pio X y Ortiz[6].  La Madre Laura creía fielmente que su papel en la sociedad era educar moralmente a los infieles a partir del acercamiento con Dios.   “Otra vez me vi en Dios y como que me arropaba con su paternidad, haciéndome madre, del modo más intenso, de los infieles.”[7]  Desde la política hasta en la práctica espiritual,  Dios y la iglesia fueron los instrumentos éticos y morales  que acercaron  los ciudadanos a las leyes del Estado.  Por ello, la relación entre evangelización y educación aún era muy estrecha en el siglo XIX y principios del siglo XX,  se constituyeron como conceptos entremezclados herederos de costumbres y creencias coloniales.  Aún para el siglo XXI,   se mantiene como eje incluyente de la sociedad civil en el campo de la política y la espiritualidad.  Por ello, al hablar de la madre Laura en la actualidad se hace alusión a sus esfuerzos por involucrar las almas de los infieles en el proyecto de la salvación y de la Nación.    La madre se constituyó en un instrumento nacional para lograr la paz.  Según el presidente Juan Manuel Santos, en su discurso emitido por Blue radio el 12 de Mayo:
Cuando la condecoraron con la cruz de Boyacá no le gustó, ella dijo que la única que quería cargar era la cruz de Cristo, ella poseía desprendimiento por lo honores materiales, esto es relevante para la Colombia de hoy….. esas enseñanzas nos pueden ayudar a lograr la paz que tanto necesitamos, por eso esta ceremonia es muy especial, es única,  este estado de gracia no es solamente para la madre Laura sino para todo Colombia.[8]
Al convertirse en un símbolo patrio, la madre Laura se constituyó como una tradición inventada, elaborada formalmente con su canonización en el Vaticano, establecida en el mes de marzo del 2013, convirtiéndose en un adecuado pasado histórico que no tiene en cuenta las luchas que esta mujer tuvo que librar con la institución eclesiástica, gracias a esto, la madre Laura ganó varios enemigos que habrían de excluirla del proyecto educativo durante el siglo XIX y XX.  Un ejemplo de ello,  es la  orden emitida por arzobispo Monseñor José Manuel Caycedo que buscaba cerrar el colegio dirigido por la madre Laura.    Ella escribió en su autobiografía:
No era posible entrar en una defensa, como me rogaron varios padres de familia, entre ellos un periodista que tenía la mayor confianza del señor Arzobispo, porque era obligar a la gente a ponerse en pugna con él.  Doblé la cabeza y cerré el establecimiento.  Así terminó el segundo colegio, el primero por ser demasiado cristiano y el segundo por masón[9].”

La Madre Laura como tradición inventada, ahora es  promulgada Santa, por una institución que algunas veces la reprobó y la abandonó.



BIBLIOGRAFÍA
FRANK R.  SAFFORD, Traducción: Margarita González - María V.  Gussoni, “Acerca de  las interpretaciones socioeconómicas de la política en la Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema”, NORTHVESTERN UNIVERSITY
CACUA PRADA, Antonio, Don Mariano Ospina Rodríguez, fundador del conservatismo colombiano, Bogotá, S.E., 1995

Eric Hobsbawm , LA INVENCION DE TRADICIONES,  Revista Uruguaya de Ciencia Política

Wise de Gouzy, Doris, Antología del pensamiento de Mariano Ospina Rodríguez, Bogotá, Banco de la República, 1990,  Tomo I

Montoya Upegui, Laura, Autobiografía de la Madre Laura de Santa Catalina, Carvajal S.A., Marzo, 1991

Discurso político de Juan Manuel Santos, Tomado el  27 de septiembre de 2013 en: http://www.bluradio.com/29151/presidente-santos-destaca-ensenanzas-de-la-santa-madre-laura-para-lograr-la-paz
[1]




[1] FRANK R.  SAFFORD, Traducción: Margarita González - María V.  Gussoni, “Acerca de  las interpretaciones socioeconómicas de la política en la Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema”, NORTHVESTERN UNIVERSITY, P. 109
[2] CACUA PRADA, Antonio, Don Mariano Ospina Rodríguez, fundador del conservatismo colombiano, Bogotá, S.E., 1995, p. 20

[3] FRANK R.  SAFFORD, Traducción: Margarita González - María V.  Gussoni, “Acerca de  las interpretaciones socioeconómicas de la política en la Colombia del siglo XIX: variaciones sobre un tema”, NORTHVESTERN UNIVERSITY, P. 105

[4] Eric Hobsbawm , LA INVENCION DE TRADICIONES,  Revista Uruguaya de Ciencia Política, p. 103
[5]Wise de Gouzy, Doris, Antología del pensamiento de Mariano Ospina Rodríguez, Bogotá, Banco de la República, 1990,  Tomo I, p. 317
[6] Tomado de: Montoya Upegui, Laura, Autobiografía de la Madre Laura de Santa Catalina, Carvajal S.A., Marzo, 1991, p. 236
[7] Montoya Upegui, Laura, Autobiografía de la Madre Laura de Santa Catalina, Carvajal S.A., Marzo, 1991, p. 211
[8] Discurso político de Juan Manuel Santos, Tomado el  27 de septiembre de 2013 en: http://www.bluradio.com/29151/presidente-santos-destaca-ensenanzas-de-la-santa-madre-laura-para-lograr-la-paz

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