Camila 2020

Camila 2020
Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

miércoles, 17 de febrero de 2010

Rousseau y el Hombre

¿QUÉ ES LO QUE OPINA ROUSSEAU DEL HOMBRE?
Análisis en base a los textos:
"Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad"
"Emilio o la educación"
Por: María Camila Mojica Vélez
 

Rousseau es tal vez el ser más enigmático de la ilustración puesto que debatió la posición del hombre en la sociedad desde diferentes aspectos como la igualdad, la libertad y la educación; aspectos que motivaron desde una perspectiva revolucionaria e ideológica la Revolución Francesa, el romanticismo, el desarrollo de las teorías republicanas, y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en El contrato social: «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»; y la otra, contenida en su Emilio o de la Educación: «El hombre es bueno por naturaleza».  Rousseau, hijo del "siglo de las luces" o también hijo del "despotismo ilustrado", fue a su vez su más grande crítico aunque halla vivido en una época enmarcada por una absoluta fe en la razón y el conocimiento.

Los pensadores franceses de esta época nacieron bajo el amparo de la doctrina cartesiana# de las "ideas claras y distintas" elaborada por Descartes, la actitud crítica hacia la religión de Spinoza  y el pensamiento racional de Leibniz y Wolff. Ellos fueron quienes prepararon la filosofía de Montesquieu, Voltaire y Rousseau entre otros propios del siglo XVIII.
El hombre de esta época creía que se podía llegar a conseguir la felicidad y la libertad ajustándose a la razón y lo que ella dicta.  Este hombre  creía en el progreso de la sociedad en base al desarrollo del conocimiento.  La Ilustración se dedicó a buscar la mente de Dios mediante el estudio de la creación y por la deducción de las verdades básicas del mundo. En aquel momento, la verdad era una noción poderosa, que contenía las nociones básicas sobre la fuente de la legitimidad de las cosas.
Rousseau buscó cuestionar la naturaleza del hombre ilustrado, la naturaleza de la verdad, de la razón y así mismo, la naturaleza de todas sus creaciones.  Él se cuestionó sobre el origen del mal, afirmando que éste se encuentra en la civilización, puesto que  ha arrancado al hombre de su genuina existencia que tendía a la felicidad.  El estado de naturaleza es para Rousseau el estado de la perfección, en él, el hombre se ama a sí mismo y está vinculado a las principales leyes naturales: la autoconservación (opuesta al amor propio que se adquiere en la sociedad civil y da lugar a la competencia, rivalidad, conflicto y desigualdades) y la piedad hacia los seres sensibles.#  Él afirmó, "siendo el estado natural aquel en el que el cuidado por nuestra conservación es el menos perjudicial para la del prójimo, dicho estado sería por consiguiente, el más propio para la paz y el más conveniente para el género humano."

Cuando Rousseau escribió en el Emilio o la educación que "todo es perfecto cuando sale de las manos de Dios, pero todo se degenera en las manos del hombre", nos muestra a un ser humano que destruye todo hasta el punto de llevarlo a la monstruosidad. Para él, el hombre es un ser que en vez de progresar rompe con el equilibrio,  en sus escritos y sobre todo en esta frase hay una gran desesperanza y falta de fe hacia el hombre, puesto que es un agente de caos. Esta falta de fe no es del hombre en sí mismo si no de las cosas que crea, que lo alejan del estado natural y lo llevan a ser una especie  esclavizada.   Es la ignorancia y el estado de piedad natural, lo que lo vuelve un hombre libre frente a las necesidades esclavistas de satisfacer sus propias pasiones.  "El hombre salvaje y el hombre civilizado difieren tanto por el fondo del corazón  y de las inclinaciones, que lo que hace la suprema felicidad de uno, reduce al otro a la desesperanza... ¡Qué espectáculo no será para un Caribe los trabajos penosos y envidiados de un ministro europeo!"#.  Para Rousseau el hombre es el esclavo de sus propios inventos puesto que la inteligencia es peligrosa porque mina la veneración; la ciencia es destructora porque elimina la fe; la razón, mala porque opone la prudencia a la intuición moral.#  Rousseau utilizó los métodos filosóficos para refutar los postulados del liberalismo tradicional, tradición en la que el hombre y la razón se convirtieron en el centro de todo.

El individuo en su estado de perfección es el hombre natural por excelencia, el hombre al convertirse en un ser civil pierde su carácter individual y se vuelve independiente y por ende débil, puesto que "el hombre de la naturaleza lo es todo para sí; él es la unidad numérica, el entero absoluto que no tiene más relación que consigo mismo o con su semejante.  El hombre civilizado es la unidad fraccionaria que determina el denominador  y cuyo valor expresa su relación con el entero, que es el cuerpo social."

El acto de depender de otros, de división del poder, de la propiedad privada, de el deseo de satisfacer las pasiones, son productos de ese cuerpo social que ha resultado de un desarrollo histórico que Rousseau explica en el Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres,  un proceso, que empezó con la formación de la familia y se degeneró, según él, en la sociedad del siglo XVIII.
Las instituciones políticas y sociales son las grandes corruptoras de la inocencia y bondad naturales del hombre.#   Estas sociedades son las productoras de las desigualdadesinstaurarse la propiedad, el trabajo se volvió necesario, la esclavitud germinó y la miseria se incrementó. Aún así la miseria más grande para Rousseau no fue la pobreza si no la pérdida de todos aquellos valores que talvez nunca más se recuperen como fue la fuerza, la agilidad, el desarrollo agudo de los sentidos y sobre todo, la intuición y la autosuficiencia. Se perdió la habilidad de ser un hombre capaz de enfrentar, él solo, todas las desgracias de la vida, el hombre social necesita de otros para poder sobrevivir; y es frente a esta paradoja, que en El Emilio o la educación, Rousseau propone una pedagogía dirigida a establecer un balance entre el hombre natural y el hombre civil, puesto que aunque ambos van por dos caminos completamente diferentes, y en ciertos aspectos uno niega al otro, es necesario borrar las contradicciones del hombre y quitar los obstáculos que limitan su felicidad. 

    "Llevados por la naturaleza y por los hombres por caminos contrarios y     forzados a distribuir nuestra actividad en distintas proyecciones, tomamos     una dirección compuesta que ni a una ni a otra resolución nos lleva."

Para Rousseau ya es imposible regresar al estado natural, sin embargo es posible mitigar los daños que la sociedad puede causar al hombre a través de una educación que fomente el individualismo y la independencia del hombre y un contrato social que los acerque a su estado natural de libertad.
En el Emilio, Rousseau analiza la educación y los procesos mediante los cuales los niños desde sus más tiernas etapas empiezan a perder esos valores de la inocencia natural, proponiendo una pedagogía o una educación que fomente los comportamientos naturales del amor así mismo y del amor al prójimo sin caer en el egoísmo.

    "Nuestro verdadero estudio es el de la condición humana.  Aquel de     nosotros que mejor sabe sobrellevar los bienes y los males de esta vida     es, a mi parecer, el más educado , de donde se deduce que la verdadera     educación consiste menos en preceptos que en ejercicios."

El hombre es para Rousseau el ser que ha cometido el pecado original, al encontrar en el conocimiento la fuente de satisfacción de sus pasiones pero a la vez la fuente de todas sus desgracias. Su idealización a ese pasado hipotético, es una motivación a encontrar los valores morales (libertad y la igualdad) que no dejen al hombre perderse bajo el manto de la razón y la esclavización por parte de las instituciones de la sociedad que él mismo hombre ha creado.

    "Concluyamos que al vagar por los bosques, sin industria, sin palabra sin domicilio, sin guerra y sin relaciones, sin la menor necesidad de sus semejantes como sin ningún deseo de perjudicarles, a lo mejor sin reconocer nunca a ninguno individualmente …el hombre seguía siendo eternamente niño.

Para Rousseau en estas dos obras somos seres incompletos, en un lado porque el progreso nos degeneró, y en el otro, porque nos vemos sumergidos en una paradoja existencial, frente al ser natural y al ser civil.   Es imposible llevar una vida plena y consecuente con esos valores que se perdieron pero que son necesarios recuperar para formar al hombre ideal.

Aunque su discurso contiene varias contradicciones, como la cuestión de la comunidad, del pacto social y la naturaleza de la libertad, es necesario recuperar ese concepto del hombre ideal, puesto que en la actualidad, nos hemos convertido en ese ser que Rousseau tanto despreciaba,  nos alejamos tanto de nuestra relación con la naturaleza, que ya no concebimos la palabra progreso sin la explotación de los recursos naturales, sin la destrucción del equilibrio de los ecosistemas de la tierra, todo ha llegado al extremo, y hemos convertido a nuestro entorno y a nosotros mismos en herramientas que nos esclavizan y nos vuelven dependientes y débiles cada día más.








BIBLIOGRAFÍA


ROUSSEAU Jean Jaques, "Emilio o la educación", Bruguera, 4° edición: Ángeles Cardona de Gibert y Agustín González Gallego, 1983.


ROUSSEAU, Jean Jacques. ""Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombre", Edición Península, Barcelona, 1976.


 DIEZ Elena, Rousseau,  http://www.cibernous.com/autores/rousseau/teoria/biografia.html


Ilustración, (2009), http://es.wikipedia.org/wiki/Ilustración


Rousseau, El hombre y el estado de naturaleza, 2005, http://rousseau.pais-global.com.ar/


SABINE George H, Historia de la Teoría Política  "El redescubrimiento de la comunidad: Rousseau", Fondo de Cultura Económica, 3a. Edición, México, 1994


Jean-Jacques Rousseau, 2009, http://es.wikipedia.org/wiki/JeanJacques_Rousseau


GARMA Amanda, El mal en Rousseau, A Parte Rei No.44, España, 2006.


Fotos tomadas de Google

No hay comentarios: