Camila 2020

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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Muerte en la Conquista


La Muerte en el Norte de los Andes
en el siglo XVI y principios del XVII

Por: María Camila Mojica Vélez

¿Cómo fue abordada la muerte por parte de los españoles en la época de la conquista del siglo XVI y a principios del siglo XVII en el norte de los Andes?



Introducción

Durante la época de la conquista, la muerte fue la sombra que acompañó constantemente los miedos de las personas que estuvieron involucradas en las empresas de pacificación, evangelización, esclavización y explotación económica de diferentes culturas en el nuevo mundo.  Estas personas, provenientes de diversos territorios y continentes; se vieron involucradas en choques culturales, sociales y políticos que desencadenaron múltiples guerras, conspiraciones, masacres y desarraigos territoriales.   La principal protagonista siempre fue la muerte, ella  intervino en la vida de las personas que sufrieron las consecuencias de la conquista, generando miedo y desolación a su paso, pero  también originando nuevas percepciones sobre los ancestros, los dioses, la memoria, el olvido y la transformación.
Para escribir la historia de la muerte como factor de transformación en el siglo XVI y XVII en el norte de los Andes, es necesario reconocer de donde vinieron esos imaginarios que la explicaron, la negaron, la justificaron y la sacralizaron.
Para luego entrar a narrar cómo muchos episodios de muerte intervinieron en la conquista, cómo fue la muerte un arma pero a la vez un escudo, una consecuencia pero a la vez una causa, cómo fue uno de los principales factores que determinaron la transformación del territorio y de todo lo que se movía en él.
Los orígenes de estas visiones de la muerte son múltiples como múltiples fueron las culturas que intervinieron en la conquista.


El conquistador y la muerte

El conquistador español del siglo XVI era un hombre sumiso al rey, disciplinado y obediente a su jefe, pero también cruel, codicioso, absolutamente cristiano, valiente y resignado, poseía la certeza, dada por su raíz y educación en España, de que Dios era su guía, su ayuda y fortaleza#; en la "Relación de los sucedió al magnifico Capitán Jorge Robledo"  se narra como ellos otorgaban a Dios todos los agradecimientos por sobrevivir a las vicisitudes en aquellos territorios selváticos y desconocidos después de haberse salvado de un accidente en un río caudaloso, "todos dimos muchas gracias a nuestro señor por tantas mercedes como nos había fecho en escaparnos de tan gran peligro". #
Más adelante luego de la muerte de dos compañeros mal heridos, la relación con Dios se volvió más fuerte puesto que para los conquistadores solo la merced del Señor podía ser la explicación a que se salvaran de tan grandes vicisitudes.
"Los otros dos estaban para morir acordaron de retirarse  con buen recaudo y luego murió el uno de los dos que venían heridos  e se confeso con un español  a falta de sacerdote y el otro murió a pocos días… allí llegados dieron muchas gracias a Nuestro Señor por la Merced que les había hecho en sacarles de tan gran peligro"#
La fe en Dios, el deseo de prosperar en el Nuevo Mundo y la cercanía de la muerte fueron los sentimientos que motivaron al conquistador a seguir adelante, sin importar los costos humanos que esta empresa tuvo que pagar.  

La visión de la muerte para los españoles se originó en la religión y el dogma cristiano, puesto que fue ella a través de la teología la que se permitió dar una explicación a lo inexplicable a todos aquellos conquistadores creyentes, con el fin de generar expectativas y optimismo frente a lo desconocido, tan común en el Nuevo Mundo, siempre enfocándolo en una absoluta fe hacia Dios. 
Esta teología fue producto de las disposiciones y discusiones del Concilio del Trento (1545-1563) quien fue creado con el fin de dar respuesta a la Reforma Protestante y  supuso una catarsis para la iglesia católica.
Dicho concilio fue ordenado a promulgar e imprimir por el Papa Pío V en el año de 1566 en unos catecismos que constituyeron el documento principal que guió los procesos de evangelización de los indígenas, pero a su vez, generalizó los principios expuestos por el catolicismo y la forma de definir la muerte y la vida por parte de los cristianos.
Estos catecismos establecieron varias formas de percibir la muerte en el Norte de los Andes. Para Ripalda y Astete#, la muerte se encuentra en dos niveles, el primero es el momento en el que el alma, que representa la parte racional, se disocia del cuerpo, el cual tiene, posteriormente la posibilidad de unirse durante el juicio y después de éste. El segundo nivel habla de otras dos concepciones de la muerte: la muerte que suele ser conforme a la vida, y la muerte que es amarga. #
Para aquellos hombres del siglo XVI, la muerte siempre cargo con  dos rostros, el del juicio final y el del miedo a lo desconocido, puesto que con ella el mundo material del muerto por el que tanto había luchado desaparecía y al mismo tiempo se era obligado a pagar por los pecados, tan comunes en el Nuevo Mundo.
"Para gloria occidental de los buenos, que serán honrados y glorificados aquel día, y para confusión y vergüenza grande de los malos, que serán en él despreciados y malditos"#
Para los conquistadores aunque siempre fue más importante la satisfacción de sus intereses, la obtención de riquezas, tierras y títulos también estuvo presente un ideal caballeresco de lealtad a la corona mezclado con el sentimiento religioso en las empresas de pacificación y conquista.


Sentimientos que intervinieron en la percepción de la muerte como un hecho heroico. La carta enviada a la reina Juana y al Emperador Carlos por el ayuntamiento de Vera Cruz dice: "aunque hemos padecido infinitos trabajos, hemos servido a vuestras reales altezas y serviremos hasta tanto que la vida nos dure"#.  Así mismo, Hernán Cortés escribió, "encomendándome a Dios y pospuesto todo el daño que se podía seguir considerando que de morir en mi servicio de mi rey ... se no seguía falta Gloria"#. 
Según Fray Pedro Simón, el General Quesada dijo alguna vez:
"Nunca, fueron mis intentos cuando tomé a cargo el gobierno de este ejército su minoración, sabe Dios que siento el desconsuelo y muerte de cada uno como si fuera la de un hermano….. y aunque algunas veces me ha ocurrido dar la vuelta que ahora se me propone, no lo he querido admitir por no parecerme convenir al valor de nuestros pechos dar un pie atrás en lo comenzado, si no ir adelante."#
Este sentimiento heroico hacia los soldados siempre fue acompañado por un profundo deseo de demostrar a la corona que los esfuerzos que hacían siempre eran hechos en búsqueda del beneficio las altezas reales.

García de Lerma escribió en la Gobernación de Santa Marta en el año de 1533, un carta dirigida al rey explicando las injusticias causadas por la gente de los alemanes y por Pedro de Heredia explicando todo el esfuerzo y sacrificio que hizo para pacificar a los indios de la Ramada y del Río Grande:
    "Crea vuestra majestad que de esta manera mal se puede pacificar  ni     sosegar tierra ninguna y que Dios nuestro señor es muy de-servido y     Vuestra Majestad pierde mucha renta porque yo tenía esta gente muy     sosegada y con muchas dádivas, muy quietos, esperando la respuesta de     lo que Vuestra Majestad será servido de mandarme que hiciese sobre     ello...Pluga a Dios que con ellos y mi persona acierte a hacer algún     servicio a Vuestra Majestad como yo deseo, porque pienso de ir con     toda la gente de pie y de a caballo por tierra, dejando en esta ciudad la     guarda que convenga". #
Los nobles sacrificios  y los actos heroicos hechos por los conquistadores hacia la corona no fueron pagados sólo con la vida de muchos soldados, si no también, con el dinero de unos cuantos que invirtieron en las empresas de conquista. 
El dinero tuvo más importancia a la hora de conceder mercedes a los conquistadores que el sacrificio de las vidas humanas que cayeron en el Nuevo Mundo, se puede notar como en la relación de méritos y servicios de Gómez Suárez de Figueroa en la ciudad de Santa Fe en el año de 1610, la principal razón para solicitar la merced de la corona fue la cantidad de dinero que invirtió en la empresa de pacificación contra los pijaos.
     "Fui personalmente en compañía de don Juan de Vorja vuestro     presidente y     gobernador y capitán general de este nuevo reino a la     jornada conquista y     pacificación de los indios pijaos llevando en mi     compañía a los soldados y     en dicha conquista estuve tiempo de nueve     meses  con los  soldados sustentándolos de todo lo     necesario a     mi     costa y (*) que en ésto y en las demás ocasiones que tengo     recibidas e     gastado mucha suma de pesos     de oro por cual causa estoy pobre y     necesitado y tengo     muchas deudas"#
En las informaciones de los méritos y servicios del capitán y maestre de campo, Álvaro de Mendoza están los hechos en el descubrimiento y población de las provincias de Popayán y Cartagena en el año de 1570; aquí también es notorio que los esfuerzos y sacrificios hechos para la corona se miden en dinero e inversiones en animales y esclavos más no en sacrificios de personas y soldados a su cargo.
    "El capitán Álvaro de Mendoza (*) de cargo de la provincia de    Cartagena y     vecino de ella dice que a servido a vuestra alteza en (*)     por más de treinta     años porque apoyo el descubrimiento y población     de la provincia de     Popayán a donde sirvió a vuestra alteza con su     persona trayendo armas y caballos y criados y esclavos."#
   
Los muertos son las víctimas de aquel mundo desconocido, de aquella naturaleza indomable y de aquellos pueblos salvajes; víctimas también de sus pecados, de las conspiraciones, condenas y traiciones de su compañeros, la muerte en la conquista jugó demasiados papeles, puesto que sirvió para silenciar y acabar con el poder de unos cuántos, para justificar las guerras y las masacres,  para matar a otros, para esclavizar a unos y desterrar a muchos.
En las Relaciones y Visitas a los Andes, tomo II la región Caribe durante el siglo XVI transcrito por Hermes Tovar Pinzón, podemos encontrar episodios narrados y manipulados por los españoles para contar lo sucedido en el Norte de los Andes y localizar en esos parajes escondidos la importancia de la muerte en el desarrollo histórico de lo que sería después el Territorio de la Nueva Granada.

La Relación de Santa Marta nos narra como Bastidas murió a causa de una traición, según el texto, por Villafuerte, un Samaniego y un Sierra.  La unidad y la lealtad eran susceptibles de ser rotas entre los vecinos y soldados de la recién fundada Santa Marta, puesto que entre la mayoría de los españoles importaba más el beneficio propio y la repartición del oro, aún así, la unidad en la ciudad a  cargo de Palomino se mantuvo, porque los intereses generales de los conquistadores estaban en obtener riquezas y repartirlas entre todos los vecinos de la ciudad a partir de la conquista y pacificación de los indígenas, lo que llevó a Villafuerte a quedarse sólo tras la muerte violenta de sus compañeros en mano de los aborígenes. Sin embargo, hay que preguntarse, ¿porqué el deseo de Villa Fuerte de matar a su gobernador?, según la relación, "la causa de todas estas divisiones y de lo que Villafuerte hizo, fue que como Villafuerte vio también ser quiso de la gente y estar toda ella mal con el gobernador  a causa de que en la entrada que había hecho, había traído cierto oro el cual no había repartido entre la gente guardándolo para pagar los gastos del armada que había hecho para venir allí, por estar muy adecuado y como la gente no tenía cuidado de aquello si no de lo que aquellos cumplía fue causa que el Villafuerte viendo esto y por tener codicia de Señorear acometió de matar al gobernador."  #
Las carencias que tenían que pasar los vecinos de la ciudad de Santa Marta eran muchas puesto que fue un territorio difícil de conquistar y pacificar. La necesidad de obtener riquezas crecía, conforme crecían las penurias, y esos sentimientos de codicia y egoísmo aumentaron la fragmentación de la unidad española.   Aunque este acto no se puede generalizar, se puede decir que se produjo gracias al descontento  común frente a la escasez de riquezas que se obtenían en el norte de los Andes por parte de todos los conquistadores españoles, sentimiento de incertidumbre que abundaba a lo largo del territorio.  La muerte de Bastidas tras su larga convalecencia después de la arremetida de Villa Fuerte y la expulsión de la ciudad en un navío que lo llevaría a  Santo Domingo en donde moriría por la falta de cuidados a su estado de salud, nos muestra que la empresa de conquista y pacificación de los indígenas en Santa Marta fue epicentro de choque de intereses generales y particulares entre los españoles, y no obedeció completamente a un proyecto unificado de la corona, el pueblo español y la iglesia católica, si no también, a los proyectos individuales de cada uno de los soldados. 
La mala fe, el desorden y la trama le abrieron fisuras a la justicia para que el crimen político y el asesinato se levantaran como un derecho más de los colonos.  Repujadas sus decisiones bajo el principio de la justicia  y la lealtad a la corona, estos hombres se valían de sus fueros para favorecer a sus amigos, para consolidar sus negocios y sobre todo para ocultar todas las injusticias cometidas contra los que dependían de ellos o caían en desgracia.#
La muerte fue el instrumento que utilizaron los soldados  para conseguir sus metas, sin importar toda la carga moral que caía sobre ellos en forma de pecado, en aquellos momentos de necesidad y codicia, era más importante lograr la riqueza y la gloria deseada. 
La expedición y los rescates fueron una fuente positiva de entusiasmo, una posibilidad real de obtener la riqueza soñada. Un factor de equilibrio social y político en las ciudades y poblados que se iban consolidando.#
Dichas expediciones fueron muy arriesgadas, puesto que los conquistadores se aventuraban a descubrir los nuevos poblados que encontrarían en aquella tierra inmensa, se ponían a merced de las inclemencias de la naturaleza y el hambre para poder colonizar nuevos territorios indígenas, pero sobre todo, para encontrar nuevas riquezas.  La muerte de Palomino es un claro ejemplo de ésto, para los conquistadores la naturaleza siempre fue un ente difícil de desafiar y a quien debían tratar con cuidado puesto que el mal clima, los animales feroces, la dureza y especidad de las selvas eran inquebrantables.
    "y comenzó a nadar su caballo y algunos de los que iban más cerca le comenzaron a dar voces de que volviese y él no le quiso hacer y el caballo se sumergió una vez con él y volvió luego a salir y él cuando esto vio se salió del agua con los que con él iban, y envió a un soldado le traesen unas canoas  que estaban del otro cabo del río para pasar con  ellas el hato y la gente, disque la gente estuvo toda sosegada  como vio que el soldado se detenía algo en atar las canoas se desarmo y cabalgó encima de su caballo y cuando miraron por el estaba en medio del río y como el caballo nadaba mal  se sumió y nunca más apareció"#

Las largas jornadas en el monte y la falta de alimentos generaron la aparición del hambre  y las enfermedades entre las huestes, cosa que puso a los españoles en más de un apuro, puesto que lo mecanismos de abastecimiento eran muy incipientes y el territorio no era amable:
"Ya teníamos muy poca comida que matásemos caballos e los asásemos en el barbacoa que es hacer un gran fuego y encima del fuego armar como parrilas un artificio de cañas que está algo alto y allí se asa y se detiene mucho la carne y que nos echásemos en valsa por el río abajo que el agua nos sacaría a la mar e que valdría mas que nos  pusiésemos por el en cualquier riesgo que nos pudiese venir que no dar a lugar a que todos muriésemos enacaburcados de hambre que nos comiesen las alimañas." #
EL fenómeno de la crisis alimentaria no fue exclusivo de Cartagena, todas las primeras expediciones hacia las tierras americanas lo sufrieron en mayor o menor medida.
El gobernador Pedrarias Dávila#, organizó varias expediciones a la antigua gobernación de Ojeda, sin conseguir éxito en ninguna de ellas, y obteniendo, como único resultado, la muerte de muchos hombres y ningún rastro de riquezas#.
Para ellos era muy importante encontrar poblados indígenas o españoles para abastecer sus necesidades básicas, y posteriormente dialogar o someter a los indios a aceptar la corona española y las enseñanzas de la fe católica. El hambre fue el motor que medio en un principio las relaciones entre algunos grupos indígenas y los conquistadores, porque fue a través del ofrecimiento de alimentos  y la ayuda a las debilitadas huestes lo que permitió establecer relaciones de diálogo entre los aborígenes y los españoles.
        "Fuimos a buscar los había llevado el río abajo y hallamos la gente    toda más muerte que viva según el peligro en que se habían visto y         más era de la mucha hambre que tenían, puesto todo en salvo,          rompimos un pedazo de cañaberal de cuatro o cinco leguas para         ver si se hallaría algún poblado de indios donde poder tomar algún     refrigerio de comida…. donde el señor del vino con muchos indios         cargados de maíz, yuca, frijoles, ajís…."#
Sin embargo, estas relaciones no fueron estables y en la mayoría de los casos terminaron en alzamientos de los indígenas gracias a la codicia y crueldad de los españoles.  La resistencia de los indígenas no había sido gratuita, muchos conquistadores desde principios del s. XVI como Juan de la Cosa habían saqueado, robado oro y tomado prisioneros.#
Cartagena de Indias fue, antes de su conquista definitiva y durante gran parte de la misma, tierra de rescate, al igual que el resto de la zona caribeña.  Como bien dijo Hermes Tovar: “el rescate como modelo de extracción de riquezas fue propio del Caribe”#. En ocasiones, la negativa de los indios a aceptar los intercambios con los españoles sirvió de excusa para proceder a su captura y esclavización. De este modo, de todas las expediciones que se organizaron para recorrer la zona ninguna pretendía establecer un asentamiento sólido y menos aún buscar un aprovechamiento económico que permitiera evolucionar desde esa economía de rescate hasta un modelo económico más estable.#
El alzamiento de los indígenas fue la causa que utilizaron los españoles para legitimar las guerras contra los caribes; las narraciones de las muchas formas de muerte de los conquistadores sirvieron para demostrar la calidad salvaje y peligrosa de los indios.  Un ejemplo es la muerte de Pedro Muzientes y Juan de Torres, que al pasar un puente unos indígenas maquillados  los emboscaron y dispararon hartas flechas  hacia ellos, hiriéndoles de muerte.
    "y ellos no habían entrado en la puente cuando los indios dan en ellos y como la puente era de bexucos  y no podía pasar si no de uno en uno y la multitud de los indios ser muchos y los españoles pocos hicieron mucho     daño en ellos y flecharon a un Pedro de Muzientes de que murió…." #
Otro es el caso de Antonio de Melo hermano de Gerónimo de Melo quien murió en búsqueda de su hermano desaparecido en manos de los indígenas de La Ramada, una tragedia que justificó el odio de aquellos conquistadores hacia los naturales.
"Y viendo Antonio Infante hermano de Geronimo de Melo que estaba en Santo Domingo que el hermano tardaba y no le escribía supo como había ido en la jornada del rió y sabiendo el gran peligro del río tuvo miedo que fuese muerto y vino a Santa Marta en busca del….dijo al gobernador que le dejase ir a la Ramada mientras savia nuevas del hermano y el gobernador lo envió por capitán con poca gente…. y allí yendo y viniendo del pueblo a la mar, y salieron los indios a ellos y los cristianos fueron los más de ellos, pero al cabo él defendiéndose muy bien con montante murió y los cristianos que con el iban,,,, Y venido el hermano conmovido porque su hermano era muerto por los indios, que vio, yendo a buscar, murió de enojo"#
La muerte no solo fue un instrumento utilizado para que los conquistadores pudieran obtener poder, oro, tierras, esclavos etc, también fue una consecuencia. Un costo muy alto  de cristianos se tuvo que pagar para poder aventurarse a encontrar nuevas riquezas, un costo que calculado en números  tal vez no contó con un valor político que justificara la concesión de mercedes por parte de la corona, puesto que para ella importaba más las tierras y las ganancias recogidas que los vasallos y soldados sacrificados.
        "Salieron de Santa Marta setecientos y cincuenta hombres en los             bergantines y en los que fueron por tierra llegaron a Bogotá 175,             los demás murieron salvo 100 que quedaron en los bergantines y             de éstos que quedaron por su mal concierto del licenciados gallegos             murieron las tres partes de ellos a mano de los indios"#
Aún así, la muerte representó una carga moral y espiritual para aquellos que lograron sobrevivir y que recurrieron a los ritos cristianos para rendir homenaje y memoria a los caídos.  La religión siempre los acompañó en los momentos más decisivos, en los momentos, donde la tristeza y la nostalgia lograban detener las huestes en su campaña de pacificación.
"Aunque en el real ovo muy gran sentimiento por los españoles que faltaban por ser muy buenos hombres de guerra e isleños y el capitán mandó hacer sus obsequias por lo que habían muerto e les hizo decir muchas misas"#
Arguinao advierte que la vida y la muerte son inseparables y que la tristeza y la felicidad eternas están directamente relacionadas y definidas por la muerte.  La muerte del otro nos hace reflexionar sobre nuestra propia muerte, nos hace temer, nos hace pensar en lo amarga que puede llegar a ser o en el logro o ganancia que con ella podremos obtener.#

La muerte fue un aspecto que influyó íntimamente en diversos espacios de la conquista puesto que, ella siempre fue el precio que se debía pagar para poder conseguir las riquezas, los alimentos y las tierras deseadas para  expandir los reinos de la corona española, la muerte fue un arma pero a la vez un escudo, una consecuencia pero a la vez una causa.







BIBLIOGRAFÍA

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GÓMEZ Pérez Carmen , Pedro de Heredia y Cartagena de Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1984.
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TOVAR Pinzón, Hermes, "Relación y visitas a los Andes, Tomo II, Región Caribe", Grupo  Editorial 87.
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MARTÍNEZ de Ripalda, Jerónimo, "Catecismos de los padres Ribalda y Astete, Madrid, Adm Real, 1800.
LÓPEZ Pego, Adela, "Anverso y Reverso del conquistador español",  Argensola: Revista de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses, Nº 24, 1955.
Fray Pedro Simón, Noticias Historiales, Tomo II, Capítulo XXVII, Pág: 211
AGI, Patronato 27, R-9.
AGI, Patronato 158,N.3,R.2
AGI, Justicia, Leg. 1.112
AGI, Patronato 167, N. 8, 1 R.
Fotos tomadas de Google

 

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