Camila 2020

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Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

sábado, 2 de octubre de 2010

Marx y el fracaso del mundo moderno

MARX Y EL FRACASO DEL MUNDO MODERNO
Análisis de los Manuscritos Económicos - Filosóficos del 44 y Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel.

Por: María Camila Mojica Vélez

Los escritos de Marx, reflejan una voluntad crítica para cuestionar todos los vicios y desarrollos de la sociedad en la que él vivía, sin embargo, sus palabras no han dejado de tener vida casi 200 años después de su existencia.
Es esa voluntad, la que lo llevó por distintos estadios de estudio de la sociedad, desde la filosofía hasta la economía pasando por la historia, y que permitió que visibilizara las contradicciones del mundo moderno, que para su época apenas estaba comenzando como proyecto de sociedad; proyecto que hoy en día ha demostrado no haber culminado; y si lo hizo, llevó a que la humanidad cayera en un limbo, al cual llamamos hoy capitalismo.
Se le llama así porque en la actualidad, este modelo económico adquirió un papel hegemónico no sólo en la sociedad, si no también, en el campo subjetivo de los individuos. Por instantes parece que nada se le escapara aunque cada día aumentan más sus contradicciones y debilidades.
Los Manuscritos del 44, La Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel y el Ensayo sobre la Cuestión Judía, muestran como conforme pasaba el tiempo sus visones sobre la sociedad, sus contradicciones y antagonismos, se iban profundizando cada vez más, adquiriendo distintos tipos de análisis que llegaban al mismo punto, la visión materialista de la historia y del mundo.
Marx tiene más vigencia hoy de lo que se pueda imaginar, puesto que demostró el fracaso del mundo moderno antes de que se propagara por toda la tierra, entrando así, a ser parte de la vida de cada uno de los seres humanos que habitan el planeta. Cabe preguntarse ¿por qué este modelo económico ha atravesado todos los aspectos de la vida de manera que nada se le escapa, ni siquiera la muerte?. Por ello, es necesario hacer una relectura de los escritos de Marx para visibilizar, ¿cuáles son esos aspectos registrados en sus escritos que llevan a argumentar la existencia de los antagonismo sociales que perduran todavía en la actualidad?.

En los tres escritos de Marx, es permanente una actitud crítica frente a lo que plantea el mundo moderno, una actitud crítica que va guiada por su condición alemana, hijo del siglo XVIII y XIX, hijo de la revolución francesa, del ascenso de la burguesía al poder económico y político, de los conceptos de libertad e igualdad, de la filosofía de Hegel y la escuela alemana; y sobre todo, hijo del desarrollo de la industrialización.

Aquel sistema capitalista que iba en ascenso en el siglo XIX, fue creciendo progresivamente desde el siglo XV con el descubrimiento de América, la creación de nuevas rutas comerciales, el desarrollo de la ciudades y el renacimiento.
Éste nuevo sistema económico fue estudiado por muchos intelectuales, especialmente por el escocés Adam Smith, el padre de la economía política. Smith mostró las ventajas y dificultades del sistema capitalista; argumentando, que el bienestar de la sociedad se encuentra en el desarrollo económico. “La proporción existente entre la suma de los capitales y de las rentas determina siempre la proporción que guardan entre sí la industria y la ociosidad; allí donde triunfan los capitales impera la industria, donde prevalecen las rentas impera la ociosidad1

Sin embargo, Marx siempre fue enfático en que no todos los desarrollos económicos propician el bienestar general, si no que antes, acentúan sus contradicciones y propiacian los antagonismos sociales.

Los sufrimientos de la mayoría van aparejados a la sociedad en su estado más rico y como la economía política conduce a ese estado de máxima riqueza, tenemos que el fin de la economía política persigue es la desventura de la sociedad2

Utilizando la crítica de la religión como método de análisis, se puede adaptar la historia bíblica de David y Goliat a los postulados marxistas, en dicha historia, David vence a Goliat dándole muerte con un hondazo; pero en el caso del capitalismo siempre gana el gigante, o en palabras económicas, el gran empresario. El pequeño empresario y el proletariado, los representantes de David en la sociedad moderna, no tienen posibilidades de ganar, puesto que están inmersos en un sin número de contradicciones que no posibilitan estrategias productivas para poder obtener ventaja del sistema capitalista, y por ésto mismo, no posibilitan el bienestar general.

Cuando la riqueza de la sociedad decae, quien más padece es el obrero. En el estado próspero de la sociedad la clase obrera no puede ganar tanto como los propietarios3

La desigualdad, se produce porque las clases bajas nunca podrán obtener una verdadera ganancia en las relaciones de producción. Según Marx, son las que tienen todas las de perder. Bajo la contradicción de la historia bíblica adaptada a la sociedad, podemos visibilizar la economía y las relaciones de clase, como el lugar donde se establece la desigualdad como principio del fracaso del mundo moderno.

Marx recurre incluso a los grandes pensadores de la economía política, para demostrar en que aspectos desde la teoría y la realidad se producen las contradicciones.
Un gran capital aunque obtenga pequeñas ganancias, aumenta en general mucho más rápidamente que un capital pequeño con ganancias grandes4

Aunque David tuviera una roca más grande, en el mundo real sería imposible que pudiera superar a Goliat, porque éste, por su condición de gigante, ya tiene una ventaja inquebrantable.

Pero las mayores desigualdades, no se producen únicamente entre las relaciones económicas de los grandes y pequeños capitalistas, sino también entre las relaciones económicas entre capitalistas y obreros. Éstos se podrían asociar con las clases bajas de la sociedad porque no tienen suficientes riquezas para poner a producir un capital, como consecuencia, utilizan su mano de obra y fuerza de producción para ganar dinero.
Las desigualdades entre estas dos clases sociales se producen en muchos aspectos y van desde los precios de trabajo, las ganancias de los capitalistas y la gravitación del precio.
Una de tantas desigualdades radica en que “los obreros cuanto más quieren ganar, más tienen que sacrificar su tiempo, renunciando totalmente a su libertad, para prestarse a trabajar como esclavos al servicio de la avaricia5

En la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, Marx veía la clase baja como la única capaz de emancipar una nación como Alemania, él la describía como “una clase de la sociedad burguesa que no es una clase de la sociedad burguesa”.6
Para Marx el proletariado es una clase que no ha emergido de la sociedad burguesa, pero las clases bajas son su embrión, son las que posibilitan las fuerzas de producción, no son la burguesía en sí y son antagónicas a ella.
Es la clase que obtiene de sus sufrimientos universales un carácter universal y no alega ningún derecho especial porque ella no padece una injusticia social, sino la injusticia en sí”.7
Para Marx, la diferencia entre explotados y explotadores ya se empieza a visibilizar desde este texto, donde los explotados son los que llevan toda la carga de la sociedad, pero a su mismo tiempo, son los que menos beneficios obtienen de ella.

Para Marx, el proletariado es el corazón mismo de la sociedad, porque es el que más cerca está de los principios humanos universales, así mismo él afirma: “El cerebro de esta emancipación es la filosofía y su corazón es el proletariado: el proletariado no puede ser eliminado sin la realización de la filosofía.8

Para Marx, debe primar el hombre sobre las clases sociales, puesto que primero está la igualdad y no las relaciones de producción. Sin embargo, el transcurso de la historia ha demostrado que prima el capital antes que el hombre, éste se ha convertido en un eslabón más en la línea de producción donde la única función totalizadora del hombre es la mano de obra.
Allí donde se pierde al hombre es posible recuperarlo, “el total aniquilamiento del hombre sólo puede rehacerse con la completa rehabilitación del hombre9, y como consecuencia es posible recuperar el mundo, lo que llama Marx la emancipación de un estado.

Para emanciparlo, primero hay que empezar por el hombre, puesto que en él se encuentra todo principio universal, en el caso de Francia, la igualdad, la fraternidad y la libertad. Para Marx esa emancipación surge en el proletariado, afirmando “ese estado especial en el cual la sociedad va a disolverse es el proletariado.”

En el mundo moderno dicho proletariado terminó por desvanecerse en el capital. Cabe preguntarse ¿en qué momento de la historia se desvaneció?.
El proletariado se estancó en todo aquello que Marx escribió en los manuscritos del 44, fue aplastado por el salario, por la competencia, por el trabajo enajenado, por la explotación, por el agotamiento del tiempo.
Esa emancipación del mundo, del estado y del hombre no ha sido posible, incluso hasta nuestros días, todo aquel ideal escrito en la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel fue absorbido por una agujero negro.
De la misma manera que la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en la filosofía sus armas espirituales, y tan pronto como el rayo del pensamiento haya penetrado a fondo en el candoroso suelo popular, se llevará a cabo la transformación emancipadora de los hombres.10

Ese agujero negro absorbió esa relación del proletariado con la filosofía, porque los valores capitalistas del individualismo y de la objetivación del mundo acabaron por convertir al hombre en una mercancía más, en un objeto de la cadena de producción, “el trabajador necesita venderse a sí mismo y vender su propia humanidad11; todo aquello que hacía parte de su subjetividad, su pensamiento, su filosofía fue relegado a un décimo plano de la vida.
Se podría denominar ese agujero negro como el egocentrismo, el individualismo, la indiferencia de la sociedad moderna y tristemente la contemporánea. Estos valores de la sociedad son producto de la enajenación. Marx invita a reflexionar sobre ésta problemática, pero el mundo se quedó tristemente ahí.
Nosotros tenemos que esforzarnos ahora en comprender la trabazón esencial que existe en entre la propiedad privada, la avaricia, el divorcio del trabajo, el capital y la propiedad de la tierra; de una parte, y de otra el cambio y la competencia, el valor y la desvalorización del hombre, el monopolio y la competencia, la relación que media entre toda esta enajenación y el sistema monetario.

BIBLIOGRAFÍA
1MARX Karl, Manuscritos Económicos – Filosóficos de 1844, Edición Juan R. Fajardo, http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm, consultado 26 de Septiembre de 2010. (Smith, op. cit, t. I, pág.301 [Garnier, tomo II, págs. 325)
2Ibid.
3MARX Karl, Manuscritos Económicos – Filosóficos de 1844, Edición Juan R. Fajardo, http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm, consultado 26 de Septiembre de 2010
4Ibid.
5Ibid.
6MARX Karl, Escritos de juventud sobre el derecho, textos 1837 – 1847, Anthropos Editorial, España, 2008, pag 108.
7Ibid.
8Ibid, pag 109.
9Ibid, pag 108.
10Ibid. Pag 109.
11MARX Karl, Manuscritos Económicos – Filosóficos de 1844, Edición Juan R. Fajardo, http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/manuscritos/man1.htm, consultado 26 de Septiembre de 2010

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