Camila 2020

Camila 2020
Un retrato hecho para mi Por: Clara Mojica

domingo, 30 de enero de 2011

Los Sans Culottes

INTERPRETACIÓN TEXTO
“LOS SANS CULOTTES
MOVIMIENTO POPULAR Y GOBIERNO REVOLUCIONARIO”
Albert Soboul
Por: María Camila Mojica Vélez
c.c. 1035 416 137
Historia Moderna
María Elena Saldarriaga
Universidad Nacional de Colombia
2010-2


INTRODUCCIÓN

Para comenzar a hablar de los Sans Culottes hay que empezar definiéndolos como lo hizo
Georges Lefebvre, él afirmaba que fueron una corriente campesina que poseía una
autonomía, unos pensamientos y unas tendencias propias que, conforme la revolución
avanzaba, se fueron desarrollando y evolucionando hasta entrar en conflicto con el Gobierno
Revolucionario y terminar desapareciendo junto con el movimiento popular.
Antes de Lefebvre se ofrecía una cara homogénea del Tercer Estado. Guizot argumentaba
que el principal triunfo de Francia fue el nacimiento y la maduración de la burguesía sobre el
pueblo y la Aristocracia. Ella fue la que planteó los límites y las estructuras, analizó y
cuestionó las ideas de una nueva sociedad cuyos principios se basaban sobre la igualdad, la
libertad y la individualidad. Para Guizot el Tercer Estado era la burguesía.
Tocqueville puso en evidencia el ascenso de la burguesía, lo explica como una revolución
irresistible que progresó sobre las ruinas del Antiguo Régimen. Taine decía que el
crecimiento de la burguesía se sostenía sobre la igualdad. La diferencia entre los individuos y
la exclusión del sistema social del Antiguo Régimen limitaba el crecimiento del capitalismo.
Bernave afirmó que “del mismo modo que la propiedad de la tierra elevó el poder de la
Aristocracia, la propiedad industrial elevó el poder del pueblo”; afirmaba que la Nueva Era
venía con el desarrollo del comercio y de las artes posibilitando nuevas formas de conseguir
las riquezas, y por ende, el desarrollo de nuevas leyes políticas que fueran acordes con los
modos de producción. Para Bernave el pueblo era la burguesía.

Marx, argumentó que los nuevos modos de producción de la manufactura y el comercio no
correspondían con los modos de producción del Antiguo Régimen que se centraban en la
tierra y la servidumbre. Por ello, se hizo necesario romper con las cadenas del Absolutismo y
el sistema de privilegios de la Aristocracia, que a través de las cargas fiscales y los
impuestos limitaron el desarrollo del capitalismo. Jaurés afirmó que la Revolución se pudo
desarrollar gracias al dominio económico e intelectual de la Burguesía, ésta se había
formado desde el siglo XV gracias al desarrollo de nuevas rutas comerciales y la llegada de
nuevas mercancías desde América. Mathiez decía que el carácter violento y dramático de la
Revolución se debió a que la burguesía y la aristocracia no llegaron a un acuerdo en la
distribución del poder, lo que la hizo radical e inminente porque la aristocracia se negaba a
renunciar al sistema de privilegios y su estatus social.

Ninguno de ellos había considerado el nivel de importancia que implicó la diversidad del
Tercer Estado y las masas populares para el desarrollo de la Revolución, la abolición del
Antiguo Régimen, la instauración del Gobierno Revolucionario y el ascenso de la Burguesía
al poder político. Las Masas Populares fueron las que posibilitaron que el desarrollo
económico y político de la burguesía se volviera realidad, fueron la mano armada de la
Revolución propiciando la destrucción del Antiguo Régimen.
Lefebvre se dedicó al estudio de la Revolución desde abajo y a la interpretación social de la
historia en esta época, se preguntó por el problema de las clases sociales, las mentalidades
y los comportamientos.

Albert Soboul, en su libro Sans Culottes, Movimiento Popular y Gobierno
Revolucionario, profundizó más sobre la importancia política y social que implicó la
participación activa de las masas populares en la Revolución, en especial los Sans Culottes
que para él representaron el grupo político más avanzado de la Revolución Francesa.



1. LOS SANS CULOTTES
Los Sans Culottes fueron los principales representantes del movimiento popular porque
participaron activamente de las jornadas revolucionarias y los espacios de discusión política,
su procedencia social se encuentra en los hombres que no poseían propiedades;
generalmente eran artesanos y campesinos que estaban comprometidos con los principios
revolucionarios de la igualdad, la libertad y la soberanía del pueblo. También eran la
representación del militante revolucionario que se preocupó por convertir las ideas en
realidades concretas defendiéndolas con sangre y fuego. Según Soboul, adoptaron unas
posturas políticas que se caracterizaron por ser las más evolucionadas de la Revolución
Francesa porque se preocuparon por convertir los principios en hechos del aquí y el ahora,
los Sans Culottes fueron los que posibilitaron que la Revolución se transformara a sí misma
por las necesidades y exigencias que planteaban.

1.1. EL CARÁCTER DE LOS SANS CULOTTES
El Sans Culotte defendía la igualdad y se auto definía en contraposición de la Aristocracia
que representaba el orgullo, la subordinación, el menosprecio del otro y el sistema de
privilegios. Repudiaba todo lo que fuese en contra de los sentimientos revolucionarios y de
la soberanía popular, “todos los nobles sin distinción merecían la guillotina”1
Para él, las relaciones sociales no debían estar mediadas por ningún sistema de privilegios.
Los Sans Culottes afirmaban, “es preciso que seamos un solo pueblo y no dos naciones
opuestas entre sí”2. La igualdad fue el principio que ayudó a construir el carácter de los
Sans Culottes, el cual, se fundamentó en el orgullo de ser pobre y el odio instintual
hacia los ricos.

Para ellos ser pobre era símbolo de orgullo porque representaba todo lo que iba en contra de
los valores Aristocráticos. El vestirse se convirtió en un símbolo de sus reivindicaciones y
convicciones, por eso su nombre sin calzones; “el pantalón era el signo distintivo del pueblo,

Este orgullo fue uno de los primeros elementos que permitió que fueran construyendo su
posición política frente a la nueva sociedad francesa, la aristocracia se convirtió en un
concepto confuso y ambiguo, que englobaba a los nobles, la aristocracia nobiliaria, financiera
y ministerial, los curas refractarios, los ricos y las capas superiores del Tercer Estado. Por
ello, la lucha de los Sans Culottes no fue sólo contra la Aristocracia, también fue contra todo
aquello que simbolizara o reivindicara la desigualdad en todos sus aspectos, viéndose
inmersos no sólo en una lucha política, si no social y económica.

A través de la transformación de sus reivindicaciones y convicciones que cambiaron del odio
por los privilegios hasta al odio por las riquezas y los monopolios burgueses, se puede
afirmar que sus pensamientos se fueron transformando conforme la revolución avanzaba,
siendo un resultado de los procesos históricos que desencadenaron la Revolución con la
convocatoria de los Estados Generales, las jornadas revolucionarias, la instauración de la
Asamblea Nacional Constituyente y la creación del Gobierno Revolucionario. Cada una de
las etapas históricas implicó un cambio en las mentalidades de los Sans Culottes, así
mismo, las ideas políticas de los Sans Culottes generaron transformaciones en la
Revolución Francesa y la formación del Gobierno Revolucionario.

El odio a la Aristocracia se convirtió en el odio hacia la Burguesía, se crearon límites sociales
y políticos ambiguos entre los que vivían de las rentas, los poseedores de propiedades, los
pequeños comerciantes; y aquellos que vivían de lo que producían con sus propias manos.
Dichos límites, fueron ambiguos durante la Revolución porque no se podría hablar de un
antagonismo de clase. La Revolución fue un proceso lento de construcción de conciencia
política y social tanto para la Burguesía como para los Sans Culottes. El odio hacia la
Burguesía era producto de una oposición instintual hacia los ricos. Según Soboul, “los Sans
Culottes más radicales no estaban lejos de considerar, lo mismo que Babeuf en el año IV, a
la revolución como una guerra declarada entre los ricos y los pobres”4


1.2. LA CONVICCIÓN DE LOS SANS CULOTTES


Poco a poco, gota a gota, el carácter se transformó en una convicción política, en una regla
de conducta, en una doctrina, en una reivindicación social y finalmente en una conciencia
política. La convicción de los Sans Culottes fue la voluntad constante por reprimir todo
aquello que no garantizara el ejercicio de los principios revolucionarios. La evolución del
instinto en convicción fue producto de la crisis económica que desembocó en una hostilidad
continua por parte de los Sans Culottes.

La convicción se manifestó a través de:
• Las reivindicaciones terroristas por destruir una categoría social
• La sospecha contra los grandes comerciantes
• La exigencia al Gobierno Revolucionario para crear políticas como la tasación y el
máximum para limitar el enriquecimiento
• La justificación del pillaje como instrumento para restituir la igualdad.
• El intento por eliminar de la vida política a la Burguesía negando su ingreso a las
sociedades populares y denunciándola ante las autoridades.

La escasez del alimento para vivir y la falta de una política para controlar los precios y los
salarios (antes de la ley del Máximum en 1793), propiciaron los antagonismo entre los
poseedores y los NO poseedores. El comerciante fue calificado como acaparador porque
detentaba los artículos de primera necesidad. La inflación de la moneda, la carestía y la
penuria reforzaron la oposición de los Sans Culottes frente a los comerciantes puesto que
también estaban en contra de los grandes monopolios; ellos eran pequeños productores
independientes enfrentados al capital comercial en época de crisis. La ausencia del pan y la
desventaja competitiva fueron los motores que permitieron que dicha oposición desembocara
en una campaña de exterminio contra los comerciantes en la época del Terror. Las
desigualdades económicas que se manifestaban a través del hambre y la carestía de la
vida fortalecieron la voluntad punitiva de los Sans Culottes, “para muchos militantes, la
amenaza de la guillotina constituye un remedio eficaz contra la carestía”5

La convicción de los Sans Culottes generó contradicciones sociales dentro de las personas
que militaban en este grupo, porque aunque odiaban la riqueza, eran pequeños propietarios
o hacían parte del pequeño comercio; como artesanos y campesinos sobrevivían del
mercado pero detestaban a sus grandes competidores, afirmaban la igualdad pero negaban
la libertad de competencia. “Como colisión de elementos socialmente muy dispares, está
minada por contradicciones internas que explican su incapacidad de definir un programa
coherente y, en último extremo, su fracaso político.”6

A pesar de las contradicciones, que ya desde el inicio de la Revolución se generaban por la
imposible reconciliación de los principios revolucionarios de igualdad y libertad, la
convicción se transformó en un comportamiento político. Los Sans Culottes se
convirtieron en patriotas dispuestos a colaborar en las jornadas revolucionarias para
defender la República democrática, participar activamente de la democracia participativa, y
sobre todo, no dejar que el proyecto político cayera en manos de los contrarrevolucionarios.
“Los Sans Culottes se convirtieron en sinónimo de patriotas y republicanos.”7 Se definían
como un grupo político sustentado sobre la ambigüedad de la definición social.


1.3. EL COMPORTAMIENTO POLÍTICO DE LOS SANS CULOTTES


“¿Qué es un Sans Culotte?, es un ser que va siempre de pie (…) y que vive de un modo muy
sencillo con su mujer y sus hijos en un cuarto o quinto piso (…), por la tarde se presenta en
su sección sin empolvarse, sin estar perfumado, ni con botines elegantes con la esperanza
de ser observado por todos los ciudadanos de las tribunas; sino para apoyar con todas sus
fuerzas las mociones correctas, (…). Por lo demás, un Sans Culotte tiene siempre un sable
bien afilado para cortar las orejas a todos los malintencionados.”8

El comportamiento político de los Sans Culottes se fundamentó en sus aspiraciones
sociales que estaban apoyadas sobre “el derecho a la existencia”, de ahí se derivaban
todas las exigencias políticas. Ésta era una reivindicación producto de la vida que les
tocó vivir, el hambre llevó a que situaran en el centro de las discusiones la cuestión del Pan,
convirtiéndose en uno de los factores que condujo a los Sans Culottes a ver en la riqueza la
causa de la desigualdad y la miseria. Por ello, siempre promovieron políticas que estaban
destinadas a establecer una relación de equilibrio entre los iguales. El pan, fue un
instrumento que permitió imaginarse una sociedad utópica para ellos, un camino que seguir:
“El Bienestar General”.

Para desterrar la miseria infame había que aniquilar la opulencia particular; los Sans Culottes
eran hostiles con los vendedores de los alimentos básicos para la vida y con los empresarios
que los reducían a un estado de dependencia, para ellos primaban los intereses colectivos
sobre los particulares.
Ellos afirmaban:
• El productor NO tiene derechos absolutos sobre los productos de la tierra.
• El primero de los derechos es el de existir
• Los productos están destinados a la subsistencia de la sociedad
• La primera propiedad es la existencia
• El comercio debe volver al objeto de su institución, servir al cultivador y al consumidor.

Soboul afirma que la originalidad de los Sans Culottes radicó en que transformaron las ideas
en hechos, ellos impusieron la creación de leyes que reglamentaran las riquezas y el
comercio, como la tasación y el máximum. Estas dos políticas fueron las matrices de la
economía dirigida que adoptó el gobierno para proteger a la población más vulnerable
durante la crisis económica. La originalidad de los Sans Culottes, fue producto de la alianza
estratégica que los partidarios de la Montaña hicieron con las masas populares defendiendo
sus intereses. “La crisis social permitió que el grupo Montañés afirmase y movilizase las
energías populares al servicio de la defensa revolucionaria y nacional.”9 Ellos, además de
que promovían políticas intervencionistas y defendían los intereses de las masas populares,
apoyaban:el centralismo, la unidad nacional, la defensa militar en las fronteras, el despotismo
de la libertad y la democracia representativa.

El fin era construir una República sólida, defendiéndola e instalándola a través de los comités
de salvación pública y seguridad nacional. Todo ésto desembocó en la época del Terror y el
fin del movimiento popular. Hay que subrayar que entre los Sans Culottes y los Montañeses
la oposición de intereses fue irreductible, puesto que los Sin Calzones tendían: al
federalismo, la democracia directa, la igualdad aproximativa, la primacía de lo local y la
propiedad como un derecho imprescriptible

La gran mayoría de los Sans Culottes se constituyeron por las circunstancias y su
procedencia histórica; sus reivindicaciones inmediatas fueron producto de la cotidianidad, las
injusticias y las desigualdades que vivenciaron a través de la propiedad. La transformación
del derecho a la existencia en el derecho a la igualdad de goces fue la manifestación de
su interés por hacer que los campesinos y artesanos NO sufrieran los abusos de la
propiedad, la cual los volvía dependientes de los ricos y privatizaba los productos de la tierra
que eran necesarios para la vida.

Los Sans Culottes eran tan enemigos de la gran propiedad comercial e industrial, como de
los grandes latifundios y la gran explotación territorial, ante todo temían convertirse en
proletariados y depender de los más poderosos económicamente, por eso las acciones
económicas, sociales y políticas que reclamaban fueron: la propiedad limitada, la pequeña
producción independiente como estructura económica, el control de la legislación.
Para ellos, la propiedad era un derecho imprescriptible que debía beneficiar a todos los seres
que componían la nación e impedir la concentración del capital y los medios de producción.

La pequeña producción independiente aboliría la competencia desigual en el mercado
acabando con los monopolios burgueses. El control de la legislación haría al pueblo
soberano y garantizaría el bienestar general a través de la producción y el comercio.
Las ideas políticas que proponían y las acciones que reivindicaban, demuestran que los Sans
Culottes tendían a la república igualitaria, democrática y popular.

Su relación con la propiedad y el capital comercial burgués perteneció a la realidad
social que ayudó a estructurar sus pensamientos políticos; fue necesario este
antagonismo social ambiguo para que pudieran construir su conciencia política. Se
necesitó de un enemigo para definirse a sí mismos. Su mentalidad se fue
construyendo poco a poco y comenzó con la oposición a la Aristocracia. Sin embargo,
existe una contradicción social y política, puesto que los Sans Culottes estaban compuestos
por capas sociales heterogéneas de campesinos, oficiales, obreros, intelectuales, artistas y
artesanos que tendían a la pequeña burguesía; por ello, no pudieron tener un proyecto
político coherente, llevándolos finalmente al derrumbe del movimiento popular; según Soboul
estaban sujetos a las mismas contradicciones sociales que los Jacobinos.

La relación con el capital comercial fue muy hostil debido al empeoramiento  de la crisis por la
inflación de la moneda y la guerra externa en 1792 y 1793, para reivindicar la libertades del
capitalismo y la burguesía se tenía que sacrificar el principio de igualdad. Los Sans Culottes
reclamaron el cierre de la bolsa, las empresas financieras y las sociedades por acciones
(como las empresas de ahorros y seguros) porque acaparaban el dinero y generaban más
desigualdades; apoyaron la defensa nacional, aunque ésta se constituyó como otro epicentro
de las contradicciones irreconciliables entre los militantes y el Gobierno Revolucionario. Para
dicha defensa se necesitó del capital privado, debido a los grandes niveles de producción de
armas y municiones que se requerían; pero los Sans Culottes exigían la distribución de la
producción en las pequeñas empresas o talleres de la época.

El gobierno aflojaba y apretaba de acuerdo al momento histórico de la Revolución,
reglamentaba estrictamente la participación de los burgueses para surtir a los militares, pero
los comités distencionaron los resortes del terror económico en beneficio de las clases
poseedoras culminando con la época Termidoriana;10 ésto significó el aplastamiento de los
Sans Culottes. “No se podía tratar de favorecer a la pequeña producción independiente,
mientra se había vuelto a la libertad económica, la producción de guerra aparecía a la
burguesía de negocios como un terreno reservado a sus intereses capitalistas.”11

Las acciones de los Sans Culottes reunidos en las secciones tendían a reducir las diferencias
entre ricos y pobres e igualar las condiciones de existencia. A partir de actos civiles y
propuestas legislativas intentaron ejercer (antes del Termidor) una democracia directa.
La fiscalidad popular como acto civil y político reivindicaba el derecho a la igualdad de
goces, la igualdad equitativa y el bienestar general, pero su justificación surgió a
causa de la guerra. Dicha fiscalidad fue una medida política y económica que tendía a
socorrer a los ciudadanos pobres, imponiendo tasas a los ricos como castigo civil por su
condición. Fue un instrumento que permitía conseguir recursos económicos como un
compromiso con el bienestar general de la sociedad.

Los Sans Culottes opinaban: “Si los ricos son aristócratas, es justo que paguen una guerra
que ellos han provocado. Si son patriotas, no pueden menos que alegrarse de ver como su
fortuna sirve a la República”12. Todos los tipos de riqueza como las rentas, los bienes y la
propiedades fueron sometidas a la requisa revolucionaria y a la tasación.
La guerra, la amenaza del exterior y la protección de la República fueron los primeros
argumentos para implementar este tipo de política civil y gubernamental, puesto que la lucha
revolucionaria conforme evolucionaba fue generando nuevas necesidades. El origen de la
fiscalidad se encuentra en la guerra mas NO en los principios, aunque al final, terminó
siendo una política que reivindicaba el igualitarismo. La función inicial de la fiscalización
popular fue armar y socorrer, luchar y compensar.

La fiscalidad popular en un principio comenzó como una iniciativa de la gente, se recogían
colectas no obligatorias en cada una de las secciones con el fin de conseguir recursos para
financiar la guerra y ayudar a los más necesitados, revelándose más por un compromiso que
por una carácter de clase. Ésta dejó de ser una política local y voluntaria para convertirse en
un política nacional. A través de la democracia participativa se establecían impuestos,
requisas y tasas para que el Gobierno Revolucionario controlase a nivel nacional la riqueza y
el comercio. Conforme las secciones dejaron de ser un espacio gubernamental para la
participación política y se convirtieron en espacios de construcción política de carácter
popular, las tasas y los impuestos se fueron concretando más y más en la realidad,
conociéndose éste periodo como la dictadura de la democracia Sans Culotte, “lo que se
había dejado a la buena voluntad se convirtió en exigencia”. Las secciones fueron un espacio
político, el cual, permitió que los militantes populares convirtieran en realidad sus ideas,
influenciados por la amenaza de la guerra y la lucha revolucionaria.

Las clases de aportes obligatorios y NO obligatorios que se cobraron durante la revolución y
la amenaza extranjera fueron: las Tasas, las Colectas Voluntarias y Los Empréstitos
La imposible reconciliación entre los burgueses y los Sans Culottes muestra los puntos
frágiles del movimiento popular y las múltiples contradicciones en las que se vio inmerso.
Para los Sans Culottes era justo dar dinero a cambio de sangre, pero la burguesía calificaba
las tasas y los impuestos como medidas dictatoriales que limitaban la libertad; ”muchos
ciudadanos ricos se niegan a cooperar con su persona y su fortuna al mantenimiento de la
libertad y de la igualdad”13

Cuando el compromiso se transformó en obligación, los Sans Culottes se apoderaron
de las secciones y el Estado asumió el papel de mediador entre las clases poseedoras
y las no poseedoras de riquezas; la tasa se afirmó como una medida revolucionaria
porque se convirtió en una práctica política y económica del pueblo.
Pero los Sans Culottes y el Gobierno Revolucionario estuvieron sometidos a una serie de
contradicciones políticas que no lograron superar, La ley del 14 Frimaire (Diciembre 4 de
1973) prohibió los impuestos en las secciones, la Convención instauró el Gobierno
Revolucionario y diseñó una serie de políticas que buscaban implantar la autoridad del
Estado, pero los principios de los Sans Culottes afirmaban la soberanía popular NO la
dictadura.

La colecta voluntaria, sin ser una práctica política legal y legitimada por el Estado
también fue revolucionaria porque poseía un contenido social que se manifestaba
cuando se cuestionaba el civismo de las personas que no colaboraban con las causas
del pueblo y su bienestar. Fue el principal mecanismo de la fiscalidad popular, pero a
diferencia de las tasas, su control no era político sino social. Fue una iniciativa creada
por el pueblo y controlada por él a través del seguimiento y la discriminación de los
ciudadanos que no se adhirieran a ésta práctica social. Las colectas voluntarias fueron
establecidas por las masas populares en cada una de la secciones y se cobraba de acuerdo
a: Los Territorios, Las Rentas, Las Ocupaciones y El Nivel de Ingresos.
Sin embargo, fue allí donde residió la principal contradicción social y política de la fiscalidad
popular, puesto que a pesar de que los Sans Culottes trataban con desprecio la riqueza,
buscaban no agobiar la propiedad territorial o nobiliaria, ya que en cierta medida, su
condición social tendía a la pequeña burguesía; muchos de ellos eran artesanos, tenderos,
campesinos o maestros que soñaban con tener mayores ingresos. “Robespierre declaró que
no trataba con suficientes miramientos las fortunas medianas, pero al mismo tiempo
recomendaba no asustar a los ricos”14

La fiscalidad popular fue un mecanismo político y económico indirecto para legitimar la
igualdad, pero el derecho al trabajo era considerado como el remedio para curar a la
sociedad de las desigualdades sociales. Ni la ley del máximum, ni las tasas, ni los impuestos
fiscales para la guerra, ni la fijación de precios para los productos, ni la declaración de la
tasación de los granos permitieron que la desigualdad se acabara, aunque todos fueron
instrumentos de reivindicación de los valores populares.
Los Sans Culottes consideraban “El Estado” como aquel que debía proteger a los
ciudadanos de las penurias, tenía que pagar a los más desfavorecidos por tener que sufrir
hambre a causa de la carestía de la vida donde los precios crecían a niveles exorbitantes.

Él era el responsable de garantizar las condiciones de existencia:
• El trabajo
• El precio moderado
• Los artículos de primera necesidad

El trabajo fue la herramienta directa para garantizar la vida y la independencia económica.
A través de éste, el valor revolucionario de la igualdad se reconcilió con la libertad
porque era necesario no depender de los poseedores para poder vivir como iguales.

El trabajo, la igualdad y la libertad fueron la trinidad revolucionaria que garantizaría
una cura a la sociedad. El derecho al trabajo el derecho a la asistencia aparecieron como
los coloridos del derecho a la existencia porque “tendían a asegurar la igualdad de goces”15
El derecho a la asistencia fue el resultado de las tasas y las colectas voluntarias, el Gobierno
y las secciones recogían dinero y recaudaban recursos para ayudar a recompensar a las
viudas y niños por haber sufrido la pérdida de sus familiares en la guerra. La amenaza
extranjera fue un evento de la Revolución que transformó la concepción de los
derechos y la forma de pensar de los Sans Culottes. Los principios se transformaron
por la fuerza de las cosas. Poco a poco, conforme la Revolución avanzaba la concepción
del derecho a la asistencia fue entrando en otros campos de la sociedad. Primero se
ayudaba a las viudas, niños y mutilados; luego a los pobres, desempleados e indigentes, “no
es solo equipar a los voluntarios, hay que socorrer a los pobres”16

Estos derechos y las colectas voluntarias fueron los inicios de la seguridad social, pero NO
hicieron parte de un proyecto político consistente sino de un mecanismo caritativo; la fuerza
de las cosas imponía nuevos retos cada día.
La igualdad de goces contenía los sueños y las contradicciones en la que estaban
sumergidos los Sans Culottes; ellos reivindicaban un principio pero no renunciaban a
un sueño, creían en la igualdad pero anhelaban la riqueza.

A través de las secciones, las reivindicaciones políticas de los Sans Culottes
motivaron las transformaciones del Gobierno Revolucionario, La República y La
Nación; sin embargo los militantes fueron víctimas de las contradicciones sociales y
económicas de la sociedad, la cual exigía un tipo de Revolución, ellos:
• Reclamaban la tasa pero defendían la independencia del pequeño comercio, la
pequeña propiedad y el artesanado.
• Fueron fieles al liberalismo económico pero estaban en contra de la burguesía porque
defendían la economía dirigida y la sociedad de pequeños propietarios.
• Eran hostiles a los ricos y los grandes propietarios pero estaban ligados a ellos porque
su forma de trabajo dependía del capitalismo.
• No creían en los monopolios de los grandes capitalistas, pero apoyaban la formación
de corporaciones y gremios que tendían a convertirse en monopolios porque
concentraban los medios de producción.

Según Soboul la República igualitaria de los Sans Culottes fue hundida por las exigencias
históricas de una Revolución Burguesa. Aún así, los Sans Culottes fueron el grupo político
más avanzado de la Revolución porque convirtieron las ideas en hechos a costa de su vida y
en los espacios de construcción política. Su comportamiento, su reivindicaciones y
creencias construyeron poco a poco durante la Revolución la conciencia política y
social clave para construir una conciencia de clase.


BIBLIOGRAFÍA
Albert Soboul, Los Sans Culottes, movimiento popular y gobierno revolucionario, Alianza
Editorial, Madrid, 1987
ROUSSEAU Jean Jaques, "Emilio o la educación", 4° edición: Ángeles Cardona de Gibert y
Agustín González Gallego, Bruguera, 1983.